INTELIGENCIA ARTIFICIAL (IA)

 

 

 

Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, el doctor Robert Oppenheimer, padre de la bomba atómica, mencionó lo siguiente: “Supimos que el mundo no sería el mismo. Unas pocas personas rieron, unas pocas lloraron, muchas hicieron silencio”.

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Lo cierto es que, en la actualidad, el mundo se ha visto sometido a una vertiginosa etapa de cambios y adelantos. Hay quienes aplauden el cambio como un proceso de evolución y crecimiento. Aquellos ríen. Otros se muestran renuentes a arriesgar el presente por ambiciones futuras e inciertas. Aquellos lloran.

 

 

Y por último, la mayoría prefiere permanecer dentro de una coraza de escepticismo, sin una firme inclinación por uno u otro de estos sectores. Personas que esperan en silencio los resultados para después tomar con prudencia y sin pudor la decisión que consideren inteligente o necesaria.

 

El comienzo de los experimentos y pruebas en el campo de la inteligencia artificial ha provocado estas reacciones.

 

En un inicio, y en base a lo que se prefiera sostener por verdad, sea religión, ficción o ciencia, la historia de la humanidad está envuelta en un velo de misterio y desconcierto. ¿De dónde proviene el funcionamiento perfecto de nuestro cerebro? ¿Por qué razones presenta imperfecciones en un pequeño sector de la población mundial?

 

El evento de producir un cerebro perfecto, capaz de desarrollarse, madurar y provocar reacciones y respuestas individuales que puedan traducirse en una personalidad, no es solo la humanidad creando vida. Es también la humanidad jugando el papel de un ser superior.

 

 

 

¿De qué se trata la inteligencia artificial?

Es un área de investigación basada en esfuerzos conjuntos de ciencias como la lógica, la filosofía y la computación. Estudia el diseño y la creación de personalidades con facultades para resolver problemas de manera individual. Se intenta aproximar el razonamiento de un programa o sistema al funcionamiento neuronal del cerebro humano.

 

 

¿Qué es una entidad de inteligencia artificial?

Se puede desarrollar y caracterizar a una entidad de inteligencia propia por los siguientes rasgos:

 

- Raciocinio metódico, con base en la lógica formal. Con esto se pretende aproximar a los parámetros abstractos de pensamiento humano.

 

- Algoritmos de origen genético. Así puede producirse el desarrollo futuro de personalidad y madurez. Esto último es análogo a las cadenas del ADN.

 

- Redes neuronales artificiales. Involucra el funcionamiento físico del cerebro. A esto se añaden las siguientes nociones básicas: conceptos – la abstracción de la idea, cómo puede entenderse en el plano individual – y la universalidad de la idea, cómo asimilar conceptos en el plano colectivo.

 

- Reacción lógica de reflexión en base a acciones pasadas. En este punto se intenta producir una memoria y una conciencia moral. Este campo se ha convertido en el más complicado de estudio, debido a la ambigüedad que presenta el concepto de moral.

 

 

 

¿Dónde encontramos inteligencia artificial en el mundo actual?

Lo cierto es que la inteligencia artificial aún no genera resultados de vida inteligente enteramente autónoma. Sin embargo, numerosas empresas se sirven de resultados obtenidos por software inteligentes, planificaciones automáticas, resultados por consulta de consumidores y tendencias de compra, entre otros.

 

En el mercado laboral, se pueden encontrar muestras de inteligencia artificial en ciertos sectores de la economía, ingeniería y medicina.

 

En la vida diaria también encontramos pequeñas muestras en celulares y videojuegos.

 

Hacia una tipología de la inteligencia artificial

 

 

Entre los distintos tipos de desarrollos, reconocemos particularmente los siguientes:

 

- Sistemas capaces de pensar a base de raciocinio: impera la lógica. Se busca imitar el pensamiento racional humano. A este campo pertenecen los sistemas expertos capaces de realizar cálculos y estimaciones.

 

- Sistemas capaces de pensar como humanos: se intenta emular la facultad humana de pensar y reflexionar. Aquí se encuentran las redes neuronales artificiales que permiten tomar decisiones, aprender y desarrollarse con madurez.

 

- Sistemas capaces de actuar en base al raciocinio: se aproxima al comportamiento racional del ser humano. Impera la prudencia y la sensatez.

 

- Sistemas capaces de actuar como seres humanos: aquí encontramos la robótica. No está vinculada particularmente a una forma de pensar, sino que busca realizar acciones metódicas para asistir a las tareas humanas.

 

 

¿Puede sentir una máquina?

La motivación emocional es estudiada rigurosamente en el campo de la inteligencia artificial. Esto se debe especialmente a los conflictos que pueden causar las emociones fuertes en el sistema inteligente de una máquina. Si bien es cierto que las motivaciones como el deseo de ser lo suficientemente fuertes pueden permitir realizar la tarea con más precisión y rapidez, aún se desconocen las secuelas que esto podría ocasionar.

 

En los seres humanos las motivaciones se rigen por efectos negativos y positivos. Es un riesgo considerable programar un sistema que se alimente de una motivación negativa.

 

Las áreas que refuerzan los instintos negativos del cerebro artificial suelen dirigirse hacia el dolor y el sufrimiento físico. Esto se debe a que un dolor significa error, por lo que la máquina o sistema eluden la sensación negativa al concluir las tareas de manera eficiente.

 

Pero esto puede causar una respuesta de sensaciones traumáticas que se almacenen en un plano más profundo. El modo en que el dolor físico se convierte en un recuerdo desagradable refuerza las posibilidades de tomar medidas para evitarlo. Estas medidas no siempre pueden significar obediencia y necesidad de terminar las tareas. Y todo proviene de la individualidad que se alcanza a través de la madurez y la formación de una personalidad.

 

 

 

¿Qué se está haciendo para conocer mejor el proceso emocional de la inteligencia artificial?

 

En el presente, los estudios de retroalimentación. Este es un mecanismo para el reconocimiento de estados internos similar al humano.

 

Es necesario identificar malestares e incomodidades en los sistemas artificialmente inteligentes a fin de facilitar la toma de decisiones y proteger la integridad del desarrollo de una personalidad.

 

 

¿Cuál es el futuro de la inteligencia artificial?

Se espera desarrollar sistemas de inteligencia artificial en los que se facilite la robótica. Los campos, tan apartados como están, podrán vincularse para la formación de entidades auténticas e individuales.

 

Por ejemplo, se puede nombrar un caso actual en el que esto se ha cumplido, aunque de un modo que aún requiere desarrollo. El Laboratorio de Inteligencia Artificial de la Universidad de Zúrich ha creado un robot de un metro y dos centímetros de altura llamado Roboy. Su personalidad es análoga a la de un niño de entre 2 a 4 años. Para su movilidad, se diseñó un sistema de moldeado de tendones artificiales. Esto hace que su caminar se parezca a los pasos humanos. Además, Roboy es un caso particular por la incorporación de “electrónica epidérmica”, una piel sintética que recubre su cuerpo. Se trata básicamente una prótesis con resultados similares a la piel humana. La capa de epidermis puede sanar sola y cuenta con un sistema celular propio. Si sufre un corte, puede regenerarse con facilidad.

 

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