LAS COSTUMBRES Y LAS APLICACIONES (APPS)

 

 

 

 

Es indiscutible que todo aquello que somos capaces de asimilar e integrar a nuestras tradiciones, parte de un laborioso método inconsciente.

 

Cuando decidimos que una actividad, persona o respuesta emocional se convertirá en nuestra costumbre, lo hacemos por medio de dos variables: la continuidad y la necesidad.

 

Es cierto que en el presente, con el vertiginoso desarrollo tecnológico, las herramientas para comunicarnos y desenvolvernos a diario son cada vez más variadas.

 

Ello puede considerarse como una ventaja desde la siguiente perspectiva: hay más medios y formas de comunicarnos a nuestra disposición.

 

Sin embargo, los escépticos del ámbito social en el medio virtual se inclinan por lo siguiente: cada vez se desarrollan más aplicaciones, medios y formas virtuales que determinan, por medio de las redes sociales, nuestras actividades, respuestas emocionales y hasta nuestra vida.

 

¿Serán tantas las aplicaciones luchando por formar parte de nuestra vida y uso diario que en la época virtual la habilidad para asimilar opciones y oportunidades se distorsiona?

 

A continuación les presentamos un artículo informativo que propone algunas respuestas a la pregunta planteada.

 

 

¿Qué comunidad se considera como red social?

Esta pregunta resulta interesante ya que hace algunos años pertenecía a un espacio colectivo distinto al actual.

 

Antes se consideraba como red social a toda estructura de orden social compuesta por un determinado conjunto de actores (individuos o miembros colectivos de un grupo) que se encuentran relacionados entre sí por una finalidad particular (amistad, relación profesional o parental, emocional).

 

En la era de la información, el medio virtual resignifica el concepto de red social como: servicio de comunicación social que busca establecer el contacto entre las personas a través de Internet.

 

Entre las redes sociales mayormente utilizadas destacan Twitter, Facebook, Tinder, YouTube, Whatsapp, Tagged, Tumblr, Instagram, y Linkedln.

 

 

¿Qué es una aplicación (App) para una red social?

Denominamos aplicación de red social a una herramienta virtual que facilita las actividades del usuario en una determinada red o aproxima a la empresa a los gustos y preferencias de su cliente o consumidor.

 

Numerosas empresas informáticas emplean aplicaciones en sus redes para diseñar estadísticas de consumo y desarrollar estrategias para ofrecer publicidad más efectiva.

 

También es común que empresas comerciales de distintos sectores usen las redes sociales para promocionar sus productos y determinar los niveles de aceptación del público.

 

 

 

 

 

 

¿Qué tan rápido se desarrollan las distintas aplicaciones en el variado ámbito de las redes sociales?

En el presente, la creación de nuevas aplicaciones se ha convertido en un método de desarrollo sencillo y disponible para muchos. Esto ha ocasionado indudablemente un crecimiento inédito del número de aplicaciones que aparecen mensualmente.

 

En un principio, el desarrollo de aplicaciones involucraba el uso de las utilidades CASE (ingeniería asistida por computadora). Se determinaba la efectividad de una aplicación a partir de la sencillez, utilidad y rapidez con que podía ejecutarse.

 

Sin embargo, en el presente abundan distintas opciones de interfaces gráficas de usuario para desarrollar aplicaciones.

 

La aparición de nuevas plataformas de software ha conducido a un nivel exacerbado de producción y creación, así como a una fuerte democratización de las herramientas disponibles para desarrollar aplicaciones.

Con todo esto, nos preguntamos:

 

 

¿Qué consecuencias puede producir tanta disponibilidad de opciones?

La concentración del ser humano requiere un punto principal de enfoque. Para desarrollar facultades analíticas es necesario especificar los límites de la información disponible. De lo contrario, la capacidad de asimilación oscila entre distintos puntos y no consigue generar un resultado concreto.

 

Pero la aparición de incontables posibilidades de uso en el caso de aplicaciones de empleo virtual, presupone un modo de adaptación y asimilación que está en constante funcionamiento.

 

 

Tomemos el siguiente ejemplo:

Aparece una nueva aplicación para Whatsapp. Es útil y recurrimos a ella. Además es sencilla y rápida para ejecutarse.

 

De algún modo, con el paso de los días y semanas, la aplicación se vuelve una costumbre. En este punto destaca la continuidad que ha conseguido establecer la nueva aplicación como herramienta que forma parte de nuestras actividades diarias.

 

Sin embargo, el siguiente determinante de una tradición se ve afectado en la época moderna. Para que una herramienta, persona, actividad o sentimiento alcance relevancia para nosotros, primero tenemos que necesitarlo. La necesidad es sustancial en este proceso de asimilación y formación de costumbres.

 

Pero en la actualidad, una aplicación puede volverse obsoleta en cuestión de días porque aparece una más rápida, sencilla y necesaria.

 

Ahora la nueva App es más necesaria que la anterior.

 

 

¿Qué ha sucedido?

Lo asimilado en un principio se convierte en innecesario para las actividades diarias. De modo que mi enfoque y concentración iniciales han variado radicalmente en poco tiempo.

 

Preguntémonos ahora:

 

 

¿Qué es exactamente la concentración?

Es importante considerar a la concentración como un proceso psíquico y mental. Se realiza a través del razonamiento y consiste en enfocar o centrar de manera voluntaria toda la atención mental sobre un punto determinado.

Este último puede ser una actividad, objetivo o meta, entre otros.

 

Pero, ¿cómo puede alcanzarse un enfoque particular en la era informática, cuando las redes sociales y las aplicaciones reclaman nuestra atención desde distintos lugares y generan nuevas necesidades diariamente?

 

La respuesta es que en el presente no se alcanza el nivel de concentración adecuado. Y los resultados de esta situación son evidentes.

 

Alumnos escolares y universitarios recurren a sus dispositivos por debajo de las carpetas en horario de clases para descargar la nueva aplicación, revisar sus mensajes o establecer comunicación con amistades en otros salones, ciudades o países. Lo mismo pasa con las personas adultas durante sus horas laborales.

 

Lo más grave, sin embargo, es que en los últimos años esto se ha convertido en una actividad tan necesaria, que las nuevas aplicaciones y redes son utilizadas incluso durante conversaciones directas con otras personas.

 

Las posibilidades de comunicación se han desarrollado tanto, que nuestra concentración no está complemente preparada para asimilarlas.

 

 

¿Qué podemos hacer al respecto?

Aún no se consigue establecer con precisión los daños que el empleo constante de las redes y la necesidad diaria de nuevas aplicaciones están provocando. Sin embargo, realizar actividades que favorezcan el fortalecimiento de nuestra concentración es una buena opción.

 

Podemos recurrir a un tiempo de lectura, escritura o actividad manual diario que requiera el enfoque exclusivo de nuestra atención; así ayudaremos a que nuestra concentración se fortalezca para que se mantenga constante y enfocada.

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