UNIVERSOS PARALELOS

 

 

Los físicos hablan ahora de la creación como algo no sólido y discontinuo. La ciencia de la física cuántica ha demostrado que nuestro mundo en realidad se produce en brevísimos y rápidos estallidos de luz. Lo que creemos ver como el balanceo del bateador en el “home plate”, en términos cuánticos es una serie de acontecimientos individuales que tienen lugar muy rápido y a muy poca distancia entre ellos. Al igual que las múltiples imágenes que forman una película, estos acontecimientos son en realidad minúsculos impulsos de luz denominados cuantos.

 

Los cuantos de nuestro mundo se suceden con tanta rapidez que aunque nuestros ojos sean capaces de percibirlos, nuestra mente no diferencia entre los pequeños estallidos de luz. En su lugar, las pulsaciones son vistas en conjunto como un acontecimiento continuado. La física cuántica es el estudio de estas diminutas unidades de ondas radiantes, fuerzas no físicas cuyo movimiento crea nuestro mundo físico.

 

En los últimos años, los científicos han recurrido a sus observaciones del mundo cuántico del átomo para explicar los misterios registrado en los confines del cosmos. Se cree que si un acontecimiento es observado a pequeña escala, quizá se pueda aplicar el mismo mecanismo para comprender los acontecimientos a gran escala. Actualmente la física cuántica nos permite “milagros” como la desaparición de un tumor y recuperar nuestra experiencia del tiempo perdido, posibilidades que antes se consideraban imposibles.

 

Por ejemplo, ¿nuestros vehículos y nuestro grupo sencillamente cambiaron su percepción del tiempo? ¿O sucedió algo todavía más sorprendente? ¿Es posible que esa mañana en el desierto del Sinaí participamos de un hecho que desafió los límites de nuestra imaginación, la posibilidad de experimentar múltiples realidades y saltar de un resultado a otro sin siquiera ser conscientes de ello?

 

Si en realidad el tiempo transcurre como si fuéramos por una ruta de dos

direcciones, ¿es posible que la ruta ofrezca múltiples carriles? ¿Podrían los acontecimientos empezar en un carril del tiempo y llegar a un punto en otro carril con un resultado distinto? ¿Podemos iniciar una línea de acontecimientos y “saltar” a mitad de camino para obtener un nuevo resultado? Si es así, esto implica la posibilidad de que existan múltiples resultados para un mismo hecho que ya ha comenzado. Las ochenta implicaciones de este tipo de pensamiento dan un nuevo sentido de esperanza a las predicciones de destrucción y sufrimiento global. Al mismo tiempo, nos invitan a considerar las elecciones que hacemos en nuestra vida cotidiana como vínculos directos con experiencias futuras.

 

La existencia de muchos resultados para un mismo acontecimiento fue señalada por la física cuántica hace casi ochenta años. Actualmente, científicos como Fred Alan Wolf y Richard Feynman han dado un nuevo sentido a estas cuestiones esotéricas vinculando las posibilidades cuánticas a la vida cotidiana.

 

De todas las incertidumbres del universo con múltiples posibilidades, están claros dos componentes:

 

Primero, el hecho de que se puedan considerar múltiples resultados implica que cada posibilidad ya ha sido creada y está presente en nuestro mundo. Quizás en algún lugar de la creación, en una forma que todavía hemos de reconocer, hay una mezcla embrionaria de lo físico y lo no físico. Cada resultado espera ser llamado al centro de nuestra conciencia.

 

Segundo, mientras un resultado cede su lugar a otro, durante un breve momento los dos ocupan el mismo espacio y tiempo. Mientras un acontecimiento llega a la atención de nuestros sentidos, será capaz de superponerse a un segundo acontecimiento, aunque solo sea durante la fracción de segundo en que se cruzan.

 

 

El condensado de Bose-Esinstein

La física cuántica propone un nombre para la realidad que tiene lugar durante el tiempo en que dos átomos ocupan el mismo punto del espacio en el mismo momento. Esta consecuencia se denomina condensado de Bose-Einstein, en honor a los autores de las ecuaciones que explican el fenómeno. Actualmente estos condensados se han podido observar y documentar en el entorno de laboratorio. Jeffrey Satinover relata que las condiciones Bose-Einstein se han dado en “condensados” de hasta 16 millones de átomos de berilio fusionados, producidos en laboratorio a finales de los noventa. Además, Satinover cuenta que el material creado a raíz de los experimentos es “lo bastante grande como para ser visto con los ojos y ha sido fotografiado”. Solo con estos estudios, aunque los sucesos que experimentamos en el desierto egipcio y la sanación que presenciamos en un vídeo parezcan contrarios a las leyes de la naturaleza, entran ya dentro de la conducta prevista que sugiere la física cuántica.

 

 

Universos múltiples: posibilidades y oportunidades

Quizás el hecho de considerar múltiples oportunidades nos revele uno de los grandes misterios de las ciencias de la creación ¿Por qué gran parte de nuestro universo parece no “existir”? Con los grandes ordenadores que siguen las huellas de los pasos de la creación hasta el Big Bang en el principio del tiempo, se desarrolla rápidamente un misterioso fenómeno. Poco después del instante en que los científicos creen que nació nuestro universo, aproximadamente el 90 por ciento “desaparece”. Queda solo un 10 por ciento explicable dentro de los modelos.

 

Al mismo tiempo, los investigadores de las ciencias de la vida nos piden que consideremos un segundo misterio. Los estudios sobre el cerebro humano sugieren que utilizamos solo una fracción de su capacidad, aproximadamente un 10 por ciento. El funcionamiento del 90 por ciento restantes queda por explicar y se cree que está en estado latente. Por supuesto, hay teorías como los “circuitos biológicos redundantes múltiples” y un todavía no realizado estado de evolución en el que lo utilizaremos más.

 

Sin embargo, todavía quedan por explicar los cálculos numéricos. Utilizamos el 10 por ciento de nuestro cerebro y solo explicamos el 10 por ciento de la masa del universo. ¿Dónde está el 90 por ciento restante de la creación y cuál es el propósito de ese 90 por ciento “inutilizado” de nuestro cerebro? ¿Es una coincidencia que estos porcentajes se repitan? ¿Qué nos están mostrando u ocultando los modelos informáticos y los biólogos?

 

Ni el modelo ni los científicos de la vida en el pasado tienen en cuenta una de las dinámicas de la creación más fundamentales y posiblemente la menos comprendida: el componente de la dimensionalidad. En nuestra siempre cambiante visión de la creación, muchos científicos ahora creen que todo lo que conocemos como nuestro mundo en esencia está formado por la misma sustancia de diminutas partículas de luz (cuantos) que vibran a diferentes velocidades.

 

Algunas formas de luz vibran tan despacio que aparecen en forma de minerales y rocas. Otras vibran más rápido y se manifiestan como plantas, animales y personas. Mientras que otras mucho más rápidas son las que crean nuestras ondas de televisión y de radio.

 

En último término, todas ellas pueden reducirse a una cualidad de luz vibratoria. Las observaciones de los físicos y de los científicos no tienen en cuenta los parámetros de la dimensionalidad, que ocurren a una velocidad vibratoria tan elevada que parecen estar más allá de nuestro alcance de percepción física. Las nuevas investigaciones sugieren que nuestro mundo no termina con las vibraciones observadas en los gráficos convencionales de ondas cósmicas, que vibran por encima de los 1022 ciclos por segundo.

 

Los cosmólogos ahora intuyen que poco después del momento de la creación, el universo se estaba expandiendo con tal rapidez que su vibración ya no se podía expresar dentro de las leyes de la experiencia tridimensional. Según esta teoría, ¡el 90 por ciento del universo estaría literalmente vibrando en estados más elevados de expresión! Este 90 por ciento puede representar el lugar donde se encuentran los universos paralelos de la teoría cuántica.

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