Cómo mejorar la calidad de vida

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A continuación les brindamos una definición que abarca el carácter multidimensional de esta expresión: “La calidad de vida es un concepto referido al bienestar en todas las áreas del ser humano, respondiendo a la satisfacción de las necesidades físicas (de salud, seguridad), materiales (de vivienda, ingresos, transporte, pertenencias, comida), sociales (de actividad laboral, familia, relaciones personales, comunidad, responsabilidades), descanso (recreación, vacaciones, etc.), psicológicas o emocionales (de afecto, autoestima, inteligencia emocional, espiritualidad, religión), de desarrollo (educación, productividad), y ecológicas (calidad del agua, del aire, y todo lo relacionado con el medio ambiente)” (*)

 

Como vemos, “la calidad de vida” no está restringida solo al campo de la salud, sino a todas las dimensiones en las que se desenvuelve e interactúa el ser humano, acumulando experiencias a través de la conciencia, para sentirse contento, realizado y feliz.

 

Si bien no es posible alcanzar la plenitud de la “calidad de vida” sin una buena salud, este logro por sí mismo no es suficiente para sentirnos bien, satisfechos y felices. Nuestro entorno también debe propiciar las condiciones favorables para vivir bien y plenamente, disfrutando nuestro día a día. Esto significa disfrutar de un medio ambiente saludable, limpio y ordenado; tener relaciones emocionales y sentimentales armoniosas y equilibradas que nos proporcionen estabilidad y equilibrio mental; realizar labores que disfrutamos aportando nuestra creatividad y que nos generen seguridad económica a fin de afrontar los desafíos de la vida sin sobresaltos ni angustias y, finalmente, adquirir una educación apropiada que nos permita formar un carácter ecuánime, sensato y coherente para seguir cultivando nuestra conciencia, (que es la que realmente experimenta el placer o el dolor, la alegría o la tristeza, el tedio o la ilusión, etc.) para ser felices.

 

El esfuerzo del ser humano, no debe limitarse solo a tener una buena salud, riquezas, poder, etc.; también es indispensable sentirse bien consigo mismo, de lo contrario estaremos perturbados, afligidos, angustiados, estresados y, en este estado, la felicidad se aleja.

 

Podemos concluir que la “calidad de vida” no solo consiste en tener buena salud integral, un sólido patrimonio económico, “poder” para hacer lo que nos place, ya que esto último en muchos casos, nos traerá satisfacciones transitorias o insensatas que luego regresarán como un bumerang a desequilibrarnos en una o en todas las dimensiones ya citadas, en las que se desenvuelve la vida humana.

 

Todo lo que hemos mencionado, como indicadores de la “calidad de vida”, solo son herramientas de las que dispone la conciencia para transitar hacia la felicidad profunda y el bienestar permanente.

 

Entonces, la “calidad de vida” reconoce que nuestro desenvolvimiento en la existencia, con las “herramientas facilitadoras” del buen vivir, deben estar en armonía con una capacidad reflexiva y de discernimiento con la que estamos dotados, para saber si procedemos conforme a lo que nuestra conciencia considera correcto para nosotros mismos y para la sociedad; es decir, que nuestro comportamiento genere una coexistencia pacífica y creativa que propicien orden, equilibrio y armonía, factores indispensables para darle calidad a la vida.

 

Ahora, la pregunta es, ¿estamos actuando coherentemente con nuestra conciencia?, o solo nos procuramos momentos agradables pero pasajeros de satisfacción que entorpecen y limitan nuestro crecimiento y cultivo como seres humanos para aspirar a niveles más profundos de goce y felicidad que expresen la verdadera “calidad de vida”, y el buen uso de las “herramientas” que disponemos para el “buen vivir”.

 

(*) http://quesignificado.com/calidad-de-vida/

 

Finalmente, ¿cómo podemos mejorar nuestra calidad de vida de manera global? A continuación les brindamos algunos consejos en los que coinciden muchos filósofos y psicólogos que pueden servirnos como herramientas adicionales para mejorar nuestra calidad de vida actual y en todas las etapas futuras de nuestra existencia.

 

- Conocernos. Si dedicamos todos los días un poco de tiempo para nosotros mismos ya sea a través de la meditación o de la contemplación, lograremos un mejor conocimiento de nuestro mundo interior (“Conócete a ti Mismo”- Oráculo de Delfos).

 

- Identificar lo que nos hace felices. Desde lo más importante hasta lo más simple y tratar de hacerlo.

 

- Esperar las cosas buenas. No todo es malo en la vida, así que es útil e importante esperar lo bueno para atraerlo.

 

- Salir de la rutina. Trazarse todos los días diferentes metas y realizarlas.

 

- Disfrutar de paseos. Caminar al aire libre, ir al cine, al teatro, a la playa, etc.

 

- Separar tiempo para el descanso. Así como es importante estar activos y sentirnos útiles, también es indispensable reponer energías con un descanso de calidad como dormir bien, relajarnos haciendo algo que nos cause alegría, etc.

 

- Comer de manera sobria. Es decir, no comer hasta sentirnos llenos. En realidad se recomienda dejar de comer incluso antes de sentirnos saciados.

 

- Elevar nuestra confianza. Nos ayuda a tomar decisiones correctas, y si nos equivocamos, siempre será útil aprender de nuestros errores.

 

- Jamás dejar de aprender. Todos los días es una nueva oportunidad de saber algo más.

 

- Compartir lo que sabemos. Nos sentiremos útiles y apreciados, pero lo más importante es que aportaremos nuevos conocimientos a otras personas.

 

- Controlar el estrés. No podemos controlar los hechos que se presentan en la vida, pero sí podemos elegir cómo enfrentarlos y cómo sentirnos ante cualquier situación.

- Ayudar. No es necesario tener mucho dinero para brindar ayuda. Si podemos ayudar económicamente está muy bien, pero generalmente, la ayuda más importante no tiene que ver con lo material: brindar una palabra de aliento, apoyar emocionalmente a quien nos lo solicita, y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para aliviar el sufrimiento de cualquier ser vivo que necesite de nosotros nos brindará una satisfacción que no se puede comprar con todo el dinero del mundo.

 

- Perdonar. Nos ayuda a liberarnos de las cargas negativas que nos afectan tanto mental como físicamente. Dejemos atrás el pasado y vivamos el presente.

 

- Agradecer. Tratar de recordar todo lo bueno que tenemos en la vida nos hace sentir agradecidos. Nunca faltarán los problemas, pero si ponemos todo en una balanza nos daremos cuenta que en general somos más afortunados de lo que creemos, y mientras más agradecidos seamos, más cosas buenas ocurrirán en nuestras vidas.

 

Ser feliz es una elección personal, y lo que sembramos hoy es lo que cosecharemos mañana. Es necesario cuidar la salud, así como cultivar la mente y el espíritu para poder manejar adecuadamente nuestros pensamientos y emociones, y con ello, enfrentar con calma, equilibrio y sabiduría las situaciones que se nos presenten para lograr disfrutar de una buena “calidad de vida”.

 

 

 

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