EL ZINC Y SU EFECTO ANTICANCERÍGENO

 

 

El cuerpo humano no puede almacenar reservas de zinc, por lo que puede surgir una deficiencia relativamente rápido, por ejemplo, si no se lleva una dieta adecuada.

 

La deficiencia severa de zinc es rara, pero las deficiencias leves son comunes alrededor del mundo. Muchos estudios epidemiológicos han demostrado una relación entre el contenido de zinc en la dieta y el riesgo de cáncer.

 

El efecto anticancerígeno del zinc se asocia con mayor frecuencia con su propiedades antioxidantes Sin embargo, esta es solo una de las muchas posibilidades, incluida la influencia del zinc sobre el sistema inmunitario, factores de transcripción, diferenciación y proliferación celular, ADN y ARN síntesis y reparación, activación o inhibición enzimática, regulación de la señalización celular y estabilización de la estructura celular y las membranas.

 

Un estudio reciente presenta temas seleccionados con respecto al conocimiento actual de los mecanismos anticancerígenos que involucran este elemento. Los datos citados en este estudio indican que el zinc es un oligoelemento esencial para la activación o estructura y estabilización de una gran cantidad de enzimas y factores de transcripción, así como el sistema inmunitario y respuesta antioxidante, apoptosis y salud mental.

 

La suplementación y una ingesta óptima de zinc restablecen la respuesta inmunitaria normal y reduce el riesgo de infección. El uso de sales queladas de zinc favorece su asimilación.

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