HÁBITOS QUE DEBEMOS MODIFICAR PARA DISFRUTAR DE UN BUEN SUEÑO

 

 

  • Bebidas alcohólicas antes de dormir: algunas personas tienen como costumbre tomar un traguito antes de dormir porque los relaja. El problema con este hábito es que altera los ciclos del sueño y es causa del despertar abrupto en medio de la noche. El organismo requiere por lo menos 3 horas para procesar el alcohol en la sangre. Si usted toma bebidas alcohólicas con la cena o en un compromiso, hágalo por lo menos 4 horas antes de dormir.

 

  • Comidas pesadas antes de dormir: ha escuchado el dicho “toma desayuno como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo”. Su cuerpo necesita la energía suficiente para poder renovarse, curarse, consolidar su memoria y otras tareas más que no las podría realizar si está despierto. Si come demasiado, pesado y tarde, toda su energía se concentrará en el sistema digestivo, por lo tanto, requerirá más horas de sueño. Además, hay una proporción entre la cantidad de comidas que toma en el día y su sueño. Una comida requiere 4 horas de sueño, 2 comidas requerirían 6 horas, 3 comidas necesitarían 8 horas. Algunas personas reportan levantarse con mucha energía después de dormir 5 o 6 horas cuando han ingerido una cena ligera a las 6 p.m.; mientras que otras personas, cuando han tenido una cena pesada en carbohidratos y carnes, necesitan hasta 10 horas de sueño.

 

  • Acostarse con hambre: por la misma razón que hemos referido en el párrafo anterior, aun cuando su cuerpo necesita la energía para regenerarse, eso no quiere decir que se va ir a la cama con hambre. La clave está en comer 3 horas antes de dormir o, si lo que come es muy ligero y de digestión rápida, puede ser menos tiempo. Si usted va a la cama con hambre es muy probable que se despierte a media noche con ganas de comer algo. Evite acostarse con hambre.

 

  • Acostarse con sed: hidratarse es muy importante para su cerebro y el resto de su organismo. La cantidad de agua que necesita varía en las personas, así como las horas que necesita dormir. Una manera de conocer si estamos tomando suficiente agua es observar el color de nuestra orina: si es cristalina o amarillo pálido, demuestra que estamos bebiendo lo suficiente. En todo caso, una vez que usted determina la cantidad de agua, que puede ser alrededor de 2 litros, es muy importante que deje de beber agua entre 2 a 4 horas antes de dormir. 

 

  • Laborar, comer, jugar… en el dormitorio: el cerebro funciona óptimamente cuando todo está dentro de un contexto y orden. Cuando usted labora en su dormitorio, dos cosas pueden suceder: va a sentirse adormitado mientras labora o estará muy alerta mientras trata de dormir. Comer en el dormitorio le producirá efectos similares. Si no tiene más remedio que laborar o comer en el dormitorio, le sugiero que ponga luces brillantes; y cuando vaya a dormir, oscuridad total. 

 

  • Dormir demasiado los fines de semana: se tiene la idea equivocada de que cuando no se duerme bien durante la semana, en el fin de semana debemos dormir más de la cuenta. Recuerde que su cuerpo optimiza sus actividades internas mientras usted mantiene una rutina de las actividades externas. Si duerme hasta tarde los fines de semana, va a tener problemas para levantarse los otros días. La clave es mantener el horario y hacer siestas poderosas por la tarde para recuperarse.

 

  • Pare de mirar el reloj: a partir de ahora, deje de prestarle atención al número de horas que duerme. Establezca la hora en que debe levantarse todos los días. A partir de esa hora, defina las horas que le gustaría dormir. Comience con 7 horas.  Por ejemplo, si usted se levanta a las 6 de la mañana, irá a la cama a las 11 de la noche.  Previamente, habrá cumplido con su ritual de dormir, que incluirá técnicas de relajación o meditación o afirmaciones. Aunque no duerma cuando se acueste, mi consejo es que no mire el reloj. Si no puede conciliar el sueño, la oración y la meditación son excelente compañía para conectarse con su mundo espiritual.  Olvídese del reloj por la noche: el tiempo no existe. Y repítase a sí mismo: “el tiempo de Dios es perfecto”. 

 

  • TV, tabletas o celulares: la sociedad entera es adicta a la tecnología. Y no es una teoría, es una realidad. Hay un químico que nuestro cuerpo produce llamado dopamina, que controla el “placer” en el cerebro. Es lo que motiva que usted tenga ciertos patrones de comportamiento para lograr ciertos placeres como comida, sexo y drogas. Lo que se ha descubierto recientemente es que la dopamina no produce placer, sino que el placer es el resultado de la “búsqueda”. La dopamina es un químico en el cerebro que nos estimula a buscar, como si estuviéramos cazando. Se trata de anticiparse a lo que viene después.  Internet es una trampa perfecta para la dopamina de nuestro cerebro. Es como entrar a la dimensión desconocida. ¿Recuerdan esa serie en la televisión de los años 60 en la que nos manteníamos pendientes de qué pasaría después? Eso es lo que busca la dopamina y, para hacerlo, nos tiene que mantener despiertos. Mantenga todos estos aparatos tecnológicos fuera de su dormitorio.

 

  • Evite hablar sobre su problema de dormir: si usted habla de sus problemas de dormir, estará reafirmando un patrón en su cerebro que tendrá que desprogramar. No solo me refiero a hablarlo con otras personas, también debe observar su diálogo interno, qué mensaje le está dando a su cuerpo. La historia que usted conversa con otros o consigo mismo puede convertirse en la historia de su vida. Solo hable de sus problemas con profesionales que lo puedan ayudar; hacerlo con otras personas es totalmente improductivo. Recuerde: cuantas más veces hable de sus problemas, más presentes estarán y no podrá revertirlos. 

 

 

NOTA EDITORIAL: Si desean conocer más acerca de los beneficios del sueño en nuestra salud, les sugerimos adquirir en la librería de su preferencia el libro “El sueño es sagrado” del Dr. José Luis Pérez-Albela.

 

21/01/2021

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