INCONTINENCIA URINARIA

 

 

La incontinencia urinaria se puede clasificar en los siguientes tipos:

* Incontinencia por esfuerzo

* Vejiga hiperactiva

* Incontinencia durante el sueño

* Incontinencia en los adultos mayores

 

CAUSAS

Son múltiples las causas que pueden generar una incontinencia:

 

Durante un esfuerzo físico o estrés. Es la pérdida de orina producto del esfuerzo del ejercicio y otros mecanismos que aumentan la presión en la zona interior del abdomen como la tos, flexión del cuerpo, risa, estornudos, etc. Esta incontinencia es ocasional y por lo general no es continua. Las pérdidas de orina generalmente son de volúmenes tan pequeños que no requieren tratamiento.

 

Vejiga hiperactiva. Es la urgencia imperiosa por orinar. El paciente generalmente tiene conciencia de la pérdida de orina. Puede acompañarse de síntomas vesicales como orina muy frecuente o durante la noche, aunque la frecuencia miccional depende de la ingesta de líquidos y de los hábitos individuales de la micción. Es la forma más común de incontinencia urinaria que padecen las personas mayores de 75 años.

 

Por distención de la vejiga. Es la pérdida de orina asociada a una vejiga que se encuentra muy distendida por imposibilidad de vaciamiento, con el consiguiente goteo. Se presenta solo cuando hay grandes volúmenes de orina dentro de la vejiga.

 

Trastornos funcionales. Causada por factores ajenos al tracto urinario inferior (sin lesiones estructurales) como deterioro de la movilidad o la demencia, que incapacitan al paciente para ir al baño de la manera adecuada. Su diagnóstico es de exclusión, porque aunque el paciente padezca demencia, inmovilidad o debilidad, podría tener otro tipo de incontinencia. Es común en las personas de la tercera edad asociada con el deterioro cognitivo y de las funciones físicas.

 

Incontinencia infantil. Generalmente se da durante la noche. La enuresis puede tener varias causas: retraso en el aprendizaje del control miccional, problemas psicológicos o afecciones de la vejiga.

 

La incontinencia urinaria depende del buen funcionamiento de la vejiga, la uretra, los esfínteres y los nervios correspondientes. Cualquier alteración en uno o varios de estos órganos produce incontinencia urinaria.

 

PREVENCIÓN

* Beber cantidades de agua razonables durante el día (un vaso cada vez)

* No tomar bebidas o refrescos helados

 

TRATAMIENTOS NATURALES

Los tratamientos dependen de la causa que la origina. Por ejemplo, si es por la tos, se deberá tener paciencia porque hay que tratar la causa que genera la incontinencia. De todas formas existen dos ejercicios que pueden reeducar el ritmo de frecuencia urinaria:

 

Ejercicios de entrenamiento vesical. El objetivo es ayudar al paciente con incontinencia a recuperar el control de su vejiga para regular el paso de la orina y aumentar la capacidad vesical para reducir el número de episodios de incontinencia. El entrenamiento vesical se usa fundamentalmente en el tratamiento de pacientes con síntomas de polaquiuria (frecuencia miccional durante el día, que suelen ser de escasa cantidad y que refleja una irritación o inflamación del tracto urinario), urgencia e incontinencia de urgencia y, con frecuencia, se combina con otros tratamientos.

 

El tratamiento consiste en establecer períodos de tiempos fijos para orinar, por ejemplo, cada hora, sin esperar que el paciente tenga ganas de hacerlo. Posteriormente se va aumentando el tiempo entre micción gradualmente, hasta que la necesidad de orinar se sienta cada 2 o 3 horas. Esto permite al paciente aumentar la capacidad vesical, para que pueda esperar intervalos prolongados para orinar.

 

Ejercicios del suelo pelviano. También llamados ejercicios de Kegel, consisten en realizar contracciones y relajaciones de la musculatura del suelo pelviano (pubocoxigeo) para fortalecerla.

 

El ejercicio de Kegel consiste en orinar entrecortadamente (orinar, parar y volver a orinar), de esta manera se fortalece el músculo de la vejiga y los esfínteres.

 

Un ejercicio sencillo es acostarse de espaldas con las rodillas dobladas y los pies ligeramente separados. Contraer el recto, la uretra, y en el caso de las mujeres también la vagina. Luego contraer los músculos como si se estuviera tratando de parar de orinar. Mantener la tensión mientras se cuenta lentamente hasta tres. Luego se libera lentamente la tensión. Repetir este ejercicio de cinco a diez veces. Recordar respirar de forma uniforme y cómoda y no tensar los músculos del estómago, de los muslos o los de las nalgas, ya que se estaría haciendo ejercicio con los músculos equivocados.

 

Es importante recordarles a los que padecen de esta condición (ya sea crónica o pasajera), que se sentirán más seguros usando pañales para adultos; los pueden adquirir en todas las tallas y existen modelos para todas las necesidades.

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