LA ALTERNANCIA CÍCLICA DE LA SALUD Y LA ENFERMEDAD

 

EI ser humano, como todas las criaturas que pueblan el planeta y todas las estructuras del cosmos, está sometido a las leyes cíclicas que rigen el universo.

 

Se puede considerar un ciclo, como toda sucesión de estados fisiológicos que se dan alternativamente hasta llegar de nuevo al estado inicial.

 

Es notoria la influencia cíclica en nuestra vida: podemos observar el ciclo del día y el ciclo de la noche, el estacional o el ciclo menstrual de la mujer (este último, estrechamente relacionado con el ciclo lunar). Estos son los más destacados, pero como dice el doctor Eduardo Alfonso, existen muchos otros ciclos que ejercen influencias más sutiles en el organismo humano.

 

La salud y la enfermedad constituyen los dos polos opuestos del ciclo de la energía humana. Para que haya salud es necesario padecer de vez en cuando una enfermedad de las denominadas de tipo depurativo, como por ejemplo las anginas, un eczema, diarreas, poliurias, etc.

 

Todos hemos podido observar y experimentar en alguna ocasión que, después de sufrir una de estas enfermedades y tras haber pasado el período de convalecencia, nos encontramos muchísimo mejor que antes de padecerlas. En efecto, cuando el organismo adquiere un estado de salud óptimo y una energía vital suficiente, en el caso de que exista una toxemia, prepara una crisis depurativa para alcanzar en el próximo ciclo un estado de salud más elevado.

 

18/01/2021

 

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