LA CROMOTERAPIA EN LA SALUD

 

Incorporar colores a nuestra vida es esencial ya que permite mantener la armonía, el equilibrio, y expande nuestra conciencia cuando atravesamos situaciones difíciles en nuestra vida cotidiana.

 

Una forma simple de usar la cromoterapia consiste en aplicar los colores sobre el cuerpo físico a través de la ropa que usamos. De esta manera, despertamos las cualidades que necesitamos para equilibrarnos emocionalmente.

 

También podemos incorporar color interiormente a través del sistema respiratorio visualizando cuando inspiramos los colores que nos hacen falta o aquellos con los que nos sentimos alineados. Esto producirá una entrada de luz a nuestro sistema iluminando nuestro cuerpo por dentro.

 

Otra manera de hacerlo es absorber color a través de la alimentación, es decir, comiendo alimentos relacionados con ciertos colores. Aquí es muy importante prestar atención a aquellos alimentos que ingerimos, ya que a través de su color podemos compensar diferentes carencias.

 

Actualmente, afrontamos el problema de que hemos reemplazado alimentos integrales, naturales y frescos por comida preparada, congelada, enlatada o procesada. Aunque pueden ser sabrosos, estos alimentos no cumplen con los requerimientos que nuestro cuerpo necesita para funcionar en armonía. Debemos recordar que lo que comemos nos afecta emocional, física y mentalmente.  Además, nuestra actitud hacia los alimentos y cómo los comemos determina en gran manera nuestra forma de relacionarnos espiritualmente con la vida.

 

Debemos elegir alimentos completos, naturales, frescos, y prepararlos con dedicación y gratitud poniendo atención en los colores que ingerimos. Cada color tiene una determinada frecuencia vibratoria, por lo que podemos agrupar a los alimentos según los efectos que producen en nuestros chakras o centros de energía.

 

Los alimentos de color rojo calientan, y comerlos estimula la base de la columna vertebral, el aparato reproductor y todos los órganos en esa área. Favorece la entrada de calor y la temperatura corporal estimulando la circulación de la sangre. Disminuye la sensación de cansancio y fatiga.

 

Los alimentos de color naranja son eficaces cuando se trata de estimular el apetito y facilitan la digestión. Aportan energía física actuando como potentes tónicos. Nutren y equilibran el área de los intestinos, bazo y vejiga. Además, estimulan la creatividad y nos ayudan a relacionarnos con los demás.

 

Los de color amarillo revitalizan el centro que absorbe la fuerza vital. Mejoran la habilidad para sentirse alegre y positivo. Estimulan las facultades mentales y el cerebro. Los órganos que se favorecen con este color son: hígado, piel y el sistema nervioso central.

 

Los de color verde ayudan a mantener el equilibrio en nuestro cuerpo físico y sutil. Nos conectan con la naturaleza, nos ayudan a respirar mejor y nos dan el deseo de expandir el corazón, mente y espíritu. Afectan a nuestro corazón, pulmones y a la glándula del timo.

 

Los de color azul se relacionan con el centro de la garganta que rige la tiroides y paratiroides, los músculos del cuello y de los hombros. Nos ayudan en la relajación y la calma pues son tranquilizantes; también nos induce a la autoexpresión y facilitan la respiración. Si se consumen por la noche ayudan a dormir mejor.

 

Los alimentos violeta calman nuestros pensamientos y ayudan a conectarnos con nuestro ser superior. Comer alimentos color violeta induce a la calma y mejora nuestros procesos intuitivos así como la creatividad y la inspiración. Los órganos que se benefician cuando consumimos estos alimentos son: el cerebro, el sistema nervioso central y la glándula pineal.

 

07/12/2020

 

 

 

 

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