LA FATIGA Y CÓMO ALIVIARLA

 

 

La fatiga es diferente a otras afecciones porque no se puede medir por medio de análisis de sangre o de orina. Lo que sí se puede hacer es medir los niveles de anticuerpos virales en la sangre en pacientes que padecen del síndrome de fatiga crónica, un desorden inmunológico en el que la fatiga es un síntoma primordial, pero esto tampoco constituye un diagnóstico certero.

 

¿Cómo aliviar este problema?

Siempre he afirmado que el magnesio permite que nuestros músculos se relajen. Si nuestros cuerpos tienen carencia de calcio, podemos extraerlo de las grandes reservas que se encuentran en nuestros huesos, pero cuando existe deficiencia de magnesio en los huesos, el organismo lo extrae del ya bajo suministro de los músculos. Pero cuando nuestros músculos pierden magnesio, el calcio se recarga y, como resultado, los músculos se tensan y agarrotan. Todo este proceso puede repercutir en problemas debilitantes, especialmente en la exacerbación de los síntomas de la fatiga crónica.

 

El magnesio ha tenido un profundo impacto en el tratamiento de esta enfermedad. Algunos médicos pioneros comenzaron a tratar a pacientes de SFC con inyecciones de magnesio y lo usan como un valioso aliado.

 

Como parte del tratamiento para el SFC, hay que observar la condición del paciente y comprobar la existencia de alguna alergia, puesto que el 80 por ciento de los pacientes de fatiga crónica sufren de ellas.

 

También se debe comprobar las deficiencias nutricionales y hormonales. Un programa completo para el tratamiento debe incluir antioxidantes como la vitamina C; aminoácidos que potencien la energía como la tirosina; el ginkgo biloba para mejorar la circulación cerebral; la coenzima Q10 para energizar las mitocondrias celulares, y el ginseng siberiano, una hierba excelente para bajar los niveles de estrés.

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