RESPETEMOS LOS ANTIBIÓTICOS

 

 

 

Me gustaría hablar de un tema que considero súper importante: los antibióticos. Como doctora que labora con los pacientes más enfermos de nuestra clínica, considero a los antibióticos como una terapia salvavidas. Realmente, siento un gran respeto por los antibióticos, aunque solo deben utilizarse cuando son verdaderamente necesarios. He visto demasiadas personas (tanto médicos como no médicos) haciendo uso indebido de los antibióticos. Algunas personas piensan erróneamente que los antibióticos pueden tratar cualquier mal imaginable.

 

Por otra parte, también tenemos a aquellas personas que están en el polo opuesto: ¡aquellas que no toman los antibióticos, aunque los necesiten! Tenemos que llegar a un punto medio. Debemos utilizar los antibióticos juiciosamente, pero a la vez sentirnos cómodos cuando tenemos que usarlos. Recordemos que ningún extremo es bueno.

 

 

¿Y qué hay de bueno con los antibióticos?

Los antibióticos han sido un descubrimiento increíble. Los primeros antibióticos fueron descubiertos entre los años 1930 y 1940, éstos revolucionaron el panorama médico y el sector de la salud pública por completo. Verán, antes del descubrimiento de la sulfanilamida en 1936 y la penicilina en 1942, los médicos tenían la capacidad de diagnosticar las enfermedades infecciosas, pero no tenían mucho material para tratarlas. Diagnosticaban a sus pacientes y les deseaban lo mejor. La gente moría de enfermedades infecciosas que actualmente, hasta el momento, podemos tratar.

 

Para darles una mayor perspectiva, consideren esto: la mortalidad por padecer de una pulmonía adquirida en la comunidad bajó un 25% luego de la llegada de los antibióticos. En cuanto infecciones del corazón, la mortalidad se redujo en un 75% y las infecciones del cerebro, como la meningitis, disminuyó en un 60%. En fin, una vez que descubrimos los antibióticos, adquirimos la capacidad de combatir enfermedades que, en algún momento, fueron sentencias de muerte.

 

Pues me parece fabuloso, ahora podemos combatir infecciones, entonces, ¿cuál es el problema?

 

Desafortunadamente, como frecuentemente ocurre con nuestra especie, nos emocionamos mucho con este nuevo descubrimiento. Y no estoy juzgando a nadie, pues si yo hubiese pasado de no tener nada con qué tratar a mis pacientes a encontrar el huevo de oro, también hubiese querido compartirlo con TODOS mis pacientes. Sin embargo, con el paso del tiempo, este patrón continuó y no veíamos el daño que hacíamos con el uso indiscriminado de los antibióticos. No respetábamos los antibióticos.

 

En aquella época, teníamos mentes brillantes que nos advirtieron de este peligro desde el principio. Sin embargo, tampoco escuchamos. Hasta el gran científico inglés, Alexander Fleming, descubridor de la penicilina, nos advirtió en los 1940’s: … las personas descuidadas que usan la penicilina como un juego, son moralmente responsables por la muerte del ser humano, que al final sucumbe a una infección causada por un organismo que es resistente a la penicilina.

 

 

¿Cuál es el verdadero problema con la resistencia a los antibióticos?

Bueno, quizás ya adivinaron que, con el tiempo, las bacterias se volvieron más listas. Como todos los organismos, se adaptaron y aprendieron a sobrevivir. Así que mientras más las exponíamos al mismo antibiótico para matarlas, ellas empezaron a desarrollar mecanismos de defensa contra los antibióticos.

 

Aprendieron la manera para inhibir la actividad de los antibióticos o simplemente cómo neutralizarlos. Las bacterias se desarrollaban en un mundo de “mata o te matan”. Ya en los 1990’s, comenzamos a darnos cuenta de la magnitud del problema que habíamos creado.

 

Los antibióticos, que antes eran extremadamente efectivos contra cierto tipo de bacterias, ya no lo eran. Y aun peor, ya no estábamos descubriendo nuevos antibióticos.

 

 

Los animales y la resistencia a los antibióticos

Con el desarrollo de la ganadería industrial, el ganado comenzó a vivir en condiciones deplorables; con poco espacio entre un animal y otro. Estas condiciones creaban un ambiente preciso para desarrollar infecciones y contagiarlas. Los animales comenzaron a necesitar tratamientos con antibióticos para prevenir grandes epidemias que podían destruir todo el ganado.

 

Con el uso indiscriminado de los antibióticos en la ganadería, los animales también comenzaron a desarrollar resistencia a los antibióticos. ¿Adivinen que les sucedió a los granjeros que laboraban con estos animales día y noche? Y peor aún, ¿qué les sucedió a todos ellos y a las demás personas que preparaban la carne cruda de estos animales? Pues comenzamos a adquirir esas bacterias resistentes que tenían los animales y se convirtieron en parte de nuestra flora bacteriana. Esto significa que, mediante los animales, también adquirimos resistencia a los antibióticos.

 

Solo en los Estados Unidos, entre los humanos, los animales y algunos otros usos de antibióticos, exponemos al medio ambiente a 15 millones de kilos de antibióticos. Esto realmente me alarma y asusta. ¿Cómo es posible que alguien no vea el problema que tenemos?

 

Por otra parte, los exhorto a que visiten la ganadería donde compran su carne y vean sus prácticas. Podrían quedar espantados y hasta decidir cambiar de proveedor a uno más responsable y con mejores prácticas. Si les interesa el tema, también les recomiendo el documental Food, Inc.

 

 

Entonces, ¿qué podemos hacer?

Tenemos que ser juiciosos en cuanto a la prescripción de antibióticos (como médicos) y a los pedidos de antibióticos (como pacientes). Una idea errónea común es: “Tengo una gripe, así que voy a ir al médico o a la farmacia para que me den antibióticos”. Tenemos que empezar por comprender el concepto de que la gripe y los resfríos NO son causados por bacterias, si no por virus. Podrías tomar todos los antibióticos del mundo y esto no te va a tratar el resfrío. El problema es que no tenemos paciencia. La mayoría de los virus mejoran en 3 o 5 días. Al tomar antibióticos y mejorar a los 3 o 5 días, pensamos equivocadamente que el antibiótico nos mejoró; sin embargo, lo que simplemente sucedió es que el cuerpo ya estaba erradicando el virus, como transcurre el curso natural de la enfermedad.

 

Si les preocupa una posible infección bacteriana, vayan a un buen médico y pídanle análisis de sangre. Tenemos varios parámetros que podemos ver en la sangre y nos ayudan a diferenciar si una infección es causada por virus o por bacterias, así podemos ser más cautelosos con el uso de los antibióticos. Por favor, no usen los antibióticos que tengan en casa y que ya utilizaron para alguna infección tratada en el pasado, y no vayan a la farmacia a pedir antibióticos sin antes haberse hecho un control. Primero hablen con su médico. Sean parte de la solución, no del problema.

 

 

EN EL EXTREMO OPUESTO

Por otra parte, si luego de tu control, el medico determina que tienes una gran probabilidad de tener una infección bacteriana o si te hacen un cultivo que sale positivo de alguna infección bacteriana, por favor trátate con antibióticos, que para eso son. Por fortuna, aún tenemos varios antibióticos o combinaciones de estos que funcionan. Es importante tener claro que los antibióticos tampoco son el enemigo. Este podría no ser el caso a largo plazo, si la resistencia contra los antibióticos sigue aumentando.

 

Si no quieren tomar antibióticos porque les preocupa su micro bioma o la salud de su flora intestinal, comiencen a tomar pro-bióticos que pueden proteger su flora intestinal y prevenir las diarreas asociadas con el uso de antibióticos.

 

Obviamente, en ese momento lo más importante sería tratar la infección bacteriana. Una infección bacteriana descontrolada podría resultar en una sepsis y hasta en la muerte. En ese caso, de nada sirve la salud de la flora intestinal.

 

En fin, espero que esta información los ayude y les dé una perspectiva nueva, sin importar en qué lado del debate de los antibióticos se encuentren. Asegurémonos que nosotros, y nuestras futuras generaciones puedan tratar las infecciones bacterianas cuando las desarrollan y no tengan que regresar a los 1900’s, cuando la gente moría por este tipo de infecciones.

 

 

Michelle Ramírez es médica intensivista de niños. También es editora de una ONG Puerto Rico Rise Up. Nacida y criada en Puerto Rico, vive en la ciudad de Nueva York hace 12 años con su esposo y su hija.

 

Michelle Ramírez tiene un blog sobre temas de salud y bienestar al cual pueden acceder entrando al siguiente link: http://dreamvibranthealth.com/

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