TRATAMIENTOS NATURALES PARA LA FERTILIDAD


 

No existen remedios mágicos para conseguir fertilidad de una manera decisiva, pero algunas técnicas y remedios pueden ayudar a hacer más fácil la concepción. Veamos algunos de ellos:

 

Dieta. Debe ser lo más biológica posible. Hay que reducir al mínimo el consumo de pesticidas y grasas de baja calidad biológica. Se recomiendan los alimentos de cultivo orgánico. Conviene evitar especialmente los productos de pastelería y los alimentos industrializados y preparados (que contienen en muchos casos grasas de dudoso origen) y aumentar el consumo de frutas, verduras, frutos secos y aceites vírgenes de presión al frío (estos últimos contienen cantidades nada despreciables de vitamina E, o tocoferol, denominada también “la vitamina de la fertilidad”). Evitar el estreñimiento puede ayudar a descongestionar la pelvis y a mejorar la circulación en esta zona, aumentando el aporte nutritivo hacia la zona genital y los órganos reproductores.

 

Hábitos. El tabaco reduce las posibilidades de embarazo y, no solo eso, sino que en caso de que éste se produzca, aumenta las posibilidades de aborto y de que el peso del feto sea más reducido.  La contaminación medioambiental, que inhalamos casi sin darnos cuenta, produce efectos similares.

 

El ejercicio moderado, en especial el paseo, la natación y la bicicleta, pueden ayudar a mejorar la circulación en la zona del abdomen. No son muy recomendables los esfuerzos físicos importantes o el deporte de alta competición: de hecho, muchas atletas de elite no tienen la regla y son infértiles en ese período.

 

Plantas medicinales. No hay plantas que tengan una acción específica sobre la fertilidad masculina o femenina, pero algunas de ellas pueden ayudar por su acción descongestiva y depurativa, relajante muscular o de tipo regulador del ciclo. Entre las plantas depurativas podemos citar el boldo (Peumus boldus), el diente de león (Taraxacum dens-leonis), la bardana (Arctium lappa) o la zarzaparrilla (Smilax medica), que se pueden tomar en tisanas. Del mismo modo se pueden tomar plantas relajantes como la salvia (Salvia officinalis), la melisa (Melissa officinalis) o el espino blanco (Crataegus oxyacantha). Entre las plantas que regulan el ciclo menstrual femenino, pueden estar indicadas la salvia nuevamente, la milenrama (Achillea millefolium) o la angélica (Angelica archangelica). La indicación específica de unas u otras, sin embargo, vendrá dada por las características de cada persona y por ello será objeto de prescripción por parte del profesional.

 

Cataplasmas. Una cataplasma o envoltura en la zona abdominal puede descongestionar la pelvis:

  • Comprar un paño de algodón o una gasa grande.
  • Preparar una tisana en partes iguales de meliloto (Melilotus officinalis) y harina de fenogreco (Trigonella foenum-graecum), poniendo unos 330g de la planta por litro de agua. 
  • Hervir la tisana unos cinco minutos y dejarla enfriar. 
  • Remojar el paño en la tisana fría, doblándolo de forma que tenga un tamaño aproximado de 20cm x 10cm. Escurrirlo y exprimirlo a conciencia de forma que tan solo quede húmedo. 
  • Aplicar sobre la zona de los ovarios, cubriendo desde un lado al otro la parte baja de la barriga. 
  • Poner encima del paño una toalla de algodón que lo cubra suficientemente y evite que entre el aire y se enfríe. 
  • Poner encima de la toalla una sábana pequeña de algodón que la abarque completamente; ajustarla al cuerpo como si fuese una faja y sujetarla con unas tiras de velcro o imperdibles.
  • Dejar actuar toda la noche haciendo esta aplicación dos veces por semana durante tres meses.

 

Antioxidantes. La ingesta de suplementos antioxidantes (betacaroteno, flavonoides, picnogenol o quercetina) puede estar indicada para mejorar la salud general y, por lo tanto, la fertilidad.  No hay que abusar de los suplementos porque los mejores antioxidantes son los que podemos conseguir a través de los alimentos.  Podemos encontrarlos especialmente en los alimentos frescos y ricos en colores, como las frutas y verduras frescas y de  colores intensos (mango, zanahoria, betarraga, moras, tomate, camote, etc.).

 

Relajación. Conviene aprender a relajarse, a hacer respiraciones tranquilas y a disminuir la tensión muscular. Se sabe que la tensión muscular concentrada en la zona genital puede obstruir los canales por donde circulan las células germinales.

Existen varias técnicas que pueden ser de utilidad, desde el yoga a la meditación, pasando por las numerosas técnicas con las que cuenta la psicoterapia. En muchos casos es recomendable el consejo de un profesional, pero más importante es aplicar luego sus consejos a la vida diaria, especialmente en los momentos de tensión nerviosa.

 

15/07/2021

Compártelo