HECHO LAMENTABLE: EL LAGO ARAL SE SECÓ

 

 

 

El llamado Mar de Aral, en Asia Central, era el cuarto lago más grande del mundo, hoy, está prácticamente seco y se ha convertido en un gran desierto.

 

Varias organizaciones protectoras del medioambiente ya habían alertado hace tiempo sobre lo que estaba sucediendo a lo que se considera uno de los mayores desastres naturales.

 

Las organizaciones defensoras del medioambiente y expertos llevan años advirtiendo lo que estaba por suceder, y ahora lo consideran uno de los mayores desastres naturales producidos por el ser humano. .

 

El lago Aral, entre Uzbekistán y Kazajistán, que tuvo una superficie de unos 67.300 kilómetros y que suministraba una sexta parte de todo el pescado que se consumía en la Unión Soviética, fue perdiendo flujo a medida que los ingenieros de la URSS desviaban los ríos que lo alimentaban para nutrir las estepas, con el objetivo de crear enormes campos de arroz y otros cultivos.

 

Actualmente solo queda un 10% de agua. Se ha perdido una superficie hídrica enorme, tan grande como Irlanda. El gran mar interior se ha transformado en lagos más pequeños, cada uno con sus propias posibilidades de salir adelante, apunta Peter Zavyálov, vicedirector de la Academia de Oceanografía de la Academia Rusa de Ciencias. Además, el agua que queda tiene una salinidad mucho mayor debido a la evaporación, lo que la ha contaminado. Y algunas de esas cuencas tienen mucha polución debido a los herbicidas y pesticidas utilizados en las plantaciones.

 

El colapso del mar de Aral, del que alerta el último informe del departamento de Medio Ambiente de Naciones Unidas, ha dejado secuelas mayúsculas. No solo es un desastre medioambiental, sino también social. Como resultado de la desertificación de las últimas décadas, las que antes fueron ciudades costeras fueron alejándose del agua y murieron millones de peces. La antes prolífica industria pesquera languideció hasta casi desaparecer. Y eso derivó en un gran éxodo migratorio hacia zonas más prósperas. Quienes se quedaron, sufren problemas de salud no solo debido al agua contaminada, sino también a las tormentas de polvo, que contienen residuos tóxicos, según los entendidos en la materia.

 

Los ciudadanos de esa área han experimentado problemas pulmonares y cardiacos, reducción de la fertilidad y retraso del crecimiento. Además, varios estudios revelan que se ha detectado un aumento de los casos de cáncer; sobre todo, un estudio realizado sobre el terreno por investigadores del Instituto de Física de Uzbekistán. Los pobladores de la zona se quejan, además, de que las autoridades no escucharon sus llamadas de alerta. Durante años los pescadores locales clavaron palos en el lago para demostrar que el agua estaba disminuyendo. Pero no se hizo nada. Ahora, solo se pueden apreciar los barcos abandonados.

 

Sin embargo, la industria pesquera no ha sido la única afectada. El gran perjudicado fue el ecosistema de la zona, ya que han desaparecido 20 de las 24 especies de peces existentes y con ellas, otras muchas de aves que dependían de ellos y de la flora del lugar, que también se ha visto severamente afectada. Un daño provocado con conocimiento de causa: según denunció el hidrólogo Ruso Aleksandr Asarin, empleado en el proyecto, al diario norteamericano The New York Times.

 

Desde hace 10 años un proyecto financiado con ayuda internacional trata de devolver la vida al Mar de Aral; sin embargo, Zavyálov manifiesta que es casi imposible, no solo porque requiere la cooperación de todos los países por donde transcurren los ríos que lo alimentan --en ciertos casos enfrentados o con mala relación entre sí. Además añadió: “En el ahora llamado mar de Aral pequeño, que está al norte, la situación se ha estabilizado, han regresado peces. En el resto de estanques la situación es mucho peor. Hay que administrar agua dulce al mar, pero ahora es imposible ya que el agua de los ríos se sigue usando para la agricultura; además el factor climático no lo favorece”.

 

Es una lástima que el ser humano siga haciendo el papel de depredador de la naturaleza que con tanta bondad nos ofrece sus beneficios, pero la codicia y la sobre explotación no tienen límites, y aquí tenemos los resultados, un lago importante menos en el mundo. ¿Hasta dónde seguiremos haciéndole daño a nuestro medioambiente?

 

 

Fuente de información:

abc.es

elpais.com

theguardian.com

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