CONTEMPLEMOS TODO CON ADMIRACIÓN

 

 

 

Deberíamos buscar ante todo el mundo de lo maravilloso y lo demás se nos concederá por añadidura. Pero solo nuestro estado de conciencia nos permitirá acceder a él.

 

El maestro Jesús declaró que si queríamos entrar en el Reino, teníamos que ser “igual que los niños”. Los niños se encuentran en un estado de alegría y admiración permanentes. Ellos están convencidos de que cualquier cosa maravillosa puede suceder.

 

Los niños viven una espera llena de esperanza, hasta el momento en que los adultos o las experiencias desgraciadas de la vida consiguen alejarlos de ese maravilloso mundo.

 

Evoquemos el pasado y recordemos algunas de las ideas desmoralizadoras que nos fueron inculcadas: “Primero, cómete la manzana que está medio podrida”. “Nunca esperes grandes cosas y jamás te sentirás decepcionado”. “En la vida nunca se puede tener todo”. “Nunca se sabe lo que nos deparará el futuro”. ¡Vaya forma de empezar una vida!

 

En la actualidad, los niños tienen la gran suerte de vivir una época en la que se les enseña la verdad, ya desde su más tierna infancia. Ellos deben saber que tienen el poder de convertirse en aquello que desean, ya sea una famosa estrella de cine o un gran pianista que hace giras por todo el mundo.

 

Todos hemos soñado con lo maravilloso, donde todo puede suceder de un momento a otro, pues los milagros se producen si estamos atentos observando.

 

Por ello, tomemos conciencia del milagro y estemos dispuestos a concretar esta experiencia en nuestras vidas.

 

Pensemos en aquello que anhelamos, pero que nos parece tan difícil de alcanzar: quizá tenga algo que ver con la salud, el dinero, la felicidad o nuestra propia autodeterminación. Nunca nos preguntemos cómo conseguir que se realice este bien. Limitémonos a dar las gracias, porque ya lo hemos recibido en el plano invisible y, en consecuencia, las etapas que nos conducirán hasta él también estarán preparadas.

 

Recordemos que ahora es el momento favorable. Hoy es el día propicio. El bien que nos ha sido destinado puede aparecer de un momento a otro.

 

 

 

¡Contemplemos con admiración cuanto nos rodea!

 

Para finalizar, los dejamos con una maravillosa reflexión del maestro de la Fraternidad Blanca Universal Omraam Mikhaël Aïvanhov:

 

 

"Por la mañana, cuando abrís vuestra ventana o cuando salís de casa, veis el cielo, el sol, los árboles... Esforzaos por mirarlos como si los vieseis por primera vez: así descubriréis en ellos toda una vida sutil de la que no os habíais dado cuenta hasta ahora, porque habíais dejado que se interpusiera una pantalla opaca entre vosotros y la realidad. El día en que os hayáis desprendido de esta pantalla, poseeréis la verdadera visión, la verdadera inteligencia de las cosas. La verdadera inteligencia es como una fuente que brota, por eso nos presenta una visión siempre nueva que nos llena de admiración”.

 

“Verlo todo por primera vez: debéis aprender a cultivar esta actitud, no solo con respecto a la naturaleza, sino también con respecto a los seres humanos. Entonces, no solo haréis descubrimientos insospechados, sino que os volveréis mucho más interesantes y simpáticos hacia los demás."

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