EL DOCTOR HUANCA "EL MÉDICO DE LOS POBRES"

 

El Sanatorio del Doctor de Huanca, distrito de San Salvador, provincia de Calca.

Es una solemnidad respetuosa que se celebra cada año. Su día central es el 14 de septiembre y se caracteriza por ser una peregrinación multitudinaria, en donde inclusive los miles de fieles arriban al santuario desde lugares muy lejanos y países como: Bolivia, Chile, Paraguay, Argentina, entre otros, para saludar el recuerdo del “Doctor Huanca”, considerado como el “médico de los pobres”, por la gran cantidad de sanaciones relacionadas a la salud de los visitantes.

Desde Cusco, toma de 4 a 6 horas de caminata para llegar a “El Señor de Huanca”. Huanca es un hermoso paraje situado en las faldas de la montaña Pachatusan (El que sostiene el mundo), casi a las orillas del río Vilcanota.

 

Peregrinación al santuario del Señor de Huanca

 

HISTORIA DEL DOCTOR DE HUANCA

En el año de 1675 el Cusco y su gente vivían sometidos al maltrato de los españoles. 

 

Un muchacho humilde de nombre Diego, hijo de un nativo de chinchero y de una descendiente española, era testigo de los horribles actos que cometían los españoles en contra de su gente. En una ocasión, vio como se castigaba de manera muy salvaje a un indígena trabajador de las minas, por lo que al ver esta situación, Diego salió en defensa del injustamente castigado hombre. El Capataz Español sin titubear, mandó a encerrar a Diego, dando la orden de que al día siguiente Diego debía ser severamente castigado.

 

Durante la noche Diego pensaba en el duro castigo que recibiría, y ante el descuido de los guardias y aprovechando la oscuridad de la noche, optó por escapar, y sin darse cuenta estaba atravesando los montes de Huanca, mientras tanto la luz del día amenazaba con delatarlo. Así que en su afán de buscar refugio, llegó a unas rocas que aglomeradas servían como una especie de caverna bien segura. Diego, aún temeroso por el castigo que recibiría si lo encontraban, se puso a pensar y recordó las enseñanzas que en algún momento había recibido de su madre, palabras que le daban vueltas en la cabeza puesto que le había dicho: “Hijo mío, si es que en algún momento te sientes solo y necesitas ayuda, solo piensa que existe un Dios que siempre estará contigo y hará justicia por todos nosotros”. Diego recordaba esas palabras, pero no podía creer en un Dios que permitía el sufrimiento de tanta gente, mujeres maltratadas, hombres golpeados y torturados. Si en verdad Dios existiese y fuese tan bueno como dicen ¿Por qué permite el abuso y la injusticia?

 

Renegando consigo mismo y con la situación que le tocó vivir, se quedó pensativo observando el cielo y se dio cuenta que no había Luna, pero de pronto, una luz lo deslumbraba ante sus ojos, una claridad desconocida iluminaba una escena sorprendente. Era Jesucristo sangrante por los azotes recibidos.  Diego permaneció inmóvil, casi fuera de sí. En eso la imagen de Huanca que estaba ante sus ojos le dio un mensaje: “Diego... Diego... entiendo cómo te sientes, he vivido en carne propia el dolor que sienten las personas víctimas de la calumnia, la injusticia y el maltrato. Aunque para muchos es difícil entenderlo, ten presente que Dios está junto con nosotros todo el tiempo y ÉL se va a encargar de dar paz, amor, consuelo a quien lo busque con FE”  “Diego… te he elegido para que seas una paloma, una paloma mensajera de mi bondad y misericordia, este lugar ha sido escogido para ser volcán de amor, anda a tu pueblo y preséntate, cuenta de lo que has sido testigo y vuelve con todo aquel que busca tranquilidad en su corazón que yo estaré aquí”.

 

Diego se había quedado dormido rendido por el cansancio, de hambre y por el cúmulo de emociones. Al amanecer despertó y pensó que había tenido un sueño maravilloso hasta que nuevamente ve frente a sus ojos la imagen de Huanca quien habló una vez más y le dijo: “Diego... en verdad estoy contigo, así que levántate...ve a tu pueblo y dales el mensaje que te di”...

 

“¡Taytay! No ha sido un sueño. Esto es real, en verdad estás conmigo.... soy tu humilde siervo”.

 

En el mes de Junio del mismo año, Diego cumplía su misión. Un pequeño grupo de personas partían de Chichero, su tierra natal, junto con algunos familiares. Solo ellos habían creído en las palabras de Diego y por ende tuvieron el honor de conocer los pormenores de la divina revelación. La pequeña caravana llegó al lugar indicado por Diego. El más anciano de la comitiva ordenó a Diego que entrara a la caverna y se asegurara de la presencia de Huanca.  En breve Diego salió y llamó a todos pues efectivamente Huanca se encontraba en la caverna con las heridas frescas después de haber sido flagelado.

 

Esta fue la primera peregrinación a Huanca, en donde un puñado de humildes indígenas, sencillos, iniciaba un culto que con el tiempo convergiría a millares de almas en busca de paz. Así, con el tiempo, el Doctor Huanca sería el padre y médico consolador de todos los dolores.

 

Efectivamente el mensaje de Jesús fue que todo aquel que necesite consuelo, necesite amor, necesite perdón, necesite paz puede acudir a ÉL, puesto que con ÉL todo es posible. La imagen desapareció pero los testigos se encargaron de transmitir la paz que habían sentido al haber ido a Huanca. Desde entonces muchos curiosos en su mayoría indígenas quechuas acudían a Huanca donde efectivamente sentían algo divino que los libraba de sus males y pesares.

 

Había llegado a oídos del clero el milagro que solo había sido revelado a humildes indígenas.  Se enteraron que la persona quien había iniciado todo era Diego y lo buscaron hasta encontrarlo. La descripción que había dado Diego sobre la aparición, sorprendió a los sacerdotes y se dieron cuenta que no mentía; es por ello que se decidió enviar a uno de los más afamados pintores de la escuela cusqueña a Huanca para reflejar en una roca la imagen que había visto Diego, quien dio todos los detalles de la aparición. Mientras el pintor hacía su trabajo, parecía que una mano divina lo guiaba. De ese modo, el retrato del Doctor Huanca inició una piadosa tradición que, en sus inicios, algunos indígenas del lugar realizarían casi en secreto.

 

Creer en Dios o tener fe no es una garantía de que todo será color de rosa en nuestro transitar por este mundo; en nuestro camino siempre tendremos que enfrentarnos a los contratiempos, contrariedades y sufrimientos naturales que nos presenta la vida.  Pero sentimos acompañados de la luz divina nos ayudará a aliviar y enfrentar los problemas y desafíos con más valor, entereza y aceptación.

 

Dr. Vegan

Correo: oscarvilca@hotmail.com

Celular: +51-951 683 337

 

11/11/2020

 

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