EL LIBRE ALBEDRÍO

 

 

 

¿Por qué tiene el ser humano el poder de oponerse a Dios? Porque al crearlo, ha puesto en él su propia voluntad. Dios es todopoderoso, pero ha querido la colaboración del ser humano y le ha dado la libertad. Le ha hecho responsable. Corresponde pues al ser humano saber cómo utilizar su libertad. Y la mejor manera de utilizarla, es consagrar su vida a abrir un camino por el que las corrientes del mundo de arriba desciendan para actuar sobre la Tierra, para transformarla, para purificarla.

 

A pesar de que la naturaleza es hermosa, detrás de esa apariencia de belleza y armonía, las montañas, los valles, los ríos, los mares, el suelo mismo sobre el que caminamos, están impregnados de fluidos malsanos, nocivos, producidos después de siglos y siglos por generaciones de criaturas que vivieron de forma violenta, anárquica y caótica. Por eso es necesario que seres conscientes de su responsabilidad decidan ponerse a trabajar para neutralizar las corrientes tenebrosas que son la causa de tantos desórdenes y desgracias.

 

 

Extraído del libro “Pensamientos cotidianos”

Autor: Omraam Mikhaël Aïvanhov

Editado por Bien de Salud

con la autorización de Editorial Prosveta www.prosveta.com

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