EL PODER DEL PERDÓN PARA SANAR FÍSICA Y EMOCIONALMENTE

 

Las relaciones interpersonales que conforman el normal desenvolvimiento de la vida, están compuestas de todo tipo de matices entre lo bueno y lo no tan bueno; ya que las asociaciones entre dos o más personas, se desarrollan en diferentes contextos y de acuerdo al tipo de emociones que cada una de esas personas manejan en ese momento. 

 

Por ello, es normal que muchas de esas relaciones se lleven a cabo en perfecta armonía, así como también es perfectamente normal que surjan divergencias, desacuerdos o discordancias que generen roces y hasta rencores en alguno de los intervinientes. 

 

Esos rencores, frustraciones y emociones negativas que pueden surgir cuando nos relacionamos con los demás, muchas veces se quedan guardados muy dentro de nosotros en nuestra parte emocional más profunda; y esas acumulaciones emocionales, pueden llegar incluso a manifestarse físicamente mediante algún malestar; y cuando no liberamos esas cargas emocionales, esa sensación negativa puede ir creciendo con el paso del tiempo, hasta convertirse en una enfermedad tanto física como emocional. 

 

En ocasiones, ese cúmulo de rencor se produce, porque quien se siente ofendido, tiene una expectativa de que la otra persona se acerque a pedir perdón; pero esa expectativa muchas veces no se cumple, y solo retrasa el proceso, contaminando cada vez más su ser interno; y eso puede ocasionar  una autodestrucción.

 

Esto significa, que solo dependemos de nosotros mismos; somos nosotros quienes tenemos en nuestro poder, la decisión de estar sanos o enfermos; somos nosotros, quienes podemos decidir si guardamos y acumulamos rencores y enojos contra otros, o si por el contrario, vemos la situación con un entendimiento más profundo, que nos permita liberar la carga emocional y soltar el rencor, para permitirnos estar libres y como consecuencia, sanos. Y para ello, debemos hacer un esfuerzo en abrir la conciencia para reconocer el problema que estamos albergando, poner un poco de nuestra voluntad y ver las cosas con una mentalidad más objetiva, para comprometernos en realizar todo aquello que esté a nuestro alcance para salir del enojo.

 

Clave para perdonar

El perdón, es un regalo de vida que uno da a la otra persona y a uno mismo, por amor; porque se trata de una de las cosas más difíciles de hacer, pero también, una de las más sanadoras que existen, pues sana el cuerpo mental, emocional y físico. 

Por ello, las claves para perdonar son:

- Aceptación: entender que así sucedieron las cosas y que no se pueden cambiar, nos conlleva a aceptar lo que pasó y a dejar de hacer resistencia. En sánscrito, perdonar se dice “anuja”, que no solo significa “perdonar”, sino que también significa “entender”, y esa precisamente es la clave del perdón, el entendimiento. Es así que entender, significa concientizar que no se le está dando la razón a nadie, pues no se está juzgando a nadie, sino que hay que aceptar la situación o el evento que causó el enojo, entenderlo, dejarlo a un lado, y desdramatizarlo, para así, poder enfocarnos en la emoción, lo que nos permitirá sanar el dolor. 

- Presta atención a tu emoción: al separar el evento de la emoción, puedes observar mejor el sufrimiento interno que estás teniendo desde tal vez hace mucho tiempo, y puedes concientizar que hay algo que no te deja perdonar, y al concientizar el obstáculo que impide perdonar la situación, podemos aceptar que somos humanos y que estamos heridos, y eso, nos permite regresar a la humildad, porque nos permite darnos cuenta que, no se trata de que no podamos perdonar, sino de que realmente no queremos perdonar. Cuando podemos observar que lo que sucede es que no queremos perdonar, podemos tomar una elección, que es, o seguir en el orgullo y no perdonar; o ser humildes, dejar ir el orgullo, y perdonar, para liberar la carga y dejar de sufrir. Sin lugar a dudas, es más sabio perdonar, pero el cuerpo debe tomar conciencia de eso, observándose a sí mismo a través de este proceso de introspección.

- Arrepentimiento honesto: quiere decir que cuando logramos enfocarnos en la emoción, y podemos reconocer la herida emocional que nos causó el evento, podemos incluso llegar a desear que eso no hubiese sucedido, con lo cual, podemos entender que no supimos hacerlo de otra manera, que no quisimos causarle daño a nadie, y que tal vez fuimos incompetentes en manejar la situación. Con esto, podemos reconocer que nos pudimos haber equivocado en manejar la situación, y nos podemos dar el permiso de perdonarnos a nosotros mismos. A su vez, podemos contemplar o imaginar a la otra persona y reconocer que tal vez ella tampoco supo lo que hacía, que también fue ignorante e incompetente en manejar la situación, y que realmente no hizo nada malo, y por ello, la perdonamos, “anuja”; porque tampoco sabía lo que hacía. Es una elección, entender, perdonar, en lugar de sufrir u odiar. 

 

Si después de aplicar tan importantes pasos, eres capaz de sentir paz y tranquilidad, y puedes recordar lo sucedido simplemente como una prueba más de la vida que fue superada y quedó en el pasado; y si puedes ver o recordar a la persona sin dolor, enojo o resentimiento, es porque has logrado perdonar, y esa sensación de libertad y bienestar, es el mejor estado de la vida, y nos permite vivir y disfrutar del presente, y seguir el camino de la existencia, en armonía plena; por lo que, sin duda alguna, vale la pena regalar el perdón y regalarnos el bienestar que el perdón nos proporciona.



 

Fuentes de información:

blog.elartedesabervivir.com

Shivagam

 

21/06/2021


 

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