EL SÍNDROME DEL NIDO VACÍO

 

 

 

¿QUÉ ES EL SÍNDROME DEL NIDO VACÍO?

Nos referimos a un conjunto de sentimientos de carácter negativo (tristeza, vacío, soledad, ansiedad, irritabilidad, melancolía) que los padres experimentan cuando sus hijos se van definitivamente del hogar. El más importante de todos es la soledad, la cual puede aparecer ante la ausencia de uno o más de ellos.

 

Un lazo paternal o maternal muy fuerte puede agravar la situación. La influencia de un padre sobre sus hijos, mientras estos viven bajo el mismo techo, es más inmediata y cercana; pero disminuye considerablemente si el hijo o la hija se marchan a vivir solos o se casan. Además, la distancia física va a hacer que se frecuenten menos de lo habitual.

 

El síndrome del nido vacío está muy arraigado en el lenguaje popular. Sin embargo, no está presente en ningún manual de diagnóstico. Es por tal motivo que no se cuenta con una epidemiología oficial. No obstante, se sabe que se da con mayor frecuencia en las mujeres, pero no excluye a los hombres. Esto probablemente se debe al rol protector de la familia asignado a la mujer en nuestra sociedad. Pero, ¿qué sucede cuando los hijos se van? Este papel queda sin cubrir. La situación se ha ido equiparando en los últimos años, ya que los hombres están asumiendo roles que anteriormente ni se pensaba que podían ocupar.

 

 

SÍNTOMAS

A continuación, una lista de los síntomas más frecuentes:

 

* Sentimientos de tristeza

 

* Sensación de soledad y vacío

 

* Aburrimiento

 

* Sensación de no tener nada que hacer

 

* Llanto (o ganas de llorar) más frecuente del habitual durante un período prolongado

 

* Recuerdos constantes de cuando los hijos eran pequeños (hablar de ellos, observar fotos)

 

* Sensación de pérdida de sentido de la propia vida

 

* Sentimiento de que nunca va a ser tan feliz como cuando sus hijos estaban en casa

 

* Quejas somáticas

 

* Problemas para dormir

 

 

 

PREVENCIÓN

Las emociones negativas asociadas a este problema no tienen por qué aparecer en todas las ocasiones ni con la misma intensidad. Estas son algunas recomendaciones que te pueden ayudar a prevenir el síndrome del nido vacío:

 

* Cuida tu relación de pareja: cuando nacen los hijos, muchas parejas dejan de serlo para convertirse únicamente en padres. Por ello, cuando sus hijos se marchan pierden su rol principal en la familia y llegan a sentirse desamparados o incluso perdidos en su propio ambiente. Intenta hacer un balance adecuado entre tu rol de padre y tu rol de pareja.

 

* Permite y acepta la autonomía de tus hijos: admite su independencia y de esta manera no sentirás la necesidad de controlar lo que hacen (cómo visten, qué comen). Esto facilitará tu adaptación sobre todo en el momento de su partida, pues sabrás con toda certeza que son capaces de cuidar de sí mismos.

 

* Mantiene siempre activos tus hobbies: tener pasatiempos y mantenerse ocupado disipa los pensamientos. Hacer tu actividad favorita te mantendrá distraído como para no caer en emociones negativas.

 

* Que tus hijos se marchen de forma progresiva: de ser posible, conversa con ellos y lleguen a un acuerdo que convenga a ambas partes. Por ejemplo, que empiecen por irse los fines de semana, luego intercalar algunos días de la semana, y así sucesivamente.

 

* Procura que la partida de tus hijos no coincida con un momento de duelo: de ser así, que la demoren siempre que les sea posible.

 

 

 

La actitud frente a la situación de “pérdida” de un hijo en el hogar es de vital importancia para salir adelante. Es recomendable seguir las siguientes sugerencias:

 

1. Prepara la partida: si sabes que tus hijos se irán el año entrante, asegúrate de que sepan todo lo necesario para vivir solos. Esto te dará tranquilidad en el futuro.

 

2. Infórmate: lee toda la información que puedas relacionada a este síndrome, eso te ayudará a entenderlo mejor y te servirá para no psicopatogizar lo que estás viviendo. Extrañar a alguien que se va es, en principio, una reacción esperada y normal.

 

3. El rol de padre o madre no termina: el hecho de vivir separados no significa que van a dejar de relacionarse. Hay que buscar los momentos en los que se pueda tomar contacto. Las llamadas telefónicas y coordinar visitas los fines de semana ayudarán mucho en esta nueva dinámica.

 

4. Encuentra nuevas actividades: tómate un tiempo para hacer aquello que tienes pendiente, que siempre quisiste hacer y por alguna razón nunca hiciste. Siéntete satisfecho por haber enrumbado de manera correcta a tu hijo o hija y salda esas deudas contigo mismo.

 

5. Disfruta tu relación de pareja: tal como se mencionó en el apartado de prevención, un gran número de parejas olvidan algo básico al ser padres: no dejar de ser pareja. Poner en segundo término a tu cónyuge deteriora las relaciones. Irse de viaje, cultivar algún pasatiempo juntos o compartir nuevas experiencias te ayudarán a recuperar una relación que puede tornarse frágil una vez que los hijos se van.

Compártelo