FENG SHUI

 

 

La atmósfera de la casa que habitamos juega una significativa influencia sobre la calidad del sueño: cuanto más suave y calmo sea el flujo de energía chi en ella, más fácil será relajarse y dormir profundamente.

 

Para fomentar el flujo de la energía chi, necesitas hacer que tu dormitorio sea más yin y aumentar la presencia de agua, relacionada con la noche. Para alinearte con la serena energía del agua, ubica tu cama de modo que la cabeza se oriente hacia el norte.

 

La energía chi es más suave en el norte o noroeste de la casa. Por ello, si dispones de varias habitaciones, elije una con estas orientaciones.

 

 

 

Lo que debes hacer

 

* Para crear una atmósfera yin acogedora en tu dormitorio, decóralo con muchas telas y muebles mullidos. Una alfombra de lana, cortinas y almohadones grandes son buenas opciones.

 

 

* El color crema es el más yin y sereno, por lo que debes aumentar su presencia en el dormitorio, especialmente si sufres insomnio. Puedes complementarlo con tonos pasteles de verde y azul, que también son colores yin relajantes.

 

 

* Coloca plantas grandes y con muchas hojas: apaciguan el flujo de energía por la noche y ayudan a dormir.

 

 

* Para fomentar un ambiente calmo e íntimo, se sugiere mantener cerradas la puerta y las cortinas del dormitorio durante la noche.

 

 

* Para hacer que la energía chi descienda desde la cabeza, lo cual te tranquilizará, coloca los pies en agua muy caliente durante diez minutos antes de acostarte.

 

 

 

Lo que debes evitar

 

* Los espejos aceleran el flujo de energía chi al hacerla rebotar por el dormitorio. Si tienes un espejo, retíralo o cúbrelo durante la noche.

 

 

* Las telas sintéticas transportan una carga eléctrica estática que influye de forma negativa sobre tu energía chi y provoca sueño intranquilo. Por esta razón, asegúrate de que toda tu ropa de cama sea de algodón puro u otros materiales naturales.

 

 

* Evita los estimulantes como el café al atardecer y el anochecer y reemplázalo por bebidas sedantes como el té de manzanilla o el jugo de manzana tibio.