LA ORACIÓN: UN ENCUENTRO PERSONAL CON DIOS

 

 

Por Ivonne Maciel

Guía de talleres de oración y vida

Coordinación Miami Oeste

Florida, USA

 

El Padre Ignacio Larrañaga, Fundador de Talleres de Oración y Vida, nos dice que “orar no es fácil” y que parar orar hay que tener método y perseverancia.

 

Cuando nuestra vida se turba de problemas y no encontramos ni escape ni salida, damos vueltas en círculo, ni el consejo del mejor amigo nos ayuda, ni el médico más acertado puede encontrar nuestro mal; ¿Qué hacemos? ¿A quién recurrimos?

 

Buscamos algo o a alguien para que nos solucione tanta frustración y empezamos esa búsqueda, y muchas veces ni siquiera sabemos lo que buscamos, pero es necesario encontrarlo antes de que todas nuestras fuerzas flaqueen.

 

Solo un poder altísimo, excelso, superior a nosotros puede llenar ese vacío, esa insatisfacción, esa búsqueda y ese es Dios a través de la oración.

 

Dios está presente en todo momento, en cada instante de nuestra vida, pero no es posible entender a Dios con la inteligencia y el raciocinio. A Dios se le aprende a conocer atreves de la palabra y de la oración.

 

La oración es un escudo que nos arma de fortaleza, nos ayuda a combatir la soledad, nos levanta cuando nos sentimos decepcionados por diferentes factores: ya sea porque las amistades no son lo que creíamos, la carga del trabajo nos abruma, la familia es conflictiva, no aceptamos la vejez o la enfermedad, y vivimos en un estado de resistencia mental, física y de vacío espiritual.

 

Desde que nace, el ser humano posee un cuerpo apto para desarrollar diferentes funciones, una mente que razona con inteligencia y que lo hace superior a los otros animales, y aunque en nuestros primeros años de vida seamos los animales más inútiles e indefensos de la creación, cuando somos autónomos esa indefensa criatura cambia por completo y se convierte en un ser insaciable, incansable, conquistador, y el espíritu que nos fue otorgado al nacer nos convierte de una simple criatura en un ser humano extraordinario de la creación.

 

Véase en la Biblia Génesis 2-7 Entonces Dios El Señor formó al hombre de la tierra misma, y soplo en su nariz y le dio vida. Así el hombre comenzó a vivir.

 

Es tan natural tener vida que no es necesario pensar ni razonar el hecho de tenerla ¿verdad?; todo lo que tenemos es gratuito, somos parte de este universo sin merecerlo y, sin embargo, nos dedicamos a pensar en nuestras conveniencias, en nuestro Yo, nos enferma saber que no tenemos tiempo para nosotros, que nos falta el tiempo libre, nos agotamos mentalmente, enfermamos nuestro cuerpo y olvidamos que tenemos un espíritu que nos puede llevar de la mano a la paz y a la alegría si nos conectamos con su creador a través de la oración.

 

Al cuerpo lo nutrimos con alimentos, lo hidratamos con agua, lo fortalecemos con ejercicios, responde en armonía cuando está sano; pero si un pequeño pellejo del dedo esta rasgado, sentimos una molestia que hasta nos pone de mal humor. Nuestra “maquinaria” está diseñada para que cada parte funcione en armonía con la otra.

 

Nuestra mente “la loca de la casa” como decía santa Teresa de Ávila nos hace pasadas constantemente haciéndonos recordar el pasado, momentos que nos hacen sentir tristes, inseguros, temerosos; en otros momentos nos sentimos vencedores o ganadores y pensamos solo en lo que es importante para uno mismo, sin importarnos el otro, allí es cuando el ego sale a flote.

 

¿Y cómo salir del egocentrismo, de la enfermedad, de la insatisfacción? ¿Cómo puedo vivir dejando atrás el pasado y sentir paz y consolación?

 

Pues no hay ningún secreto: quieres vivir mejor, olvidar los recuerdos que te atormentan, aceptar tu figura física, aprender a llevar tu situación matrimonial y/o laboral, animar tu vida aburrida y sin sentido; en pocas palabras dices: “Lo tengo todo pero no tengo nada, estoy como barco a la deriva”.

 

“Pero Tú, cuando ores, entra en tu cuarto cierra la puerta y ora a tu Padre que está allí a solas contigo. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio.

Mateo: 6,6

 

La Biblia nos habla del “a solas con Dios”. El Tú y Yo en una intimidad profunda, en silencio interior.

 

Te aseguro que aunque no creas en Dios, Él si cree en ti, y si oras y lees la Biblia verás los efectos maravillosos que sucederán en ti.

 

“Manténganse despiertos y oren para que no caigan en la tentación. Ustedes tienen buena voluntad pero su cuerpo es débil”

Marcos: 14, 38

 

Esta lectura nos dice que la carne es débil y es muy fácil caer en tentación; caer en la impaciencia, el malhumor, la amargura, la infidelidad, la arrogancia, la soberbia; en todo aquello que nos hace tragar bilis, que nos produce estrés, nos quita el sueño y finalmente nos enferma físicamente.

 

¿Quieres saber el remedio? aprende a orar con mucha voluntad, perseverancia, y sentirás sanación interior. Los problemas no van a desaparecer, pero tu actitud será diferente. Las personas serán las mismas pero tú las mirarás diferente.

 

“Por aquellos días, Jesús se fue a un cerro a orar, y paso toda la noche orando a Dios”

Lucas: 6, 12

 

Si Jesús oraba siendo El hijo de Dios, quienes somos nosotros para no orar.

 

Vamos a suponer que no creas en Dios, ni que Jesús es hijo de Dios; pero Jesús existió, de eso no cabe la menor duda, y fue un gran profeta, sanó enfermos, perdonó a los que lo crucificaron y a pesar que han pasado más de dos mil años de su muerte, hasta ahora se le recuerda, se le venera y se le ora.

 

¿Crees que tanta gente puede estar equivocada? Aunque no creas haz la prueba y ora, no tienes nada que perder. La oración otorga sanación y paz interior.

 

“Así que yo les digo: Pidan y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta y se les abrirá. Porque el que pide recibe y el que busca encuentra; y al que llama a la puerta se le abre”

Lucas: 11, 9, 10

 

Y así como estos textos que he mencionado extraídos de la Biblia, hay muchos más donde reafirman que por medio de la oración mucha gente se ha sanado físicamente, vive en más armonía, duerme mejor, salvó su matrimonio, enfrento una crisis económica; ora y no te arrepentirás.

 

Sin embargo para poder orar hay que saber hacerlo. Orar no es solamente encerrarte en tu cuarto y como por arte de magia todo va a cambiar, no se trata de eso solamente; el Padre Ignacio Larrañaga fundador de los Talleres de Oración y Vida, y autor de numerosos libros nos invita a aprender a orar con método, constancia y disciplina

 

Los Talleres de Oración y Vida nos ofrecen un programa de sanación interior por medio de la oración. Se brindan en diferentes parroquias en los diferentes países del mundo, son gratuitos y te dan la oportunidad de cambiar el rumbo de tu vida.

 

Para mayor información te invito a visitar la página web: https://www.tovpil.org/

 

En YouTube también pueden encontrar varios mensajes del padre Ignacio Larrañaga de gran contenido espiritual y sanación que te ayudarán a recuperar el encanto por la vida, sentirte mejor contigo mismo y con los demás, te lo digo por experiencia personal, no perdamos el tiempo seamos felices hoy.

¡Dios te espera con los brazos abiertos!

 

APRENDER A ORAR, APRENDER A VIVIR

 

 

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