Los Beneficios del Ayuno Mental

 

 

 

Daniel Ferminades

Maestro espiritual

ARGENTINA

 

 

 

La forma física es más fácil de purificar, tan solo seleccionamos lo que vamos a comer, y con un poco de voluntad podemos conseguirlo; pero para lograrlo también necesitamos tener la voluntad para hacerlo. Pero mucha más fuerza se necesita para poder controlar todos los sentidos que están alimentando la mente que, en definitiva, es la que se convierte en la más grande y densa estructura para el espíritu.

 

El espíritu necesita ser, hacer, crear, expresarse, colaborar en ese crecimiento de Amor para la humanidad, y lo necesita a través de la mente, para que organice todo y que el cuerpo pueda llevar adelante la obra que nos hemos trazado. El pensamiento acompañado de la emoción ayuda al cuerpo a realizar. Pero, antes de hacer, necesitamos tener en claro qué debemos hacer.

 

¿Cómo vamos a tener en claro cuál es la voluntad del espíritu, si nuestra mente vive ocupada constantemente atendiendo lo que estimula nuestros sentidos? Para que la mente pueda estar limpia y a disposición del Ser, tenemos que eliminar todo lo que la contamina y la daña. Esto se realiza a través de una atención constante las veinticuatro horas del día. En cuanto nos desatendemos y distraemos, corremos el riesgo de rendirnos.

 

La gente cree que no está distraída, porque está muy atenta a lo que está haciendo. Pero cuando lo que estamos haciendo con mucha atención es la voluntad del ego, no tiene mucho valor espiritualmente. Al ego hay que tratar de eliminarlo de nuestras vidas; no se trata de amarlo y agradecerle un rato lo que nos da y en otro momento, cuando nos quiere cobrar, tratar de desecharlo.

 

En el mundo existen dos polaridades: lo negativo y lo positivo, lo malo y lo bueno. Para generar luz, esas polaridades se unen a través de la resistencia. Ese conductor que une a ambos extremos es el que brilla, y ese es el Amor. Entonces lo que debe unir los polos es el Amor, y es el Amor el que ilumina.

 

Aprendamos a sacar de cada situación lo que nos nutre, lo que nos alimenta, lo que nos ayuda a crecer, y a dejar de lado todo aquello que sabemos que nos puede contaminar. Hagamos una alimentación consciente de todos nuestros sentidos.

 

Si la mente está limpia, los pensamientos pueden ser luminosos. El corazón necesita de la mente para organizar sus cuerpos, su obrar, su camino y su movimiento en este mundo. Si la mente está limpia el corazón puede imprimir los impulsos amorosos de manera clara, sin confusión. A un pensamiento claro y luminoso lo acompañará una emoción semejante, que nos llevará físicamente a obrar en consecuencia, a obrar en Amor.

 

 

Daniel Ferminades

www.impulsodeunanuevavida.org

Compártelo