LOS CELOS

 

 

Omraam Mikhaël Aïvanhov

Maestro de la Fraternidad Blanca 

Universal

FRANCIA

 

Con frecuencia se encuentran los celos entre amantes. La gente rica también es celosa de sus posesiones, a las que tratan de aferrarse hasta el final, y sufren por tener que dejar todo a sus herederos. Después de su muerte, sus almas a veces regresan a sus casas, o a sus campos, a los que se aferran y a los que tuvieron que dejar atrás, y continúan protegiéndolas y preocupándose por ellos. Como no pueden cortar los lazos que los unen a la tierra, son incapaces de elevarse a regiones superiores, y se mantienen rondando sus propiedades y sintiéndose resentidos con los que tienen sus posesiones ahora.

 

Los celos aparecen cuando tenemos miedo de perder algo, lo guardamos para nosotros y no lo compartimos con los demás, junto con el miedo de perder “eso” que supuestamente nos pertenece. Pero,... ¿dónde dice que tu mujer, o tu marido, es tu pertenencia?

 

Ustedes son socios, eso es todo. Si quieres evitar serios malos entendidos, y aún mucha infelicidad, considérala como tu socia. Uno tiene socios para ayudarnos a realizar una labor como construir una casa, por ejemplo, y cuando traes un niño al mundo, estás construyendo una casa, el niño es un espíritu que viene de muy lejos, y tú, sin embargo, le construyes una casa, ladrillo por ladrillo.

 

Supongamos que tienes una mujer bella ¿puedes impedir que otros hombres la miren, la admiren y, todavía más,... la sigan? Las oportunidades no faltan, ya sea en la calle, en el teatro, en la sociedad, entre los amigos, en todas partes, todo el mundo mira a tu mujer, y si no eres razonable, sufrirás. Eres como alguien que tiene flores en su jardín: no puede impedir que su perfume se esparza por todo alrededor y que sea aspirado por todo el mundo. Realmente, lo que estás cuidando es el cuerpo de tu amada, la envoltura, el cascarón. Lo que constituye la verdad, el verdadero tesoro del ser humano, su esencia, o sus pensamientos, sus sentimientos, nunca pueden ser confinados. La más grande ilusión es imaginar que se puede dominar el alma humana. Es como tratar de sujetar la arena o el viento. No se puede tener dominio sobre el alma. Uno se las puede ingeniar para poseer el cuerpo físico, pero no al misterioso ser que vive dentro de ese cuerpo.

 

Así que, ¿por qué tanto miedo a perder una cáscara, el cuerpo de una persona, nuestra casa, al lado de ganar el espíritu de alguien; de tener a ese espíritu a tu lado? Ustedes dirán que es mejor tener ambos, el cuerpo y el espíritu. Sí, puedo entender eso, solo que hay otras formas de obtenerlos. No es con cólera ni con violencia que tendrán éxito, al contrario, por estos medio perderán ambos. Deben adoptar otra actitud, para que este espíritu libre esté tan apegado a ustedes que nada los separe. El conocimiento del amor empieza aquí.

 

Hay solo una manera que alguien te ame por consentimiento propio, sin forzarlo, y eso es, nunca pensar nada malo de él, enviarle solo lo mejor, lo más puro y los pensamientos más brillantes y espléndidos. Aún si es malo y difícil, tienes que ser muy paciente, acepta todo, y continúa ayudándolo y amándolo. Si tú realmente lo quieres, tarde o temprano él empezará a amarte, y su amor también será puro y divino.

 

Los celos demuestran falta de inteligencia. Persistimos en aferrarnos porque no podemos ver que la persona cuyo cuerpo estamos cuidando tan celosamente, tiene un alma y un espíritu que son absolutamente libres. Los celos son un sentimiento espantoso que hace que el espíritu se apague.

 

Los celos arrastran a las personas a las regiones bajas de la sensualidad. Después de una escena de celos viene una explosión de sensualidad mucho más violenta que nunca antes.

 

Un discípulo debe dejar los celos atrás, no sería correcto que él siguiera con ese tipo de preocupaciones, con esa inquietud. Si su mujer lo deja él debe decirse a sí mismo: “Tengo pena de perder a mi esposa, yo sé que esto será muy difícil y que sufriré, pero tengo todo el Cielo, a Dios, la luz de las Enseñanzas, al Maestro... por lo tanto, soy rico”.

 

Los celos son una señal de pobreza. Si eres rico interiormente, no tienes miedo que te dejen solo, y aún si todos te dejan, tú sabes que cientos y miles de espíritus vendrán a visitarte.

 

Una de las maneras más eficientes de librarse de los celos es aprendiendo a elevar nuestro amor a un nivel más alto. ¿Qué hace que una mujer que ama a un hombre por su mente, por sus conocimientos, su espíritu, su bondad, quiera que todo el mundo lo reconozca? ¿Por qué ella está feliz cuando todo el mundo lo rodea? Porque su amor es distinto, superior al amor ordinario, al amor físico que hace que una mujer ame a un hombre por su bigote o sus grandes músculos. Lo que importa es saber cómo transformar este amor; si es sensual, pueden estar seguros que los celos son inseparables de él.

 

Si amas a alguien solo físicamente, si quieres que solo te pertenezca a ti, los celos estarán cerca. Y mientras más espiritual sea tu amor, más querrás compartir sus virtudes con los demás.

 

 

Extraído del libro “Amor y sexualidad”

Autor: Omraam Mikhaël Aïvanhov

Publicado por Bien de Salud

con la autorización de Editorial Prosveta 

www.prosveta.com

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