LOS NIÑOS Y LA ADICCIÓN A LA TELEVISIÓN

 

 

 

La televisión entrega una cantidad enorme de información. Se puede aprender de otras culturas, ciencia, deportes, historia, etcétera. Pero además, “modela los gustos y los valores” que hasta hace unas décadas nos eran dados por la familia, la religión, el colegio y la comunidad. Por esta razón, la televisión es un medio que los niños no deben manejar de forma libre y autónoma ya que no cuentan con la capacidad de discernir el contenido de los mensajes que reciben, y asumen lo que ven en forma pasiva y receptiva como si se tratara de la realidad.

 

 

¿Cómo reconocer a un niño adicto a la televisión?

 

Los primeros síntomas son:

 

· Pasa muchas horas sentado mirando programas de televisión.

 

· Se desespera si lo alejas del televisor.

 

· No puede pasar un par de horas sin ver un programa de televisión.

 

· Apagarle el televisor provoca en él agresividad e irritabilidad.

 

 

 

Efectos negativos de la televisión en los niños

 

· Les roba tiempo de interacción y aprendizaje.

 

· Favorece el sedentarismo y la obesidad.

 

· Tiende a producir conductas violentas.

 

· Estimula una sexualidad precoz en adolescentes.

 

· Genera temores, ansiedad y depresión.

 

· Altera hábitos de sueño.

 

· Puede promover estilos de vida poco saludables (tabaco y alcohol).

 

 

 

El rol de los padres

Los programas culturales y educativos, y los canales infantiles han abierto un abanico de buenas posibilidades y alternativas sanas para el disfrute de los más pequeños. Sin embargo, los padres deben regular tanto la cantidad como la calidad de su consumo.

 

 

Hay que tener presente las siguientes reglas básicas:

 

· El televisor no debe estar dentro de la habitación de los niños.

 

· No es recomendable que los menores de dos años vean televisión.

 

· Limitar el tiempo: una hora a los pre-escolares y no más de dos horas a los más grandes.

 

· No comer viendo televisión. La comida debe ser un momento de compartir con la familia.

 

· No hacer las tareas escolares con la televisión encendida.

 

· No usar la televisión para “quedarse dormido”.

 

· Planificar qué es lo que se verá. No hacer zapping.

 

· Acompañar a los niños mientras miran televisión para comentar y reflexionar sobre el contenido con el fin de despejar cualquier duda que tengan respecto a lo que están viendo.

 

· Censurar los programas que promueven la violencia y los que muestran contenidos inapropiados para su edad.

 

· Educar para ver televisión y desarrollar un espíritu crítico. Explicarles a los niños que se trata de un producto realizado por determinadas personas y no de la realidad, y que podemos tener una opinión personal respecto al contenido de cada programa. Este mismo concepto se debe aplicar a la publicidad.

 

· Ofrecer otras alternativas de recreación como juegos de mesa, lectura, deportes, etc.

 

 

Una semana sin televisión

Una propuesta interesante para solucionar de manera gradual este problema de adicción es preguntarle al niño qué es lo que haría una semana sin ver televisión. Lo más probable es que al principio ponga cara de espanto, pero nuestra tarea es mostrarle que existe vida más allá del televisor.

 

Realizar este experimento es difícil, pero debemos armarnos de paciencia. El primer día quizá sea el más complicado para los pequeños, por lo que hay que tratar de dedicarles tiempo y apoyarlos en realizar actividades sin televisión. A continuación, les ofrecemos una lista de dichas actividades:

 

· Leer un libro

 

· Visitar la biblioteca

 

· Volar cometa

 

· Salir a caminar al parque

 

· Juntarse con los amigos a jugar pelota

 

· Jugar juegos de mesa

 

· Aprender a jugar algo nuevo como el ajedrez

 

· Cocinar galletas

 

· Practicar un deporte

 

· Hacer nuevos amigos

 

· Visitar a algún familiar

 

 

Todas estas actividades, y muchas más, pueden realizarse en un día sin televisión. Parece difícil, pero lograrlo será una gran experiencia.

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