Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá

 

En Bulgaria, había un obispo que hablaba maravillosamente de la caridad. No cesaba de repetir estas palabras: «Cuando se tienen dos camisas, no hay que dudar en dar una». Con un tono tan patético y con tanto énfasis en la voz que todos los que le oían derramaban lágrimas. Un día, la mujer de este obispo asistió al sermón de su marido y se conmovió profundamente con sus palabras... Ahora bien, el obispo poseía dos camisas. Al volver a su casa, su mujer va inmediatamente al armario a tomar la segunda camisa y se la da a un pobre. El marido vuelve de la iglesia y quiere cambiarse: va al armario, y al no encontrar su segunda camisa llama a su mujer que le confiesa que la ha regalado. El obispo se pone furioso. «Sin embargo, le dice su mujer, eres tú quien ha dicho que el que tiene dos camisas no debe dudar en dar una. - Mujer estúpida, responde el marido, digo eso para los demás, pero no para nosotros».

 

Os contaré otra anécdota. Era un sabio que salió un día a la mar. Le preguntó al barquero: « ¿Conoces la astronomía? - No, responde el barquero. – Entonces, eres muy pobre, dijo el sabio; has perdido una cuarta parte de tu vida. Pero, ¿conoces un poco la física? - No, no la conozco. - Entonces has perdido las dos cuartas partes de tu vida. Pero, ¿quizá conoces la química? - En absoluto, nunca he oído hablar de ella. – ¡Qué ignorancia! Has perdido las tres cuartas partes de tu vida». El barco avanzaba hacia alta mar. De repente estalla una tormenta que provoca un terrible temporal. El barquero le dice al sabio: «¿Sabe Ud. nadar, señor sabio? - No, no sé. - Pues bien, exclama el barquero, ahora son las cuatro cuartas partes de su vida las que están perdidas».

 

Hay conocimientos que no son de ninguna utilidad. Son como adornos, sirven para ganar dinero, pero cuando vengan las tormentas veremos si sabéis nadar. La vida es un océano, bien lo sabéis, y en este océano hay conocimientos que son mucho más útiles que otros: son aquellos que ayudan al ser humano a vivir. Cómo orientar nuestra vida. Cómo transformar los pensamientos y los sentimientos que nos turban. Cómo interpretar los sucesos que se desarrollan a nuestro alrededor. Cómo conocer nuestras relaciones con el macrocosmos. Cómo comer, dormir, lavarse, respirar, amar... Estos son los conocimientos que debernos adquirir.

 

Lo esencial en la vida es saber cómo podemos entrar en armonía con el mundo superior, el mundo divino. Jesús dijo:

 

Pedid y se os dará,

 

Buscad y hallaréis,

 

Llamad y se os abrirá.

 

Estas palabras se refieren a la oración. Es muy importante saber rezar. A menudo, los seres humanos no solo no saben rezar sino que sienten un cierto desgano de hacerlo y menosprecian al que reza. Rezar no es una costumbre que esté de moda. Uno se cree instruido y sabio, y para un sabio, naturalmente, es estúpido rezar a Dios.

 

«Pedid y se os dará, buscad y hallareis, llamad y se os abrirá... » Estas palabras solo se explican por el conocimiento de esta trinidad formada por el intelecto, el corazón y la voluntad que se encuentra en el ser humano. «Pedid y se os dará... » Pedir, pero, ¿qué? ¿Quién pide en nosotros?... Y, ¿quién busca?... ¿Quién llama?... El que pide es el corazón; el que busca, es el intelecto; la que llama, es la voluntad. El corazón pide, pero no pide ni la ciencia, ni la luz, ni la sabiduría: no, reclama el calor, la ternura, el amor. Y el intelecto, no pide, busca: pero no busca ni el calor ni el amor, ya que con el calor el intelecto no funciona bien, se duerme: busca métodos, busca la luz. Y la voluntad llama porque está prisionera y quiere espacio y libertad para crear.

 

Ahora os contare un viejo cuento. Érase una vez un rey que tenía una hija. La hija se durmió y fue encerrada en un palacio lleno de tesoros fabulosos resguardados por un dragón. Numerosos príncipes intentaron liberarla, pero ninguno lo consiguió. Un día, sin embargo, un príncipe más valiente, más noble y más hermoso que los demás, logró la victoria y amansó al dragón, el cual le sirvió de cabalgadura para viajar por el espacio con la princesa. ¿Qué significa esta historia?... La princesa, es nuestra alma, y el dragón que está dentro de nosotros representa nuestras pasiones, nuestros vicios. El príncipe que consigue salvar a la princesa, es nuestro espíritu. La libera gracias a la sabiduría - pues el príncipe era sabio - gracias al amor - ya que el príncipe amaba ardientemente a la princesa y fue ese amor el que le permitió atravesar todas las pruebas - y gracias a la voluntad, que es el verdadero poder. El amor, la sabiduría y la verdad, nos permiten dominar las pasiones que están dentro de nosotros, transformarlas, y finalmente, utilizarlas para actuar en el mundo.

 

Que en vuestras oraciones participen vuestro intelecto, vuestro corazón y vuestra voluntad. Pedid el elixir de vida inmortal que es el amor divino. Buscad la piedra filosofal que es la sabiduría divina. Llamad con la voluntad para obtener la libertad con acciones justas, honestas y verídicas.

 

Entre todos los conocimientos, escoged los que os enseñan a nadar en el océano de la vida. La única fuerza que permite realizar milagros en la vida no se encuentra en los conocimientos filosóficos y teóricos, sino en la simplicidad de la existencia y en la manifestación del amor, de la fe y de la esperanza.

 

Si queremos cambiar nuestro destino, desarrollemos en nosotros el sentimiento del agradecimiento, porque en la gratitud se encuentra una fuerza mágica más poderosa y eficaz que la de todos los talismanes fabricados por los seres humanos.

 

Si queremos dominar nuestras pasiones y nuestros instintos y que todas nuestras células obedezcan nuestras órdenes, comamos un alimento puro, vegetariano.

 

Únicamente la vida pura puede preservarnos de la invasión de las fuerzas inferiores. La pureza es la barrera que nos pone al abrigo de todas las invasiones maléficas. Gracias al amor, a la sabiduría y a la verdad, nosotros, los príncipes verdaderos, salvaremos nuestras almas perseguidas por el dragón, y unidos a ellas, montados sobre el dragón vencido, volaremos por el espacio para visitar el universo desde el cual contemplaremos la belleza y escucharemos la armonía celestial. Entonces, comprenderemos cuan grandiosa es la vida y cuan llena de sentido está.

 

 

¡Pedid y se os dará!

 

¡Buscad y hallaréis!

 

¡Llamad y se os abrirá!

 

 

Extraído del libro “El segundo nacimiento”

Autor: Omraam Mikhaël Aïvanhov

Editado por Bien de Salud

con la autorización de Editorial Prosveta www.prosveta.com

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