POTENCIEMOS LOS MICROGESTOS FACIALES EN ÉPOCA DE MASCARILLAS

 

La nueva modalidad a la que nos hemos tenido que acostumbrar tras la llegada del COVID-19, es al uso de las mascarillas, pues se ha demostrado que es la alternativa más segura para reducir el riesgo de contagiarnos del virus; siendo que esta nueva modalidad, ha venido a implantarse en las rutinas diarias de la gran mayoría de las personas, prácticamente sin dejarnos alternativa en la decisión de usarlas o no.

 

Pero este nuevo mecanismo de protección a la que nos hemos tenido que someter, acostumbrar y aceptar para salvaguardar nuestra salud, oculta unas de las cosas más importantes que tiene el ser humano para interrelacionarse con las demás personas, y es la expresión facial.

 

Las expresiones faciales, son el primer indicador de muchos de los estados emocionales de las personas, así como de la personalidad, el atractivo, las actitudes hacia los otros y el deseo de interaccionar con ellos, entre muchos otros, permitiéndonos así, la interacción con quienes nos rodean. El rostro está compuesto de 42 músculos capaces de formar 6 expresiones emocionales universalmente reconocidas, que son la alegría, la tristeza, el miedo, el asco, la sorpresa y el enfado; aunque otras investigaciones han revelado que existen 21 emociones complejas y diferenciadas cuyas expresiones faciales son igualmente reconocidas universalmente. 

 

Asimismo, esas expresiones faciales son las que nos permiten hacer una lectura de los demás, para poder descifrar de alguna manera, si nos encontramos ante una persona confiable, o si nos encontramos ante una persona que pudiera representar algún peligro que nos lleve a activar algún mecanismo de supervivencia.

 

Ocultar más de la mitad del rostro con un nuevo implemento que al parecer llegó para quedarse por mucho tiempo, representa una restricción considerable de esas expresiones faciales que nos ayudan a comunicarnos y gracias a las cuales puede haber una mejor comprensión de lo que se siente y se quiere comunicar.

 

Si bien parece un escenario poco alentador, es importante recordar que la mascarilla facial, es un implemento que nos puede salvar la vida, por lo que ha venido a cumplir un papel esencial en la lucha contra la pandemia. Asimismo, debemos recordar también, que esa parte del rostro que ahora debe permanecer oculta, no compromete todo el campo expresivo facial, pues están los microgestos faciales, que dependen de la parte superior del rostro (los ojos y la frente), y son capaces por si solos, de expresar muchas de esas emociones. Asimismo, las expresiones faciales también van acompañadas de gestos corporales (expresión de las manos y hombros) y auditivos (el tono de la voz, su musicalidad, etc.), que influenciarán en gran medida en aquello que ahora debemos expresar con menos recursos que antes, cumpliendo así, un rol complementario esencial para potenciar la expresión facial que queda visible.

 

Es así, que de ninguna manera debemos pensar que esta nueva modalidad de la vida con mascarillas, significa que nuestras emociones ya no pueden ser expresadas e interpretadas, y que ahora nuestras relaciones personales están limitadas. Simplemente se trata de reaprender a expresarnos y comunicarnos desde otro ámbito, potenciando los otros recursos que tenemos. 

 

Por ello, debemos adaptarnos a la nueva realidad y aprender a expresar con el resto del cuerpo, aquello que no podemos expresar con la sonrisa. Expresemos a través de los ojos, aquello que sentimos y aprendamos a sonreír con la mirada.


 

Fuentes de información:

parcema.com

 

 

18/06/2021

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