PROPUESTA DE UNA NUEVA ESCUELA TRAS EL CORONAVIRUS POR FRANCESCO TONUCCI

 

 

Francesco Tonucci no solo es un célebre pedagogo italiano, sino que también es escritor, dibujante, investigador y creador del proyecto internacional “la Ciudad de los Niños” en el año 1991, en el cual propuso que los niños tuviesen participación activa en los gobiernos y en los procesos de cambio, como apropiación activa de los espacios urbanos, modificación del sistema escolar por considerarla débil, entre otros; para lo cual propuso la creación de los Consejos de Niños alrededor del mundo.

 

En el presente, ha retomado su propuesta, con la llegada al mundo de la pandemia producida por el COVID-19, que ha vuelto su agenda interminable tras las consultas de sus colegas, periodistas y hasta funcionarios, preguntándole sobre el futuro del sistema educativo tras la crisis actual, sorprendiéndole que todo el mundo buscara consejos de expertos para los padres y los maestros, sin nadie preocuparse por preguntarle a los niños qué opinaban sobre la situación actual; ante lo cual, le propuso a los alcaldes y funcionarios de la red de ciudades, que consultaran a los niños que conforman el Consejo de Niños, la cual se realizó y arrojó 3 planteamientos fundamentales, sobre lo que piensan los niños ante la grave situación actual: 1) les faltan los amigos; mal interpretado por los adultos, quienes han creído que les falta la escuela; pero en realidad solo les falta la escuela porque es prácticamente el único lugar en donde hacen amigos, ya que la calle se perdió hace mucho tiempo cuando los niños salían a jugar a los espacios públicos y podían socializar. 2) les gusta pasar tiempo con sus padres; cosa que antes de la pandemia no podían disfrutar por los respectivos trabajos de sus padres que no les permitía disfrutar tiempo juntos ni participar de las actividades de la casa; 3) están cansados de la tarea virtual.

 

La opinión del Consejo de Niños sobre la situación actual, llevó a Tonucci a insistir en la necesidad de un cambio del modelo educativo que aproveche el espacio del hogar como un verdadero laboratorio, en donde las tareas no sean solo los libros de texto y las clases, sino las actividades que desarrollan con sus padres mientras pasan tiempo juntos y que la escuela trabaje en base a las experiencias que ahí obtienen; ya que la situación actual es excepcional, por lo cual el sistema educativo no puede seguir siendo igual que antes. Al parecer, su propuesta que empezó hace 30 años, ahora sí parece tomar interés por la situación.

 

Tonucci considera que ese cambio en las escuelas no debe ser aplicado solo en tiempo de crisis, sino que debe perdurar en el tiempo tras la pandemia, para que se adapte a lo que la sociedad necesita, ya que la sociedad ha cambiado, y aunque los cambios cuestan, no podemos seguir siempre igual. El considera que parte de ese cambio se debe a la necesidad de adaptar la educación a la diversidad existente, ya que todos los niños tienen diferencias, ya sean sociales, culturales, de idiomas, por discapacidades, etc., por lo que considera que hay que romper con esa idea de que la escuela debe ser para iguales, porque cuando hay alguien que no es igual al resto, no encaja y no debe ser así.

 

Asimismo, ha propuesto reformar los modelos de aulas, tomando ejemplos como las escuelas de Finlandia que son las que mejor funcionan a pesar de no tener exámenes ni tareas y cursar menos horas al año a diferencia de otros países. Considerando además que, ya que tras la pandemia y por las condiciones de distanciamiento social, las escuelas no podrán volver a ser las mismas por muchísimo tiempo, se podrían plantear entre varias opciones, la de dividir los salones en grupos rotativos entre el hogar y las aulas de clases, abandonando un poco el concepto exclusivo de pupitre en la enseñanza maestro-alumno, desjerarquizando así el sistema, con multipropuestas que incluya a todos según su diversidad, donde se puedan crear incluso grupos de trabajo de distintas edades que se puedan manejar solos, supervisadas por el profesor, entre otras.

 

Parte de esta propuesta adaptada al presente, insta además a que cuando exista algo de normalidad y se vuelvan a abrir las ciudades tras el virus, se les entreguen a los niños las ciudades para ellos solos por 24 horas, para que jueguen y las puedan disfrutar como nunca antes la han podido experimentar, sin carros, sin peligros, etc.; propuesta a la cual se han adherido varios ministros.

 

Ve entonces así con ilusión el reconocido pedagogo, la situación actual como una gran oportunidad para que se cree un nuevo modelo educativo que integre a la escuela con la familia para que, en conjunto, los niños puedan desarrollar su inteligencia y descubrir sus talentos, aptitudes y vocaciones y así, se les pueda brindar las herramientas necesarias para explotarlas examinando su propia realidad de manera individual, aparte de brindarles la posibilidad de disfrutar las ciudades una día entero para ellos solos. Si bien la considera una propuesta un poco irreal y tal vez difícil de alcanzar, piensa que por los niños vale la pena intentarlo, ya que se han comportado como unos campeones ante la crisis actual. Si quieres apoyar su propuesta, puedes firmar en el siguiente enlace lacittadeibambini.org/o

 

Fuentes de información: www.tiempoar.com.ar

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