VALORES ESPIRITUALES - TOLERANCIA

 

 

Para empezar a ser tolerante, acepta las cosas que no son de tu agradado y que no puedes cambiar.

 

Pronto descubrirás que la tolerancia es una virtud magnífica porque nos abre las puertas a la mayoría de las virtudes. Sin tolerancia no existe el amor, el perdón, la paciencia, el respeto, la clemencia, la compasión y la misericordia.

 

El mundo sería un lugar pacífico y maravilloso si todos los seres humanos empiezan a practicar esta gran virtud. Pero como no puedes decidir por los demás, empieza por tu propio ser para que seas un ejemplo y te imiten. Afirma diariamente: “Soy tolerante con los demás y conmigo mismo. El amor de Dios inspira mi corazón para entender a todos por igual”.

 

Cuando la tolerancia vive en tu corazón, eres paciente, no te desesperas ante los cambios y no pretendes manejar la vida de los demás. Respetas la individualidad de cada ser, jamás hablas mal de otras personas y haces que el mundo se vuelva mejor para todos.

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