VENTAJAS DE SOCIALIZAR PERSONALMENTE

 

 

Esta forma de socializar parece haber perdido su eficacia en ciertos contextos. En la calle podemos observar a grupos de jóvenes reunidos, pero cada uno está escribiendo algo en su teléfono inteligente. Lo más alarmante es que la escena se puede observar en una reunión familiar. Lo cierto es que no solo las redes sociales han contribuido con el fenómeno, los juegos en línea y otras facilidades que brinda la tecnología van mermando la riqueza de una interacción social completa.

 

 

¿Qué está sucediendo?

Se dice que el principal detonante para las dificultades en la socialización de los jóvenes es la disfuncionalidad familiar. Sin embargo, se observa que hay factores externos que contribuyen de manera importante a que esta situación se agrave. Los que en la actualidad parecen tener mayor injerencia son los relacionados a la tecnología.

 

Si bien todo lo relacionado al avance tecnológico resulta de mucho interés y utilidad para la humanidad, se están observando ciertas repercusiones negativas. La que nos concierne en el presente artículo es la calidad y cantidad de socialización que se produce entre los jóvenes.

 

Ellos dedican gran parte de su día a navegar en internet o jugar en línea. ¿Los adolescentes están sustituyendo las relaciones interpersonales por medios indirectos de socialización?

 

Las interacciones se realizan en gran medida de manera virtual y han reemplazado el intercambio directo. Esto provoca aislamiento, no solo entre un joven y su grupo de pares, sino también con la familia.

 

Para un importante número de adolescentes, resulta sencillo expresarse por medio de las distintas opciones que ofrece la tecnología. Pero a la hora de hacerlo de manera frontal y directa se sienten bastante inseguros.

 

Hay bastantes personas dentro de este conjunto que no se adaptan a las actividades de camaradería, espacios deportivos o talleres grupales. Este es un problema grave, ya que se sabe de la gran relevancia de los pares para la consolidación de la identidad. Los padres muchas veces contribuyen a que la situación se agudice al comprar diversos dispositivos para el entretenimiento de sus hijos. Lo único que logran es que el aislamiento aumente.

 

 

¿Por qué se da este problema?

En primer lugar, hay que hacer referencia al contexto actual. Una realidad que exige estar al tanto de lo último en tecnología. Socialmente se valora a quienes adquieren los últimos dispositivos, sin importar el precio. Da la impresión de que la gente corre una loca carrera por ver quién domina el dispositivo más avanzado.

 

Por otro lado, hay tipos de personalidad que se inclinan por la interacción indirecta. Aquellos individuos que poseen un componente importante de ansiedad tienen mayor predisposición a evitar el contacto directo. El no estar abiertamente expuestos les da cierta sensación de tranquilidad y seguridad, ya que no serán juzgados directamente si cometen un “error” a la hora de interactuar.

 

En el caso de quienes invierten una importante cantidad de tiempo en juegos de video, puede ser explicado en términos de la autoeficacia. Algunos de ellos gustan de este tipo de interacciones porque son altamente eficientes cuando juegan, muchos dicen sentir que en las redes les va bien y pueden hacer lo que quieren. Esto, evidentemente, destapa también ciertos problemas de autoestima.

 

 

 

 

¿Qué se está perdiendo con este tipo de interacciones?

Empecemos por lo obvio: nunca, por ningún motivo, una plataforma virtual podrá reemplazar el verdadero contacto directo entre seres humanos. Es cierto que ante situaciones de distanciamiento prolongado pueden ser una ayuda valiosa para mantener contacto con nuestros seres queridos, pero eso no significa que la interacción tenga la misma calidad.

 

Las interacciones directas tienen una importante ventaja: la comunicación no verbal. Esta se pierde en la comunicación virtual, lo que empobrece considerablemente el proceso comunicativo. No se recibe el mensaje completo, se pierden contenidos emocionales y actitudinales que lo complementan decisivamente.

 

Imaginemos decirle la siguiente frase a alguien por chat: estoy contigo, no te preocupes. Ahora comparémosla con el mismo mensaje, pero acompañado de un tono de voz cálido, una mirada firme y, por qué no, un abrazo. ¿Qué preferimos?

 

Además, hay que considerar también que siempre estaremos expuestos a la posibilidad de relacionarnos directamente, es imposible hacerlo solo de manera virtual. La única manera de lograr aislarnos completamente sería volvernos ermitaños.

 

Es importante concientizar a los padres de familia y a los jóvenes sobre la importancia de las interacciones directas, son la única manera de que el problema al que nos hemos referido en este artículo no se siga agravando.

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