ALGAS MARINAS

 

 

Las algas marinas, a las que en inglés se les denomina sea vegetables (vegetales marinos), son una valiosa fuente de vitaminas y minerales esenciales cuando se comen con regularidad. Además, contienen diversos compuestos que tal vez ayuden a proteger la salud del cuerpo contra las amenazas graves como el cáncer.

 

Antiguas armas anticancerosas

Las culturas asiáticas han utilizado las algas marinas para prevenir y tratar el cáncer desde hace cientos y quizá miles de años. Como sucede con frecuencia, las investigaciones científicas actuales han proporcionado muchas pruebas de las bondades que brindan estos antiguos métodos de curación. "Necesitamos más estudios clínicos, pero hasta ahora ha habido algunos interesantes estudios poblacionales y con animales que demuestran que las algas marinas pueden prevenir los tumores", explica Alfred A. Bushway, Ph.D., profesor de Ciencias de la Alimentación en la Universidad de Maine en Orono. Según él, es posible que las algas marinas tengan que ver con los índices tan bajos de cáncer en países como el Japón, en donde su consumo es tan común como en los Estados Unidos es el de la papa.

 

Algunos investigadores japoneses estudiaron los efectos que los extractos de ocho tipos diferentes de algas marinas tenían en células tratadas con potentes sustancias cancerígenas. Los resultados de estas pruebas indicaron que las algas marinas posiblemente posean la capacidad de acabar con los tumores.

 

Los científicos no están completamente seguros de cuáles son los com-puestos benéficos de las algas marinas. Sin embargo, sospechan que tal vez sea el betacaroteno, el mismo compuesto antioxidante que se halla en verduras como la zanahoria y el camote. El alga marina llamada nori (también conocida como laven), que se vende en forma de hojas secas, es una buena fuente de betacaroteno.

 

Los científicos piensan que las algas marinas tal vez contengan otros compuestos anticancerígenos que, simplemente, no se encuentran en las verduras tradicionales. Por ejemplo, un compuesto llamado alginato de sodio, el cual se halla en concentraciones muy altas en las algas marinas, quizá combata el cáncer, señala el Dr. Bushway. "Pero una vez más se trata de un ámbito de la investigación que debe explorarse más a fondo", comenta.

 

Kelp para el corazón y la sangre

Para darle la fuerza del mar a la sangre conviene consumir una dosis de algas extraídas de sus aguas. Una onza (28 g) de kelp, que es un alga marina delgada y suave que con frecuencia se agrega a sopas y a platillos sofritos preparados al estilo asiático, proporciona 51 microgramos (microgramo: mil millonésima parte de un kilogramo) de folato, lo cual equivale al 13% de la Cantidad Diaria Recomendada (cantidad de un nutriente que una persona sana debe ingerir por término medio cada día, a través de la dieta, para mantener un buen estado de salud) o DV (por sus siglas en inglés). Este nutriente ayuda a descomponer las proteínas en el cuerpo, así como a regenerar los glóbulos rojos. Una onza de nori, el alga marina que con frecuencia se utiliza para el sushi, contiene 42 microgramos de este nutriente de vital importancia, lo que equivale al 11% de la DV.

 

La kelp también contiene magnesio, un mineral que, según se ha demostrado, controla la hipertensión, sobre todo en las personas sensibles al sodio. Una onza de kelp tiene más de 34 miligramos de este nutriente benéfico para el corazón, o sea, casi el 9% de la DV.

 

Un mar de inmunidad

No hay muchas ballenas con resfriado (catarro). Esto quizá se deba a todas las algas marinas que ingieren. Ciertas variedades de algas marinas están llenas de importantes vitaminas que estimulan el sistema inmunitario y protegen al organismo contra una gran cantidad de enfermedades.

 

La nutritiva nori encabeza la lista. Una onza de nori cruda contiene 11 miligramos de vitamina C, una gran luchadora contra las infecciones, lo cual corresponde a más del 18% de la DV. La vitamina C es un nutriente antioxidante conocido por su capacidad para acabar con las perjudiciales moléculas de oxígeno llamadas radicales libres, que dañan los tejidos. Una onza de nori también proporciona casi 1500 unidades internacionales de vitamina A, que equivalen al 30% de la DV. Los estudios demuestran que la vitamina A no sólo fortalece el sistema inmunitario, sino que también puede proteger contra la ceguera nocturna y ciertos problemas de la vista relacionados con la edad, como la degeneración macular. Además, la vitamina A protege contra varios tipos de cáncer.

 

Peligros potenciales de las algas

A pesar de que las algas marinas contienen una gran cantidad de nutrientes curativos, también cuentan con otros, como el yodo y el sodio, que no resultan tan beneficiosos cuando se consumen en grandes cantidades. Se necesitan pequeñas dosis de yodo para digerir las proteínas y los carbohidratos. Además, la tiroides requiere yodo para regular el crecimiento y el desarrollo. No obstante, un poco rinde mucho: sólo se necesitan unos 150 microgramos al día. Sin embargo, las algas marinas llegan a contener una cantidad mucho mayor. Las personas que comen muchas algas pueden estar consumiendo demasiado yodo –se considera que 1000 microgramos diarios es el límite superior–, lo cual reduce la eficiencia de la tiroides.

 

El sodio es otro mineral que las algas marinas contienen en abundancia. Un exceso de sodio puede producir hipertensión en las personas sensibles a este elemento. Las personas sensibles al sodio deben enjuagar las algas antes de cocinarlas para reducir su contenido de sodio, más o menos entre un 10 y un 20%. Remojarlas en agua reducirá la cantidad de sodio aún más, entre un 50 y un 70%, según la variedad que se use.

 

Buenas noticias para los vegetarianos

Los "veganos" –es decir, los vegetarianos más rigurosos que no solo evitan la carne y los productos cárnicos, sino también la leche y el huevo–, tal vez deberían agregar algas marinas a su selección de verduras tradicionales. Sería una forma útil de asegurar un consumo adecuado de la vitamina B12, un nutriente cuya fuente más común es la carne.

 

Si bien existe cierta polémica con respecto a la cantidad de vitamina B12 que proporcionan las algas marinas, los expertos están de acuerdo en que las personas que ingieren estas verduras, en forma regular, muestran un índice mayor de vitamina B12 en su sangre en comparación con quienes no las consumen.

 

Los investigadores a cargo de un estudio que abarcó a 21 veganos, hallaron que quienes consumían algas marinas con regularidad tenían un índice sanguíneo de vitamina B12 dos veces más alto a diferencia de quienes no comían estas verduras.

 

Cuando el cuerpo no obtiene cantidades suficientes de vitamina B12 se puede sufrir fatiga, pérdida de memoria y daños en el sistema nervioso que producen hormigueos en los pies y las manos. Si bien son pocas las personas que corren el riesgo de padecer una deficiencia de vitamina B12, su carencia puede ser motivo de preocupación para los veganos, así como para algunas personas mayores que tienen problemas para absorber este importante nutriente.

 

Cómo maximizar sus poderes curativos

Enjuáguelas muy poco. Muchos de los valiosos minerales de las algas marinas secas se encuentran en su superficie. Por lo tanto, los expertos recomiendan proceder con cuidado al enjuagarlas antes de cocinarlas. Algunas personas remojan y escurren sus algas marinas hasta dejarlas sin vida. Sólo es recomendable enjuagarlas ligeramente. De otro modo se pierden muchos de sus minerales como el potasio.

 

Mejora tus caldos

Para obtener la mayor cantidad posible de nutrientes, lo mejor es preparar un caldo con algas marinas. Cuando las algas marinas se utilizan en los caldos, algunos de los minerales se liberan en el consomé. Lo demás lo proporciona la valiosa fibra que contine fitoquímicos, como el alginato que se halla en la kelp.

 

Varía los usos

No se necesitan muchas algas marinas para disfrutar de sus beneficios. Los estudios de nutrición indican que una cantidad tan reducida como 1/4 de onza (7 g) de algas marinas secas contribuye de manera significativa a la alimentación.

 

Experimenta para encontrar las mejores formas de incluir más algas marinas en tu alimentación. Puedes agregar pequeños trozos del tamaño de un bocado a las ensaladas, los caldos, los guisos y estofados, los platos de cereales, los sofritos preparados al estilo asiático y a los sándwiches.

 

En la cocina

La primera vez que saques una hoja seca de nori de su envoltura, lo más seguro es que exclames: "¿Cómo se supone que me voy a comer esto?". A pesar de la apariencia extraña de las algas marinas, que se venden en tiendas tanto de productos naturales como de productos asiáticos, son muy fáciles de preparar. No obstante, es importante saber qué tipo se compró, ya que cada una se maneja de manera un poco diferente.

 

Alaria. También conocida como wakame. Esta alga marina es la que tradicionalmente se usa en la sopa japonesa llamada miso. Para una ensalada o un plato de pasta, simplemente suavízala en agua de 2 a 3 minutos y córtala en tiras. La alaria a veces es algo fibrosa, pero si le corta el nervio central, que es algo duro, quedará más suave.

 

Dulse. La dulse seca tiene hojas arrugadas de un intenso color rojo que pueden comerse directamente del paquete (no obstante, llega a estar bastante salada, así que tal vez quieras enjuagarla primero). Al igual que la nori, la forma más típica de preparar la dulse es picarla y agregarla en caldos, guisos, estofados y platos de pasta. También se vende en hojuelas listas para usarse.

 

Hijiki. La hijiki (o hiziki) es una de las algas marinas de sabor más fuerte. Empaquetada parece una especie de fideo cabello de ángel de color negro. Para suavizar el intenso sabor salobre, remójala entre 10 a 15 minutos y escúrrela; aumentará a cuatro veces su volumen original cuando se hidrate. Los chefs recomiendan hervir la hijiki a fuego lento durante unos 30 minutos o hasta que esté suave y luego agregarla a ensaladas o platos de verduras o frejoles. También se puede esparcir un poco de aceite de sésamo (ajonjolí) encima y servirse como guarnición.

 

Kelp. Es vendida en tiras anchas y secas color verde oscuro. La kelp con frecuencia se agrega a caldos y guisos en lugar de la sal. Los chefs también las ponen en tiras a sus platos de frejoles y cereales para condimentarlos. Además, las hojuelas asadas de kelp son excelentes para adornar un plato.

 

Nori. Conocida también como laver, la nori se vende en hojas verdes secas y delgadas como papel. Tiene un leve sabor salobre y por lo general se utiliza para envolver el sushi, en sopas, y para realzar el sabor de las ensaladas o pastas. Al agregar nori a un plato, usa tijeras para cortarla en tiras. También puedes trozarla con las manos y espolvorearla sobre la comida, revolviendo para que no se pegue.

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