Huevos y leche de vaca

 

Muchos hemos crecido con la idea de que la leche y los huevos son alimentos necesarios, nutritivos, benéficos y sanos. Esto se debe en gran parte a la increíble cantidad de publicidad de hace solo unos años que nos dice que “la leche hace crecer a los niños” y que “los huevos son una fuente básica de proteínas”, también debido a la costumbre, practicidad y sabor; sin embargo, gracias a recientes estudios científicos esas ideas están cambiando.

 

 

 

¿Es necesario consumir leche de vaca o huevos para tener una dieta balanceada y/o estar sano?

 

 

La respuesta es un rotundo NO.

 

 

Entonces, ¿Por qué muchos profesionales siguen recomendando su consumo?

Hay diversos motivos para este hecho. Para empezar, no estamos actualizados, ya que muchos de los mejores artículos sobre el tema están en inglés y aún no han sido traducidos y difundidos. En la universidad nos enseñan una Nutrición que muchas veces no va de acuerdo con la evidencia científica actual. Las industrias de leche y huevos son muy influyentes en todo lugar y luchan por mantener sus niveles de ventas, financiando profesionales y estudios científicos que curiosamente obtienen resultados favorables a los intereses de dichas industrias. Este hecho es muy importante, por eso, cuando lean un artículo sobre el consumo de leche de vaca o huevos, busquen la fuente y lean quien financió dicho estudio. Recuerden que no se necesita convencer a las personas de que consumir estos productos es necesario o saludable, solo es necesario hacer dudar al consumidor, quien ante la duda los comprará. Cambiar estos paradigmas es el reto y la obligación de los profesionales comprometidos con la Nutrición y la Medicina basadas en evidencia científica, y felizmente el cambio ya se está viendo en las nuevas generaciones de profesionales de la salud.

 

 

Empecemos por la leche…

Según un estudio sobre el Consumo de Leche y Riesgo Mortalidad y Fracturas en Hombres y Mujeres realizado en Suecia 

(1), con más de 100 mil participantes y un seguimiento de más de 10 años para hombres y 20 años para mujeres, publicado en el 2014: El mayor consumo de leche de vaca podría estar asociado a mayor riesgo de muerte, fracturas en general y fracturas de cadera, enfermedad cardiovascular, cáncer, estrés oxidativo, e inflamación.

 

El estudio Consumo de Productos Lácteos y Riesgo de Mortalidad por Cáncer: Análisis de 11 Estudios de Cohorte Basados en Población (2) concluyó que: El consumo de leche en hombres contribuyó a elevar el riesgo de mortalidad por cáncer de próstata significativamente.

 

Hay que tener en cuenta que otros estudios y metaanálisis determinaron que no hubo una clara asociación entre el consumo de leche y el riesgo de fractura de cadera. Y otros encontraron que no hubo relación entre el consumo de leche y la mortalidad (3). Pero, debemos tener en cuenta que algunos de los estudios con resultados a favor del consumo de leche fueron financiados por organizaciones privadas, tales como: la Plataforma Mundial de Lácteos, el Instituto de Investigación de Lácteos, y Lácteos de Australia. Los autores de algunos de estos estudios han recibido dinero, premios y reconocimientos internacionales por parte de empresas y asociaciones directa o indirectamente relacionadas a la industria de lácteos. Además, tengamos en cuenta que no existe ningún artículo científico que haya comprobado que tomar leche es necesario para crecer sano, o tener huesos fuertes, como mucho se ha promocionado.

 

 

 

Por todo lo mencionado anteriormente, y basado en la evidencia científica actual, en general, no recomiendo el consumo de leche de vaca, ni considero necesario su consumo para la buena salud.

 

Sin embargo, en algunos casos particulares, el consumo de leche de vaca podría tener efectos neutros o hasta positivos (en el caso de que la única fuente de calorías disponible fuera la leche de vaca, por ejemplo), dependiendo mucho de la calidad, cantidad, nivel de procesamiento, aditivos de la leche, y las condiciones particulares del paciente.

 

Tengamos en cuenta que la leche de vaca contiene las propias hormonas del animal y adicionalmente las hormonas que se le inyecta para producir más leche, además de los antibióticos que se le administra para curar infecciones como la mastitis, e incluso pus producto de una infección.

 

 

 

Ahora hablemos sobre el huevo…

Un metaanálisis publicado en el 2017, sobre el Consumo de Huevo e Incidencia de Falla Cardíaca: Un metaanálisis de Estudios de Cohorte Prospectivos (4) concluyó: “Nuestro metaanálisis sugiere un elevado riesgo de incidencia de falla cardíaca por el consumo frecuente de huevos.”

 

Un metaanálisis publicado en 2016, realizado con más de 200 mil sujetos (5) concluyó: “Nuestro metaanálisis sugiere una moderada elevación del riesgo de diabetes mellitus por el consumo de 3 o más huevos a la semana en estudios estadounidenses.”

 

Otro metaanálisis (6), concluyó que el elevado consumo de huevos (hasta un huevo al día) no está relacionado con el incremento del riesgo de padecer enfermedad coronaria o enfermedad cerebrovascular. Sin embargo, encontró una asociación positiva entre el consumo de hasta un huevo al día y el aumento del riesgo de enfermedad coronaria en pacientes diabéticos.

 

En cuanto a la influencia sobre los niveles de colesterol en sangre, existen estudios que han evaluado el efecto del consumo de colesterol en la dieta, dos estudios concluyeron (7,8) que: El consumo de colesterol en la dieta (los huevos son una fuente importante de colesterol) estuvo relacionado con un incremento del colesterol total y el LDL (“colesterol malo”).

 

Un huevo hervido tiene aproximadamente 212 mg de colesterol. Las últimas recomendaciones según la Guía Dietética del Gobierno de Estados Unidos del año 2010 son de consumir menos de 300 mg diarios de colesterol, y menos de 200 mg para individuos con alto riesgo de enfermedad cardiovascular (diabetes mellitus, 

colesterol elevado, enfermedad cardíaca). Mientras que la guía del 2015 recomienda consumir tan poco colesterol como sea posible. Es decir:

 

Si comes un huevo en el desayuno y eres diabético, tienes colesterol elevado o enfermedad cardíaca, ya excediste el límite diario recomendado. Y, si comes dos huevos en el desayuno, aún sin tener riesgo de enfermedad cardiovascular, ya excediste el límite de colesterol diario recomendado. Ten en cuenta que el día acaba de empezar, aún falta, terminar el desayuno, comer el almuerzo y cenar.

 

También hubo otro metaanálisis (9), resaltando el bajo costo relativo y valor nutritivo de los huevos, indicando que el consumo de hasta un huevo no tiene una clara asociación con el aumento o reducción del riesgo de enfermedad coronaria. Sin embargo, se debe tener en cuenta que este estudio fue financiado por el Centro de Nutrición de Huevos de Estados Unidos. Una revisión de artículos (10) sugirió que el consumo de huevos podría usarse de forma segura como parte de una dieta sana en pacientes con alto riesgo de enfermedad coronaria, enfermedad cardiovascular y diabetes mellitus tipo 2. También es importante mencionar que los autores de este estudio recibieron dinero de empresas privadas, tales como la Corporación de Huevos Limitada de Australia (el mayor comercializador de huevos de Australia), u otras empresas farmacéuticas. Incluso uno de los autores es miembro consejero del Consejo de Nutrición de Huevos, Nestle Nutrition y Novo Nordisk.

 

Por lo dicho, y avalado por la evidencia científica actual, en general, no recomiendo el consumo de huevos de forma continua, y aconsejo tratar de limitar su consumo a un máximo de 2 huevos por semana.

 

Habrá casos aislados donde el consumo del huevo puede ser recomendado (cuando no hay otra fuente disponible de calorías, por ejemplo). Ello se deberá evaluar de manera específica, considerando la cantidad, calidad, contenido de hormonas o antibióticos del huevo y características particulares del paciente. El huevo per se puede no ser dañino, pero dadas las condiciones en las que se alimenta la mayoría de la población actual, ese exceso de colesterol, proteína animal, y calorías, son los que hacen daño.

 

Para terminar, la leche de vaca y el huevo probablemente no son lo peor de tu dieta, pero es importante tener en cuenta que no son necesarios para estar sano y que mientras menos los consumamos, mayor será el beneficio para nuestro cuerpo. También debemos tener en cuenta que el impacto sobre nuestra salud dependerá del tipo, la calidad y la cantidad de los alimentos que consumimos. Por lo tanto, no solo debemos reducir los alimentos de origen animal, sino también las harinas refinadas, los dulces artificiales, las frituras y grasas saturadas, los alimentos envasados y procesados; además de asegurarnos de comer suficientes frutas, verduras, menestras y cereales.

 

Fuentes:

1. Michaëlsson K., et al. (2014). Milk intake and risk of mortality and fractures in women and men: cohort studies. British Medical Journal, 349:g6015. doi: 10.1136/bmj.g6015

2. Lu W., et al. (2016). Dairy products intake and cancer mortality risk: a meta-analysis of 11 population-based cohort studies. Nutrition Journal, 15:91. doi: 10.1186/s12937-016-0210-9

3. Guo J., et al. (2017). Milk and dairy consumption and risk of cardiovascular diseases and all-cause mortality: dose–response meta-analysis of prospective cohort studies. European Journal of Epidemiology, 32:269–287. doi: 10.1007/s10654-017-0243-1

4.    Khawaja O., et al. (2017). Egg Consumption and Incidence of Heart Failure: A Meta-Analysis of Prospective Cohort Studies. Frontiers in Nutrition, 4:10. doi: 10.3389/fnut.2017.00010

5.    Djoussé L., et al. (2016). Egg consumption and risk of type 2 diabetes: a meta-analysis of prospective studies. American Journal of Clinical Nutrition, 103(2):474-80. doi: 10.3945/ajcn.115.119933.

6.    Rong Y., et al (2013). Egg consumption and risk of coronary heart disease and stroke: dose-response meta-analysis of prospective cohort studies. British Medical Journal, 346:e8539. doi: 10.1136/bmj.e8539

7.    Weggemans R., et al (2001). Dietary cholesterol from eggs increases the ratio of total cholesterol to high-density lipoprotein cholesterol in humans: a meta-analysis. American Journal of Clinical Nutrition, 73(5):885-91.

8.    Berger S., et al. (2015). Dietary cholesterol and cardiovascular disease: a systematic review and meta-analysis. American Journal of Clinical Nutrition, 102(2):276-94. doi: 10.3945/ajcn.114.100305.

9.    Alexander D., et al. (2016). Meta-analysis of Egg Consumption and Risk of Coronary Heart Disease and Stroke. Journal of the American College of Nutrition, 35(8):704-716. doi: 10.1080/07315724.2016.1152928

10.       Fuller N., et al. (2015). Egg Consumption and Human Cardio-Metabolic Health in People with and without Diabetes. Nutrients, 7(9):7399-420. doi: 10.3390/nu7095344

 

Dr. William Flores - CMP 61628

Médico Cirujano, Acupunturista, experto en Nutrición

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