BENEFICIOS DE BAÑARSE CON AGUA FRÍA

 

Las duchas frías tienen grandes beneficios para nuestra salud:

 

Eleva tu energía. Despierta tu cerebro, acelera tu ritmo cardiaco, sube tu consumo de oxígeno. Es un sustituto más saludable que una taza de café caliente para sentirte más despierto y con ganas de empezar el día.

 

Mejora tu estado de ánimo. Aunque parezca extraño, las duchas frías tienen un efecto relajante. Esto ha sido comprobado por un estudio en conjunto de la Universidad de Humboldt en Berlín y la Universidad Estatal de Montana en EE.UU. que descubrió que bañarse con agua fría eleva los niveles de glutatión y mejora los niveles de ácido úrico. Cuando ambas sustancias se juntan pueden aliviar el estrés, lo que evidentemente relaja.

 

Mejora el aspecto del cabello y la piel. Es mejor que cualquier enjuague o acondicionador porque brinda el mismo efecto. Esto se debe a que la temperatura del agua cierra los poros del cuero cabelludo, lo que previene el exceso de grasa en el cabello y la piel. Los poros cerrados también evitan que ingresen las sustancias tóxicas y la suciedad. Menos suciedad, toxinas y grasa, equivalen a una piel y un cabello más hermosos. Hay que destacar que no elimina los aceites naturales que nutren el cabello y la piel.

 

Mejora el sistema inmunitario. El sistema de defensa natural del cuerpo se fortalece mientras nos duchamos con agua fría. Como sabemos el sistema inmunitario defiende al cuerpo de agentes patógenos como bacterias y virus que producen enfermedades. Varios estudios demuestran que el agua fría estimula la producción de células inmunitarias. Esto ocurre cuando el cuerpo se calienta y se enfría luego de ducharse con agua fría, la taza metabólica sube de inmediato, lo cual activa el sistema inmunitario y libera más glóbulos blancos o leucocitos que protegen al organismo de enfermedades y dolencias.

 

Ayuda a adelgazar. Existe otra manera de perder peso aparte de sudar. El cuerpo humano tiene dos tipos de grasa: grasa blanca y grasa parda o marrón. La grasa blanca es la que se necesita perder en lugares como la cintura, el cuello, los muslos y la parte inferior de la espalda. La grasa parda o marrón la necesitamos conservar en el cuerpo porque ayuda a mantener una temperatura corporal adecuada, aunque este tipo de grasa tiende a desaparecen a medida que vamos envejeciendo, afortunadamente los científicos descubrieron que se puede regenerar y activar la grasa marrón a nivel celular cuando nos sometemos a temperaturas bajas, y una vez activada puede quemar a la grasa blanca (la indeseable), así que la manera más fácil de que esto ocurra en el cuerpo es tomar una ducha fría.

 

Combate la depresión y la ansiedad. La OMS (Organización Mundial de la Salud) estima a nivel mundial que 300 millones de personas de todas las edades padece de depresión. Varios estudios han demostrado que las duchas frías pueden ayudar a salir de esta condición, ya que la exposición al frío activa el sistema nervioso simpático. Una ducha fría envía una gran cantidad de impulsos eléctricos desde las terminaciones nerviosas periféricas hasta el cerebro, lo que conduce a un efecto antidepresivo; también pueden estimular el “punto azul”, una parte del cerebro que produce noradrenalina o norepinefrina, sustancias químicas que ayudan a resistir la depresión.

 

Alivia el dolor muscular. A los atletas se les recomienda sumergirse en tinas de hielo o agua fría luego de sus entrenamientos o de una competencia para ayudar a evitar el dolor muscular, esto está respaldado por estudios que confirman que los baños fríos son efectivos para aliviar los músculos adoloridos.

 

Fomenta la fertilidad. Según una investigación de la Universidad de California, en San Francisco, EE.UU. sumergirse en tinas calientes o yacusis puede conducir a la infertilidad masculina. Por lo que si se desea evitar este problema no hay que hacerlo y más bien tomar duchas frías para aumentar la fertilidad.

 

Es ecológico. Reducen el impacto global porque el tiempo que lleva tomarlas es más rápido y se ahorra más agua.

 

 

CÓMO TOMAR UNA DUCHA FRÍA

- Si no se está acostumbrado a las duchas frías, se debe empezar con agua tibia o a la temperatura habitual, luego ir bajando poco a poco la temperatura hasta alcanzar los 12°C aproximadamente.

- La primera ducha fría solo debe durar 10 segundos, luego se irá subiendo poco a poco el tiempo de 30 segundos a 5 minutos hasta que el cuerpo se habitúe.

- Solo deben durar entre 5 a 8 minutos y no exceder los 9 minutos.

 

 

PRECAUCIONES:

No deben tomar duchas frías las personas que:

1. Se encuentran enfermas o han salido de algún tipo de cirugía, sobre todo si esta se ha realizado en época de invierno.

2. Los que padecen algún tipo de enfermedad cardiaca.

 

Finalmente, si tu cuerpo no lo resiste no lo hagas, no todos pueden tolerar el frío de la misma manera que otras personas.

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