BENEFICIOS DE LA LUZ SOLAR

 

Somos hijos de la luz solar y sin ella no sería posible la vida. Tanto es así, que muchos científicos han comenzado a relacionar la luz, el color y la energía con la salud. Hoy sabemos que los rayos solares activan diversos mecanismos bioquímicos de nuestro organismo. Por ello, es recomendable exponerse diariamente al sol e incluir en nuestra dieta, nutrientes tan “coloridos” como el caroteno.

 

Los rayos del sol nos hacen bien

Somos parte de un complejo químico-energético que se formó sobre este planeta como resultado de la acción de la luz del sol hace unos 3500 millones de años.

No hay energía sin luz solar y toda la vida (a excepción de las bacterias quimiosintéticas) está fuertemente vinculada a una banda espectral de frecuencias correspondientes a las radiaciones solares, que llegan hasta nosotros después de atravesar el filtro de la atmósfera terrestre.

 

Para entender la importancia de la luz solar es necesario saber que:

1. Todas las plantas y animales del planeta se alimentan de luz solar durante unas 12 horas diarias. No podemos ser la excepción. Evolucionamos durante millones de años para ello y así ha vivido nuestra especie Homo sapiens durante más de cien mil años.

2. El segmento ultravioleta del espectro de luz solar fabrica vitamina D en los capilares sanguíneos de nuestra piel. Sin esta vitamina, nuestros huesos se deformarían, el sistema inmunitario se debilitaría y el sistema nervioso podría colapsar.

3. La luz solar activa nuestra glándula pineal para fabricar serotonina y la oscuridad activa la producción de melatonina.

Ambas son hormonas neurotransmisoras que regulan los ciclos diarios de vigilia y sueño. Si se alteran, provocan cambios en nuestro sistema nervioso y podemos padecer insomnio, ansiedad y depresión.

4. La melatonina controla los ciclos reproductivos de animales y plantas. Si bien se sabe muy poco sobre su funcionamiento y aún hoy continúa estudiándose, se sospecha que cumple un importante papel en los ciclos reproductivos humanos.

5. Lo que sí está demostrado es que la melatonina es una potente sustancia antioxidante e inmunoprotectora, necesaria para la salud de nuestras células.

6. Vivir en la penumbra, bajo la luz eléctrica de espectro incompleto, forzando nuestros ritmos circadianos y manteniéndonos activos durante largas horas de oscuridad, no es bueno para nuestra integridad física. Esto se sabe desde los tiempos de Hipócrates y quizás antes todavía, aunque en ese entonces se desconocían tanto el espectro solar como las importantes funciones de la glándula pineal en el equilibrio de nuestro organismo.

 

Cómo aprovechar los beneficios del sol

La exposición excesiva al sol supone graves consecuencias sobre nuestra salud. Por ello, es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

  1. Exponer la cara, manos y brazos a la luz solar, diariamente o con la mayor frecuencia posible, tanto en verano como en invierno.

 

  1. La luz filtrada a través de un cristal no es válida, ya que éste absorbe la radiación ultravioleta. Sin embargo, vivimos en casas, oficinas y vehículos que parecen jaulas de cristal. Tampoco es necesario exponerse al sol intensamente, ya que la radiación ultravioleta está siempre presente, incluso en las horas más bajas de sol y en los días parcialmente nublados.

 

  1. No debemos usar lentes de color, anteojos de cristal incoloro o lentes de contacto en el momento que deseamos beneficiarnos de la luz solar. Algunos plásticos absorben la radiación ultravioleta y esta debe incidir en los ojos para poder llegar hasta la glándula pineal y la hipófisis.

 

  1. La iluminación artificial nocturna crea un conflicto con el equilibrio serotonina/melatonina, por lo que no hay que abusar de ella. Los humanos son los únicos animales que alteran artificialmente su ciclo circadiano y hasta el momento no se ha estudiado ni determinado la relación de estas alteraciones con la salud.

 

  1. En caso de ser imprescindible, la iluminación artificial debería proyectarse con lámparas de espectro total, que imitan la gama de frecuencias de luz solar e incluyen una leve fracción ultravioleta.

 

El sol como terapia

El sol es vida y energía. Como medio terapéutico, ha sido utilizado por la humanidad desde tiempos inmemorables.

 

La helioterapia es la utilización regulada y controlada de las radiaciones solares con fines terapéuticos y profilácticos. Su factor fundamental es la energía de radiación electromagnética (luminosa) del sol, en un diapasón de longitud de onda de 290-3000 nm, que a través de la atmósfera alcanza la superficie terrestre de forma débil.

Aunque las evidencias de daño por exposición a los rayos solares debido a las radiaciones ultravioletas lo ha puesto en duda últimamente, como también la progresiva disminución de la capa de ozono y sus efectos sobre la piel, el sol es una fuente inagotable de bienestar corporal si se lo toma a conciencia y con precaución.

 

La helioterapia sigue teniendo indicaciones benéficas muy recomendables sobre la salud, ya que la radiación solar provoca un efecto directo sobre la piel y todo el organismo, con repercusión general sobre el metabolismo y las funciones físicas.

 

Los efectos benéficos que produce la helioterapia son la elevación de la resistencia a las infecciones, la aceleración de la cicatrización de heridas, el fortalecimiento de la respiración tisular (por activación de la formación de grupos sulfhídricos) y como hiposensibilizante (por su acción estimulante sobre la formación de histaminasa) que facilita los procesos de desintoxicación.

En la piel hay un aumento de la temperatura local y la circulación periférica de la sangre, se incrementa la sudoración por estímulo de las glándulas sudoríparas y aumenta la pigmentación por la acción de los melanocitos y secreción aumentada de melanina.

 

En la ciudad de Lima, los días soleados son infrecuentes durante el invierno. Por suerte contamos con lugares cercanos como Chosica o Chaclacayo, donde podemos tomar sol todo el año. Visitarlos forma parte de una rutina familiar muy popular en temporada invernal.

 

El resto de días también podemos simbolizar nuestra actitud de agradecimiento al Sol por contribuir a nuestra existencia y alimentar la vida en la Tierra. Una sana costumbre es despertarse muy temprano a recibir al Sol y vivir la hermosa experiencia del amanecer envolviéndonos con su manto color índigo.

 

Los colores que comemos

La ciencia moderna nos explica que nuestro organismo no funciona sin ciertas moléculas vitales: las vitaminas. Excepto la B12, que proviene de los productos animales, casi todas las obtenemos de las plantas. Algunas las fabrica nuestro propio organismo a partir de los alimentos que ingerimos diariamente.

Una de ellas es particularmente importante y además muy interesante porque es un color: el caroteno. Su nombre deriva de carrot (zanahoria en inglés), ya que se aisló por primera vez a partir de esta hortaliza. El caroteno es un pigmento que nuestro organismo transforma en vitamina A, imprescindible para muchas funciones, pero sobre todo para la vista. Casualmente, o no tanto, este pigmento vegetal sirve para que nuestros ojos puedan distinguir los colores.

El betacaroteno o provitamina A no es el único colorante vegetal con importantes funciones para nuestros ojos. También tenemos el rojo del licopeno, abundante en los tomates; la zeaxantina y la rutina, abundantes en alimentos de pigmentación amarilla; y otros pigmentos vegetales fundamentales para nuestra salud visual.

27/11/2020

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