¿Querer o poder?

 

 

El conflicto interno entre el “Querer” y el “Poder” hacer algo, en este caso, vincularse a la práctica deportiva, están sometidos a la voluntad y motivados por los resultados tangibles que la persona vaya obteniendo.

 

Entiéndase el “Querer” como el deseo, la voluntad, o la intención de hacer, poseer o lograr algún objetivo; es decir, necesitar algo para algún fin. El “Poder” es ser capaz de dominar una situación o de hacer frente a las dificultades para actuar de una manera determinada.

 

Para mantener un estilo de vida saludable, es necesaria una actividad física deportiva diaria. Recordemos que el deporte es como una cuenta de “ahorros” donde vamos depositando bienestar, el que iremos usando a través de los años.

 

CONSEJOS PARA INICIAR O REINICIAR UNA PRÁCTICA DEPORTIVA

 

1. Desterrar las comparaciones. Algunas personas piensan: “Si hago deporte, podría verme como esa o ese modelo de televisión”. Es necesario eliminar estas ideas falsas (mitos) que generan expectativas y comparaciones con los estereotipos sociales publicitados como modelos de salud y energía asociados a la actividad deportiva. Creer que obtendremos cuerpos esbeltos y tonificados a corto plazo no es real. Nuestra expectativa debería ser la satisfacción de mejorar nuestra salud a través del deporte.

 

2. Evitar el consumismo. “Si compro ese producto, o si consumo este otro, no necesitaré realizar actividades deportivas”. Debemos tener la convicción de que no existen productos que reemplacen los beneficios de la actividad deportiva. Muchos de ellos complementan, suplementan y contribuyen a la salud, pero no sustituyen los resultados del deporte.

 

3. Investigar e informarse. “¿Para qué hacer deporte?, ¿acaso es importante?”; hago deporte y no veo resultados, duele y me canso mucho”. Es necesario buscar información, indagar, comparar y profundizar sobre las distintas disciplinas deportivas y el deporte en general. Investigar las ventajas, desventajas y utilidades, contribuirá a esclarecer argumentos y estrategias para la práctica deportiva como un estilo de vida saludable; además, generará ideas sobre la elección, cantidad y frecuencia de la actividad deportiva.

 

4. Evaluar y analizar. “¿Por qué dejé de hacer deporte?, ¿Por qué no hago deporte?, ¿Qué me pasó, o qué está pasando conmigo?”. Es necesario hacer una evaluación sincera del pasado, del inicio y del abandono deportivo, así como de los factores y circunstancias que nos alejaron o nos están alejando del deporte. Evaluar las capacidades, conocimientos, derrotas, ropa, accesorios, circunstancias y demás aspectos vinculados al deporte y a la actividad física. También es útil comparar el pasado con el presente. Cuando tengamos claro el panorama, podemos trazar y proyectar un esquema futuro de conformidad o transformación. La elección es personal.

 

5. Sembrar una actitud positiva. “Yo no nací para hacer deporte, me da flojera, tengo lesiones que son insuperables”. Para pasar del “querer” al “poder” hacer deporte, es necesario generar una nueva forma de pensar con relación a la actividad física deportiva. A más pensamientos y actitudes negativas hacia el deporte, mayor será la distancia y el rechazo hacia esta actividad. Si activamos ideas y actitudes positivas, tendremos mejor predisposición para la práctica deportiva.

 

6. Asociación positiva motivacional. “¿Por qué tengo que hacer deporte?, ¿Cuál es el sentido de la actividad física?”. Asociar los pensamientos y actitudes positivas en relación al deporte con la información obtenida y analizada (revisar los puntos del 3 al 5). Darle un sentido, una razón de ser, y entender el porqué de la necesidad de la práctica deportiva.

 

7. Querer es poder. “Quiero, pero ¿podré hacer deporte?, no tengo ropa deportiva, no tengo tiempo y mis responsabilidades son agotadoras”. El objetivo de esta etapa es organizar y planificar tiempos, actividades, quehaceres, responsabilidades y todo lo que sea necesario para generar un espacio de dos a tres veces por semana para la actividad deportiva. Superar los conflictos mentales, físicos y del entorno (que muchas veces son justificaciones que disfrazan el conformismo), es el camino de la auto-superación y de una mejora continua.

8. Asesoría especializada. “¿Cómo empiezo, qué hago, cómo lo hago?”. Es indispensable buscar asesoría especializada que oriente el inicio o reinicio de la actividad deportiva para que sea dosificada y ajustada según el caso específico de cada persona, desde una perspectiva técnica y científica.

 

Siempre encontraremos una actividad física deportiva que se ajuste a la realidad y a la capacidad de cada persona.

 

Al iniciar o reiniciar una rutina de actividad física deportiva y siendo constantes al practicarla, se convertirá en un hábito positivo en el mediano plazo, y luego formará parte de un estilo de vida saludable. Para un sólido comienzo, se deben tener los objetivos claros, la información necesaria, las motivaciones definidas, las actitudes positivas, y el asumir el autocompromiso. Si en algún momento surgen dudas, temores, lesiones, dificultades u otros problemas que perjudiquen la frecuencia del hábito deportivo, revisen y pongan en práctica nuevamente estos consejos desde el inicio.

 

Finalmente, para iniciar o reiniciar una práctica deportiva, primero es necesario que surjan las condiciones mentales que impulsen la acción de manera decidida. Es importante entender que si solo se motiva la acción sin un manejo mental previo, lo más probable es que no perdure en el tiempo ni que se consoliden los cambios que deseamos obtener.

 

franzrivera@hotmail.com 

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Si desean tener más información sobre temas psicológicos vinculados con el deporte, les recomendamos adquirir el libro “El poder del deporte” de Frank Rivera en la librería de su preferencia.

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