ANTIGUA PLEGARIA HEBREA

 

Que tus despertares te despierten. Y que al despertarte, el día que comienza te entusiasme.

 

Y que jamás se transformen en rutinarios los rayos del Sol que se filtran por tu ventana en cada nuevo amanecer.

 

Que tengas la lucidez de concentrarte y de rescatar lo más positivo de cada persona que se cruce en tu camino. 

 

Y que no te olvides de saborear la comida, detenidamente, aunque "solo" se trate de pan y agua. 

 

Que encuentres algún momento durante el día, aunque sea corto y breve, para elevar tu mirada hacia lo alto y agradecer, por el milagro de la salud, ese misterio y fantástico equilibrio interno. 

 

Que logres expresar el amor que sientes por tus seres queridos. 

 

Que tus brazos, abracen. Y que tus besos, besen. 

 

Que los atardeceres te sorprendan, y que nunca dejen de maravillarte.

 

Que llegues cansado y satisfecho al anochecer por la tarea satisfactoria realizada durante el día.

 

Que tu sueño sea calmo, reparador y sin sobresaltos.

 

Que no confundas tu trabajo con tu vida, ni tampoco el valor de las cosas con su precio.

 

No te creas más que nadie porque, solo los ignorantes, desconocen que somos más que polvo y ceniza de estrellas. 

 

Recuerda siempre que cada segundo de vida es un regalo, un obsequio, y que, si fuésemos realmente valientes, bailaríamos y cantaríamos de alegría al tomar conciencia de ello.

 

Rinde todos los días un homenaje al misterio de la vida que nos acoge, nos abraza y nos bendice.

 

 

22/03/2022

 

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