EXPLICANDO EL SÍNDROME DE SAVANT ADQUIRIDO

Curiosamente, no todos aquellos que poseen o sufren el síndrome de savant nacieron así. Hasta la fecha se conocen varios casos de personas que, tras un hecho determinante en su vida, despertaron siendo savants y así siguieron en los días sucesivos. Uno de esos casos: Alonzo Clemons, el escultor sabio. Alonzo sufrió una lesión cerebral en su infancia que lo dejó con un coeficiente intelectual de 40 a 50 (los valores medios normales de coeficiente intelectual están entre 90 y 109), pero con una gran habilidad de esculpir animales a la perfección de memoria. Otros savants repentinos desempeñan con destreza sus nuevas habilidades adquiridas en arte o música; como Anthony Cicoria, un cirujano ortopédico que a los 42 años fue alcanzado por un rayo en un día de tormenta mientras colgaba el teléfono de una cabina. Poco después de recuperarse, notó que tenía una necesidad imperiosa de escuchar música de piano clásica, y al poco tiempo estaba convirtiendo las notas que sonaban en su cabeza en armoniosas melodías sin haber estudiado antes nada de música.

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Lo que le pasó a Tommy McHugh es que, tras sobrevivir milagrosamente a un fuerte aneurisma, nació en él un ansia incontrolable de crear. Empezó escribiendo poesía y luego comenzó a pintar y a pintar sin descanso, llenando de bonitos dibujos todas las paredes, suelos y hasta el techo de su casa. Es tal su obsesión, que al día emplea 18 horas pintando. Incluso ha abierto una galería de arte para poder costearse su nueva afición y dar a conocer su obra.

 

Un caso muy conocido y curioso es el de Orlando Serrell. Tras un pelotazo en el lado izquierdo de la cabeza jugando a béisbol a los diez años, desarrolló una memoria de calendario impresionante. Además, al mismo tiempo se dio cuenta de que era capaz de acordarse perfectamente del estado del clima cada día tras el accidente. Una habilidad, sin lugar a duda, interesante y útil para planear las vacaciones.

 

 

Lo más interesante de los casos de savant adquiridos o repentinos es que nos dan claves para comenzar a investigar y encontrar respuestas como el por qué algunas personas pueden realizar semejantes tareas, impensables para nosotros.

 

El Dr. Darold Treffert en Wisconsin, fascinado por estas habilidades y ferviente creedor de que en todos nosotros se esconde un savant, lleva 40 años tratando diariamente a personas con este síndrome, y además, es líder mundial en la búsqueda de una explicación a esta condición. Ha escrito dos libros (Extraordinary People e Islands of Genius: The Bountiful Mind of the Autistic, Acquired and Sudden Savant) en los que nos acerca a esta condición tan fascinante. Además, participó como consultor en la película Rain Man. Según el Dr. Treffert, hasta que no entendamos el síndrome de savant, no podremos comprender nuestra mente y la memoria.

 

En los años 90, el Dr. Treffert creó una página web (www.savantsyndrome.com) en la que ha ido recopilando todos los casos de savant que ha estudiado durante más de cuarenta años. Esta página ha sido el puente que necesitaba para contactar con gente que le presenta nuevos casos de familiares o gente cercana y con investigadores con los que puede cambiar impresiones y avanzar hacia una mejor comprensión de esta condición.

 

El Dr. Treffert nos cuenta en una entrevista concedida a Shrink Rap Radio cómo todos los datos compilados tras observar aproximadamente a unos 350 savants junto con los resultados de los escáneres realizados a algunos de sus pacientes, le han llevado a concluir que lo que sucede es que, al estar una parte del cerebro dañada, la otra parte se reprograma y recluta para ello capacidad cerebral que hasta entonces permanecía sin usar, despertando así capacidades latentes que habían permanecido escondidas. Generalmente, tiende a estar dañado el hemisferio izquierdo y es el hemisferio derecho el encargado de compensarlo. Este es el caso de los pacientes autistas y de otros como Orlando Serrel, el savant adquirido tras recibir un pelotazo en el lado izquierdo de su cabeza.

 

El Dr. Bruce Miller en la Universidad de California en San Francisco, está llevando a cabo otros estudios que acompañan esta teoría. El Dr. Miller trata a pacientes con demencia frontotemporal y ha observado cómo algunos de ellos desarrollan en el curso de la enfermedad habilidades savant, tales como el interés repentino por el arte o la música. Los escáneres realizados en el cerebro de estos pacientes muestran una baja presión sanguínea o baja actividad metabólica en el lóbulo temporal izquierdo, por lo que pierden sus habilidades lingüísticas (hablar, leer o escribir), mientras que preservan las habilidades relacionadas con la parte derecha, encargada del procesamiento visual y espacial.

 

Parece ser que todos poseemos un pequeño savant dentro de nosotros esperando despertar. Pero… ¿solo una lesión en el cerebro bien sea congénita o accidental, sería necesaria para sacarnos de nuestro sueño? Entonces tendremos que elegir entre poder vestirnos o ser una gran enciclopedia humana, como Kim Peek, o entre poder hablar y esculpir una figura en cinco minutos como Alonzo Clemons. La respuesta aún no existe y expertos como el Dr. Treffert, el Dr. Miller o el Dr. Allan Snyder en Australia, siguen estudiando con la esperanza de que algún día sea posible avivar nuestro pequeño genio escondido.

 

 

18/04/2022

 

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