HISTORIA DEL YOGA MODERNO

 

 

 

 

Claudine Varesi

Profesora certificada de Yoga

Coach co-Activa profesional y miembro de la Federación Internacional de Coaching

 

 

Cuando se habla del Yoga, lo hayamos practicado o no, por lo general surge ante nosotros la imagen de una figura flexible haciendo poses y contorciones. ¿Pero, qué es realmente el Yoga, y de dónde viene? Haremos aquí una reflexión sobre su significado y les contaremos algo sobre su fascinante historia. Para poder entender y beneficiarse de la maravillosa y milenaria ciencia que es el Yoga, es preciso explicar que la práctica de las asanas, o posturas psicofísicas como se les conoce y se practican en las escuelas, centros de salud de hoy, son un fenómeno bastante moderno que cuenta apenas con un siglo de práctica.

 

La palabra "Yoga" aparece por primera vez en un antiguo texto de la India, el RigVeda, alrededor de 4000 a.C. La mayor parte de los más de 6000 años transcurridos desde entonces el yoga era, esencialmente, una práctica ascética de meditación. La práctica del yoga tal cual la conocemos hoy en occidente data tan solo de hace aproximadamente unos 100 años. A pesar de que hoy en día hay innumerables estilos y etiquetas para describirlo, el Yoga moderno es un fenómeno reciente que probablemente se remonta a un hombre hindú nacido hace alrededor de 130 años.

 

De nombre Tirumalai Krishnamacharya, fue un terapeuta sanador ayurvédico de la India. A menudo referido como "El Padre del Yoga Moderno", Krishnamacharya es ampliamente considerado como uno de los maestros de yoga más influyentes del siglo XX. A él se le atribuye el renacimiento del Hatha yoga. Nacido en 1888 en la India que en aquella época era una colonia británica. Muchas de las antiguas costumbres de la India fueron desalentadas por los británicos, por lo que había muy pocos practicantes de yoga en esa época. Krishnamacharya desarrolló el yoga que conocemos hoy en día y si su nombre no les suena familiar, es en parte porque él atribuyó la antigua tradición a sus propias innovaciones.

 

A la edad de 16 años, Krishnamacharya tuvo un extraño sueño en el que su antepasado, el legendario yogui y santo Vaishnava Nathamuni, le ordena ir a la ciudad de Alvar Tirunagari en el vecino estado de Tamil Nadu. Krishnamacharya obedece el sueño y viaja ahí. Como dijera el mismo Krishnamacharya más adelante, al llegar a su destino cayó en trance y se encontró en presencia de tres sabios. Pidió a los sabios que le instruyeran en el Yoga Rahasya, un tratado de yoga bastante largo y extraviado por muchísimos siglos. Uno de los sabios, a quien más tarde identificó como el mismo Nathamuni, comenzó a recitar el texto. Cuando Krishnamacharya despertó después del trance, recordó todos los versos de este legendario tratado. Este modo de transmisión es muy similar al del Vaimanika Shastra, una forma usada para imbuir un aura de autoridad a un texto.

 

En la década de 1920 el yoga no era popular y tenía muy pocos seguidores. Krishnamacharya fue empleado como capataz en una plantación de café y vivió una vida con medios limitados. Cada vez que tenía tiempo libre, viajaba por toda la provincia dando demostraciones de sus posturas, ofreciendo conferencias sobre el yoga. Hizo demostraciones de posturas de fuerza y de difícil control y aparentemente imposibles de imitar. Tradicionalmente, los practicantes de yoga eran renunciantes que vivían en el bosque y cuevas, ascéticos célibes y sin familia, pero el gurú de Krishnamacharya lo animó a que se casara para que aprendiera sobre la vida familiar. Él y su esposa eran muy pobres y apenas tenían medios para sobrevivir. Durante la década de 1920, Krishnamacharya realizó muchas demostraciones para despertar el interés popular por el yoga. Entre ellas, demostró como suspender el pulso, detener los coches solo con las manos, realizar asanas difíciles y levantar objetos pesados con los dientes, incluyendo entre tales hazañas parar los latidos del corazón.

 

En 1931 recibió una invitación para enseñar en el Colegio Sánscrito de la Provincia de Mysore en la India, contratado por Sri Krishna Raja Wadiyar IV, el gobernante Maharajá del estado principesco de Mysore. Considerado como uno de los gobernantes más célebres entre los Estados de la India cuando ese país estaba bajo el dominio británico, Sri Krishna Raja Wadiyar IV laboró durante su reinado para aliviar la pobreza y mejorar la reconstrucción rural, las bellas artes, la industria y la regeneración económica. Fomentó la educación y la salud pública, tanto para la población en general, como para el fortalecimiento físico y mental de su ejército a través de las prácticas que enseñaría Tirumalai Krishnamacharya. Tales fueron los pasos agigantados que Mysore hizo durante ese período, que Gandhi sugirió que el Maharajá era un Rajarishi (un "rey santo"). El filósofo y orientalista británico Paul Brunton, el autor estadounidense John Gunther y el estadista británico, el Señor Samuel, también estaban entre los que alabaron al rey. Durante una mesa redonda, Lord Sankey dijo que Mysore era "el mejor estado administrado del mundo". Los príncipes de otras provincias de la India fueron enviados a Mysore para hacer un entrenamiento administrativo. El Maharajá de Mysore apoyaba las antiguas tradiciones hindús, incluyendo el yoga. Los archivos del Palacio muestran que el Maharajá estaba interesado en la promoción del yoga. Durante las dos décadas siguientes, el Maharajá financió frecuentes demostraciones de yoga. Al parecer, el Maharajá era diabético y se sintió atraído por la conexión entre el yoga y la buena salud.

 

Era una época en que los británicos tenían soberanía en la India, y el Maharajá vio en la práctica que Krishnamacharya estaba desarrollando, una oportunidad para fortalecer los cuerpos de los soldados y jóvenes indios. Mientras estuvo bajo el patrocinio del rey de Mysore, Krishnamacharya viajó por toda la India dando conferencias y demostraciones para promover la salud a través de educación de las filosofías ayurvédicas y la gimnasia psicofísica. Él es ampliamente considerado como el arquitecto de Vinyāsa, la práctica de combinar la respiración con el movimiento. Subyacente a todas las enseñanzas de Krishnamacharya estaba el principio "enseña lo que es apropiado para cada individuo". Mientras que es reverenciado en otras partes del mundo como un yogui, en la India Krishnamacharya es conocido principalmente como un sanador ayurvédico que desarrolló prácticas y posturas psicofísicas para restaurar la salud y el bienestar de aquellos a quienes trató. Fue autor de cuatro libros sobre Yoga: el Makaranda Yoga (1934), Yogaasanagalu (c. 1941), Yoga Rahasya y Yogavalli (Capítulo 1 - 1988), escritos mientras estaba afiliado al palacio de Mysore, así como varios ensayos y composiciones poéticas.

 

Krishnamacharya dedicó gran parte de su tiempo a desarrollar especialmente este vínculo entre el yoga y la buena salud. Ese es el momento en que Krishnamacharya descubre y desarrolla el Yoga Ashtanga Vinyasa. La biblioteca en Mysore tenía muchos textos antiguos y muchos fueron escritos en grandes hojas vegetales. Afirmó haber encontrado las instrucciones para el Ashtanga Yoga escritas en una antigua hoja de palma (el “Yoga Korunta”), sin embargo, afirmó que las hormigas se habían comido la hoja por lo que no era prueba suficiente del antiguo origen de Ashtanga Yoga. Sus alumnos eran principalmente adolescentes y jóvenes activos, así que él introdujo los elementos de la calistenia y gimnasia europea y el arte marcial hindú en una secuencia de asana dinámica, encaminada a fortalecer la aptitud física. Este yoga de estilo Vinyasa vincula la respiración con el movimiento, de postura en postura en la Surya Namaskar, el Saludo al Sol.

 

Uno de sus primeros estudiantes fue un niño de 12 años llamado Pattabhi Jois. Se quedó con Krishnamacharya durante muchos años y continuó enseñando el estilo Ashtanga Yoga que Krishnamacharya le había enseñado sin modificaciones significativas. Era un maestro muy rígido y a veces presionaba demasiado a sus alumnos que acababan lastimándose.

 

En el Palacio de Mysore, la mayoría de los estudiantes de Krishnamacharya y Pattabhi Jois eran hombres y niños jóvenes, pero sus demostraciones públicas atrajeron a una mezcla muy diversa de personas. Había soldados cristianos británicos, indios musulmanes e indios hindúes. Comenzó a modificar el asana a una forma más compatible para las diferentes personas. Krishnamacharya enseñó que el yoga es compatible con hombres de todas las religiones, sin embargo, el yoga no era considerado para las mujeres. Indira Devi, amiga del Maharajá de Letonia, vivía en aquel entonces en el palacio. Ella observó a Krishnamacharya haciendo una demostración de asana yoga y le pidió que la aceptara como discípula. Se le dijo que no eran permitidas las mujeres, ni indias ni las occidentales, pero ella persistió y finalmente Krishnamacharya aceptó instruirla. Para ella, modificó su enseñanza a una forma menos agresiva, pero aun así desafiaba sus limitaciones físicas. Finalmente, Indira Devi se convirtió en la primera maestra de yoga femenina en el mundo. En 1947 abrió el primer estudio de yoga en Estados Unidos. Marilyn Monroe, Greta Garbo y Gloria Swanson fueron sus alumnas en su estudio de Hollywood. Fue conocida como la "primera dama del yoga". Murió en el 2002.

 

Otro de los primeros alumnos de Krishnamacharya fue su cuñado, un muchacho llamado B.K.S. Iyengar. Como éste era un adolescente enfermizo, solamente fue tolerado por Krishnamacharya recibiendo una instrucción mínima de yoga. El día antes de una importante demostración de yoga, el estudiante favorito de Krishnamacharya desapareció, y en un extraño giro de las cosas, Iyengar fue invitado a reemplazarlo desempeñándose excepcionalmente. En una demostración de yoga en una provincia del norte, un grupo de mujeres pidió a Krishnamacharya que las instruyera. Krishnamacharya eligió a Iyengar, su discípulo más joven, que enseñara a las mujeres en una clase separada. Iyengar impresionó a las mujeres y Krishnamacharya asignó a Iyengar para permanecer como su instructor. Ya que estaba lejos de su maestro, Iyengar tuvo que aprender más acerca de las asanas, explorando poses con su propio cuerpo y analizando sus efectos. Debido a que la mayoría de sus alumnos no eran los jóvenes y varones saludables a los que Krishnamacharya enseñó por primera vez, Iyengar abandonó el estilo Vinyasa de Krishnamacharya, y en su lugar usó accesorios para ayudar a sus estudiantes a encontrar la mejor postura, haciendo hincapié en la alineación de la columna vertebral. Puesto que algunos de sus estudiantes estaban enfermos, Iyengar comenzó a desarrollar el asana como una práctica curativa. Creó programas terapéuticos específicos. Además, Iyengar llegó a ver al cuerpo como un templo, y a la asana, como una plegaria.

 

A medida que Krishnamacharya envejecía, fue suavizando la rigidez de la práctica del Ashtanga yoga. Adaptó las posturas para compensar las limitaciones físicas de los alumnos y luego desafió al practicante a estirar sus habilidades. Lo llamó Viniyoga. Él sentía que era mejor adaptar la postura al alumno, que esperar que el alumno adaptara su cuerpo a la postura. Muchos aspectos del yoga moderno están muy bien organizados, y los practicantes deben adaptarse a una cierta estructura. El Viniyoga de Krishnamacharya no tiene una organización rígida y el individuo debe encontrar su propia estructura. Según Krishnamacharya, en lugar de pensar en el yoga como un camino largo y arduo para lograr una meta final, el practicante debería progresar paso a paso. Tratar de saltar muchos pasos podría acarrear problemas. Él enseñó una práctica del yoga en tres etapas, representando la juventud, la edad media y la vejez. Primero había que desarrollar la fuerza muscular y la flexibilidad; luego, mantener la salud durante los años de labores y crianza de una familia; finalmente, ir más allá de la práctica física para centrarse en el espíritu.

 

Algunos de los estudiantes de Krishnamacharya incluyen a muchos de los maestros conocidos en Occidente: Indra Devi (1899-2002), K. Pattabhi Jois (1915-2009), B.N.S. Iyengar (nacido en 1924), T. K. V. Desikachar (1938-2016), Srivatsa Ramaswami (nacido en 1939), A. G. Mohan (nacido en 1945) y Avathuta H. H. Guru Dileepji Maharaj (nacido en 1969). Krishnamacharya era el cuñado de B.K.S. Iyengar (1918-2014), el fundador del estilo de yoga conocido como "Iyengar Yoga", que acredita a Krishnamacharya con alentarlo a aprender yoga como un joven en 1934.

 

Krishnamacharya creía que el Yoga era el mayor regalo de la India al mundo. Su instrucción reflejaba su convicción de que el yoga podía ser tanto una práctica espiritual como un modo de sanación física. Mientras que Krishnamacharya estaba profundamente dedicado al Vaishnavismo, también respetaba las diversas creencias religiosas o las no-creencias de sus alumnos. Un antiguo estudiante recuerda que mientras dirigía una meditación, Krishnamacharya instruía a los estudiantes a cerrar los ojos y a "pensar en Dios". Si no en Dios, en el sol. Si no en el sol, “en sus padres”. Como resultado de las enseñanzas que recibió de su padre y otros maestros, Krishnamacharya se acercó a cada uno de sus alumnos como seres absolutamente únicos, afirmando que el aspecto más importante de la enseñanza Yoga era que el estudiante fuera "instruido en cualquier momento dado según su capacidad individual".

 

Para Krishnamacharya, esto expresaba que el camino del yoga significaría cosas diferentes para diferentes personas. Cada uno debería recibir una enseñanza individual, de manera que la entienda con claridad.

 

Cabe mencionar que las prácticas desarrolladas por la escuela de Krishnamacharya han sido fundamentalmente, y hasta el día de hoy, un camino de salud y de terapia. Sin embargo, las escuelas de Krishnamacharya, Patabi o Iyengar no enseñaron el yoga como fue establecido en los Yoga Sutras de Patañjali, la tradición antigua: el sendero de ocho peldaños cuya meta es la realización espiritual, el auto-conocimiento. Las ásanas o posturas son solo una preparación para la verdadera práctica. Según los antiguos y grandes sabios del Himalaya, la auto-realización del ser a través de la meditación yoga, es el núcleo y el propósito de las enseñanzas de la tradición perenne.

 

Claudine Varesi – LucidYogi - tiene certificaciones en la instrucción de yoga y terapia yoga e500 y e200 RYT del Yoga Alliance, USA. Ha sido entrenada en Yoga Nidra Avanzado y Meditación bajo la tutela de Swami Jnaneshvara Bharati de la tradición de maestros del Himalaya. Es Coach co-Activa profesional y miembro de la Federación Internacional del Coaching. Su amplia experiencia le permite asistir a clientes y alumnos para que logren descubrir y redefinir sus objetivos de vida con claridad y renovado entusiasmo.

 

 

Las escuelas o grupos que estén interesados en contactatarla pueden hacerlo a través de:

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