LA IMPORTANCIA DE FOMENTAR LA LECTURA EN LOS JÓVENES

padre lee con su hijo

 

La lectura se podría interpretar como una puerta dimensional a infinidades de mundos distintos. Gracias a ella, podemos descubrir todo un universo de información, con el que podemos no solo aprender y nutrir nuestro intelecto, potenciar nuestro pensamiento crítico, así como la creatividad y la comunicación; sino también imaginar un sinfín de posibilidades increíbles capaces de hacernos soñar y transportarnos mentalmente a otros mundos.

 

Pero descubrir la pasión por ese mundo infinito tras las líneas, puede no ser accesible a cualquiera si no se crea el hábito desde las edades tempranas; ya que, es así como se podrá convertir en una actividad placentera y de disfrute, que no implique ningún esfuerzo; puesto que de lo contrario, la vida estará sumida en los quehaceres y obligaciones propias de la edad adulta en la que, si la lectura no se logró integrar como una rutina natural, seguramente no se le dará preferencia con posterioridad, frente a otras actividades.

 

Además, sabemos que la vida actual está llena de distractores tecnológicos que terminan ocupando espacios preponderantes en la vida de todos -desde los jóvenes hasta los adultos-, y solo un hábito integrado en el ser humano, podrá combatir esos distractores.

 

Por ello, al entender la importancia que la lectura implica no solo como una actividad apasionante, sino también como una necesidad del desarrollo intelectual humano, en la que sea valorada y ejecutada correctamente cuando esté integrada como un costumbre habitual, es por lo que presentamos algunos consejos para fomentar que la lectura sea aprendida como una actividad regular y placentera desde las edades tempranas de la vida.

 

Consejos para fomentar la lectura en los jóvenes y convertirla en un hábito

 

  • Dejar que el joven seleccione géneros o temas que sean de su interés, ya que lo motivará y se sentirá estimulado a iniciar la lectura desde la afinidad, y no la asociará con una obligación que pueda generar un rechazo.
  • Fomentar y motivar al joven para que sea constante durante 21 días seguidos. Está demostrado que tras realizar una actividad durante 21 días seguidos, el cerebro se acondiciona a asumir esa actividad como algo natural, y ésta se convierte en un hábito; y qué mejor que este hábito sea desde las edades tempranas, y por qué no, desde la niñez.
  • Explicarle que puede establecer un tiempo máximo de lectura, el cual puede ser de entre 15 a 30 minutos durante los primeros 21 días, para luego ir aumentando el tiempo. Esto fomentará que el joven no se sienta desgastado durante el período de adaptación en el que se busca crear el hábito.
  • Ayudarlo a establecer metas de lectura, las cuales pueden ir desde iniciar con un número pequeño de páginas durante un número específico de días, para luego poco a poco ir aumentándolas de acuerdo al gusto y confort del joven.
  • Fomentar en el joven a que aproveche los pequeños momentos libres, como por ejemplo los primeros minutos tras despertarse, o durante el tiempo empleado en el viaje de transporte público, o antes de dormir, etc. Es ideal que siempre sea a la misma hora, para que su cerebro acondicione ese patrón regular de actividad.
  • Explicarle al joven que ese hábito le traerá beneficios integrales para su vida, ya que le permitirá aprender sobre todos los temas que desee; podrá nutrir su intelecto y pensamiento crítico tan necesarios no solo para su formación académica sino para su desarrollo profesional; fomentará su creatividad; estimulará su imaginación, desarrollará su comunicación escrita y verbal; y la mejor parte, será una actividad de entretenimiento; todo ello englobado en esa sola actividad.

 

Sin duda alguna, es mejor fomentar este hábito desde muy tempranas edades, para que no sea difícil motivar al joven y por ende, no se convierta en una actividad cuesta arriba e inejecutable, o un proceso de creación de hábito que tal vez se pierda nuevamente con el tiempo. Los niños y jóvenes aprenden sus rutinas habituales con constancia pero de una manera más fácil y permeable. No obstante, si ya estás en la edad adulta y aún no gozas de este maravilloso hábito de leer, pues debes saber que nunca es tarde para comenzar, y todos los consejos aquí plasmados pueden ser igualmente iniciados por cualquier persona, con voluntad, constancia y determinación; ya que nunca es tarde para aventurarse en los mágicos mundos a los que nos puede llevar la lectura, aunado al hecho de que en la edad adulta ya sabemos con absoluta claridad, el bien necesario que implica este hábito para nuestro desarrollo integral como ser humano.

 

 

Fuentes de información:

elartedesabervivir.com

milenio.com

 

 

28/12/2021

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