EL MISTERIO DEL SÍNDROME DE SAVANT ADQUIRIDO

No sabía leer música y nunca había tocado instrumento alguno; pero un día, después de un golpe accidental en la cabeza, empezó a visualizar una serie de teclas blancas y negras en movimiento, en su mente. Al ponerse delante de un piano, sus dedos cobraron vida propia y empezó a tocar como un verdadero virtuoso.

Se llama Derek Amato y ya grabó su segundo álbum, en el que toca ocho instrumentos diferentes, todos ellos “aprendidos” del mismo modo. En octubre de 2006, Amato estaba de fiesta con unos amigos cuando al zambullirse en el agua se dio un golpe en la cabeza. “Recuerdo que cuando salí a la superficie, los oídos me sangraban”.

En el hospital, le diagnosticaron una contusión grave por la que sufriría una leve pérdida de memoria y un 35% de audición. “Dolores de cabeza frecuentes, una gran sensibilidad a las luces fluorescentes y una ligera pérdida auditiva son el precio que he tenido que pagar por este regalo”, dice.

Hasta que esto le sucedió, este padre de familia de Denver había laborado como relacionista público, profesor de karate y béisbol, y hasta como comerciante, sin encontrar nunca una vocación clara. Durante una temporada, incluso tuvo que dormir en el coche, tras perder su casa. Justo antes del accidente había conseguido un empleo en correos, que tampoco le gustaba. Así que para él, el accidente no es más que un gran milagro. Pero ¿qué le sucede realmente?

Amato sufre un síndrome savant adquirido con sinestesia. El primero consiste en la adquisición de sorprendentes habilidades artísticas y matemáticas tras sufrir un traumatismo cerebral grave, y solo hay 30 casos documentados en todo el mundo. No hay una explicación científica a este fenómeno, aunque algunos expertos aseguran que se produce por una compensación espontánea de una parte del cerebro cuando otra es dañada. Esta puede ser la explicación a que, en el caso de Amato, se le haya unido además una sinestesia que le permite “ver” sonidos. En su caso, notas musicales con las que, además, compone su música. No hay ningún caso como el de Amato en todo el mundo, y según el médico que lo atendió tras el accidente: “Lo que está claro es que la lesión en la cabeza cambió su química cerebral”.

En 2007, la Asociación de Artistas Independientes de EEUU le concedió el premio al Artista Revelación del Año. Además de tocar, Amato compone música y colabora a menudo en conciertos de apoyo a personas con lesiones cerebrales graves que, como él mismo dice, no han tenido tanta suerte como él.

 

5 PERSONAS QUE SE CONVIRTIERON EN GENIOS TRAS GOLPE EN LA CABEZA

Mientras que un golpe en la cabeza puede ser fatal para algunos, para otros resulta un verdadero “golpe de suerte”. A continuación algunos casos sorprendentes. 

 

 1. Jason Padgett

A los 31 años, Jason era empleado en la mueblería familiar; no había terminado sus estudios y le encantaba la “parranda”. Luego, la mueblería fue asaltada, y durante el robo Jason recibió un fuerte golpe en la cabeza que lo dejó inconsciente. Pero no todo fue tragedia; cuando el hombre despertó se había convertido en un genio para las matemáticas y la física, materias que antes detestaba.

Jason fue diagnosticado con síndrome de savant (síndrome del sabio) o savantismo, en el que lesiones cerebrales convierten a personas antes normales, en genios matemáticos, creativos, artistas plásticos o músicos virtuosos. De hecho, ahora a sus 41 años, Jason es de las pocas personas capaces de dibujar fractales a mano.

 

 2. Orlando Serrell

Otro es el caso de Orlando, quien recibió un duro pelotazo en la cabeza a la edad de 10 años. En ese entonces, el niño no contó nada a sus padres, y por lo tanto, no recibió atención médica adecuada. Durante más de un año sufrió intensos dolores de cabeza.

Ahora, a sus 44 años, Orlando ha descubierto que tiene “memoria calendárica”; recuerda todo lo que pasó tal o cual día de la semana, y sabe perfectamente en qué día caerá tal o cual fecha, o en qué día cayó. Por ejemplo, puede decir cuántas veces el 12 de marzo ha caído en jueves. “Era viernes. Estaba lloviendo y pedí una pizza con salchicha y Pepperoni de Domino’s”, recordó Orlando sobre el 11 de febrero de 1983.

 

3. Tony Cicoria

Tony era cirujano ortopédico hasta que fue alcanzado por un rayo mientras caminaba por un parque en 1994. Afortunadamente, una enfermera estaba cerca y tras darle los primeros auxilios, le salvó la vida. Pero poco después algo raro pasó en la vida de Tony; empezó con una compulsión inexplicable por escuchar música clásica, para luego imitarla y tocar; aunque nunca había aprendido a tocar instrumento alguno.

Tony, ahora de 62 años y residente de Nueva York, dice que solo le tomó un par de semanas aprender a tocar el piano; y ahora no puede dejar de hacerlo.

 

   4. Ben McMahon

 

Para desgracia de sus padres, Ben sufrió un accidente automovilístico que lo dejó en estado de coma; pensaron que nunca se recuperaría. No obstante, semanas más tarde Ben despertó y ese no fue el único milagro, ahora hablaba mandarín.

Ben, de 22 años de edad, dice que al despertar vio a una enfermera de rasgos orientales y pensó que estaba en China, entonces intentó hablar mandarín, que había estudiado muy poco en la escuela; la sorpresa es que empezó a hablar como si fuera nativo.

Gracias a su recién adquirida habilidad, Ben ahora labora como guía de turistas chinos en Australia, pero además conduce un exitoso programa de televisión dirigido a chinos residentes en esa enorme isla.

 

   5. Daniel Tammett

 

A la edad de 3 años, Daniel sufrió un terrible ataque epiléptico tras el cual comenzó a obsesionarse con cálculos complicados. A lo largo de su educación, Daniel recibió varios premios, pero nada extraordinario. Fue hasta que cumplió 25 años de edad, cuando diagnosticaron a Daniel con síndrome del savant.

Daniel puede llevar a cabo cálculos con un impresionante grado de precisión. Para darles un ejemplo, recitó “Pi” con 22 mil 514 decimales de memoria y “de corrido”; tardó 5 horas y 9 minutos en hacerlo. También habla 10 idiomas, incluido el islandés que aprendió durante una entrevista en televisión.

Ahora, a los 35 años de edad, Daniel cuenta que cuando hace cálculos ve un par de formas en su mente, de las que surge una tercera, la respuesta. “Es ingeniería mental. Es como hacer matemáticas sin tener que pensar”, confiesa el genio.

 

¡Esperamos que esta información te haya sido útil!

 

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25/03/2022

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