INTERNET Y LA SALUD SOCIAL

 

 

Por Jorge Arce Mesía

Master en Economía

PERÚ

 

 

 

El ser humano es profundamente social y a lo largo de su evolución siempre ha buscado convivir en grupos para defenderse y alimentarse, entre otras necesidades vitales. También para obtener conocimiento, que se produce y trasmite en la interacción social, indefectiblemente ligado al progreso de la calidad de vida.

 

Somos conscientes de que la información es el eje fundamental que ha facilitado el desarrollo de todas las habilidades del ser humano. Por ello estamos dotados de la capacidad de pensar y expresarnos, facultades que se han potenciado sobremanera en tiempos de incesante desarrollo tecnológico y las denominadas tecnologías de la información y comunicación (TIC).

 

Dentro de este campo científico, los ordenadores (hardware), programas (software) y la red electrónica de alcance global denominada Internet (que distribuye información a través de la World Wide Web-WWW, sistema que permite consultar de forma amigable y sencilla cualquier información disponible en ella) se desarrollan aceleradamente. La información y el conocimiento se divulgan y perfeccionan rápida y masivamente, otorgando al ser humano una invalorable oportunidad de cultivarse y evolucionar hacia niveles superiores de consciencia.

 

A través de la red podemos satisfacer nuestras expectativas de estar informados de temas de salud, nutrición, cultura, educación, política, economía, recreación y deportes, entre otros temas. Utilizando el preciado don del discernimiento con el que estamos dotados, podemos formarnos un juicio propio a fin de no ser manipulados o condicionados por intereses de poder fáctico. En este mundo neoliberal prima el interés y la acumulación de bienes, que significan riqueza monetaria pero no de valores como fin supremo de la sociedad.

 

 

Ciudades inteligentes

En un contexto mundial de crecimiento urbano acelerado, que acompaña el constante crecimiento de la población mundial, cada vez se habla más de las “ciudades inteligentes”. Actualmente, el 54% de la población mundial es urbana y según ONU-HABITAT se espera que alcance el 60% en 2030 y 66% en 2050. Mientras en el Perú, actualmente ya es el 78%. Por estas razones, se torna imperativo caminar hacia las “ciudades inteligentes”, cuyo principal objetivo es la sostenibilidad ambiental, económica y social. Es decir, producir bienes y servicios sin afectar el medioambiente y sus ecosistemas y atender las demandas sociales de alimento, vestido, vivienda, trabajo, salud, educación y cultura sin exclusión. Que todos los ciudadanos encuentren la posibilidad de desarrollo pleno de sus capacidades humanas, en un marco de verdadera democracia participativa.

 

 

Como podrán deducir, la base sobre las que se diseñan, ejecutan y operan estas ciudades son las comentadas TIC, que a su vez descansan en la red de redes. Estas permiten a los estados y sus gobiernos otorgar a los ciudadanos, tanto como a sus empresas, instituciones y organizaciones, información consistente debidamente acreditada en todas las materias de su interés referidas a los servicios públicos.

 

En este sentido, el hombre y la mujer bien informados cuentan con mejores posibilidades y más elementos para mantener niveles auspiciosos de salud individual y social. Saben hacer prevalecer sus derechos y libertades, a la par de comprender con mayor claridad cuáles son sus deberes con ellos mismos y su entorno social.

 

Sin embargo, como ya se ha mencionado, es vital que para el uso de Internet, en la que ahora también se incluyen las denominadas redes sociales, se utilice el discernimiento para separar la “paja del trigo”. Por desgracia, también en Internet podemos encontrar información carente de valores, degradada, delictiva, interesada y corrompida, que merece el rechazo y la censura de la sociedad. Y requiere, sobre todo, la supervisión de los padres del uso que sus menores hijos hacen de las redes sociales.

 

Como todo en la vida, el resultado de nuestras acciones y del uso de los instrumentos que la tecnología nos ofrece como apoyo para nuestra evolución, va a depender de la calidad de su utilización. Los medios tienen que ser tan buenos como los fines y las herramientas deben ser utilizadas para reafirmar valores, construir, mejorar, cultivar y educar personas. Solo así gozaremos de niveles superiores de salud personal y social, que se traducirán en una mejor calidad de vida.

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