LOS BENEFICIOS DE LA MÚSICA PARA LA SALUD

 

 

La música siempre nos acompaña. Diferentes momentos de nuestra vida han sido significativamente musicalizados y los recordamos a partir de su anecdótica banda sonora. Hay canciones o ritmos que marcaron épocas e influenciaron a generaciones enteras. Asimismo, son diversas las actividades que suelen ir acompañadas por la música: comer, hacer ejercicio, caminar por la calle, manejar, viajar en el bus, hacer compras. Vamos a conocer qué efectos produce en nosotros esta infaltable compañera, ligada inseparablemente a la historia del género humano.

 

 

La música y el cerebro

Científicos han encontrado que la música afecta la química del cerebro. Ritmos y melodías que nos resultan agradables estimulan la liberación de dopamina, una neuro hormona relacionada con el placer, en el hipotálamo. Asimismo, ofrece otras cualidades benéficas y está presente en los procesos de aprendizaje, comportamiento, sueño, humor, actividad motora y atención.

 

Un estudio de la Universidad de Florida descubrió que la música activa más partes del cerebro que cualquier otro estímulo humano.

 

 

 

La música y el estado de ánimo

Diversos estudios han hallado que la música (tanto escuchada como ejecutada) resulta beneficiosa para los pacientes deprimidos, pues los ayuda a mejorar sus estados de ánimo. Es por este motivo que enfermos crónicos de cáncer, quemaduras y esclerosis múltiple pueden verse beneficiados por este arte. Si la música es útil a personas en estas condiciones, imagínate lo que puede hacer por ti y tus seres queridos.

 

 

 

Música, atención y aprendizaje

Diversas investigaciones confirman la creencia popular de que equilibrar la música con el ritmo y el tono mejora los procesos de aprendizaje y la memoria. Esto puede ser muy útil para los niños y adolescentes con problemas de atención. Por ejemplo, es una opción contra las tareas “aburridas” como la memorización: utilizar canciones, ritmos, baile o expresión corporal, contribuirá a mejorar el interés por el material a memorizar. Asimismo, es posible usar la música para ayudar a organizar actividades. De esta manera, se reproducirá un tipo de música para estudiar y otros para comer o dormir.

 

 

 

La música y la ansiedad

A todos nos ha pasado que determinados tipos de música nos dan tranquilidad y ayudan a que nos relajemos en diversos contextos. La música es tan eficaz para reducir la ansiedad que a menudo se la usa en tratamientos dentales, preoperatorios y de radioterapia para ayudar a los pacientes a enfrentar sus preocupaciones acerca de los procedimientos. Se le ha encontrado utilidad también en adultos mayores, madres primerizas y niños.

 

Son muchos los terapeutas que combinan la música con técnicas de relajación y terapia cognitiva para contrarrestar la ansiedad, con mejores resultados que la psicoterapia convencional.

 

Algunos estudios sugieren que la música especialmente compuesta, como la que incluye entonaciones que inducen intencionalmente cadencias para los dos oídos que ponen las ondas del cerebro en ritmos delta o zeta relajados, puede ayudar a mejorar los síntomas en pacientes ansiosos incluso más que la música sin este tipo de tonalidades.

 

 

 

La música y el estrés

La capacidad de la música para calmar el estrés es conocida desde tiempos remotos. Se ha utilizado música tranquilizante para reducir la irritabilidad y promover la calma en pacientes de albergues de ancianos con demencia. Esto se debe a que produce efectos directos sobre la hormona del estrés y la reduce.

 

Recordemos también que ciertos tipos de música son más bien potentes estresores. Saberlo nos invita a ser cuidadosos con respecto a qué escuchamos y cuándo lo hacemos.

 

 

 

La música y el sueño

La música relajante y reconfortante es de gran utilidad para inducir el sueño. Hay que tener en cuenta que se deben evitar los ritmos muy enérgicos. Por el contrario, en las mañanas se recomienda dejar de lado las melodías excesivamente suaves y tranquilas.

 

 

 

La música y el ejercicio

Escuchar música mientras se hace ejercicio puede producir efectos notables. Ayuda a desviar la atención de la actividad física repetitiva y de esta manera evita la sensación de fatiga, el cansancio y el aburrimiento. La música también puede ser un estimulante para incrementar el rendimiento, lo que ayuda a intensificar el entrenamiento.

 

 

 

La música y la socialización

La música favorece la reunión de personas que comparten una misma pasión o interés. Esto permitirá al individuo conocer gente nueva, hacer vida social y obtener un poderoso sentido de pertenencia.

 

 

 

La música y la espiritualidad

Son dos experiencias auténticamente humanas con una conexión única. Algunos refieren que la creación musical es la expresión directa del espíritu. Otros aseguran que cantando llegan a acercarse más a Dios.

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