MEDITACIÓN SERVIR A LA NATURALEZA

 

 

 

Medito sentado a los pies del gigantesco árbol genealógico de la humanidad, tomando conciencia del enorme entramado de raíces.

 

En el silencio encuentro una nueva forma de conectarme con este organismo vivo.

 

De esta nueva manera me libero del peso del pasado y a la vez me propongo crear una nueva relación con la tierra, con el aire, el fuego, el aire y el éter.

 

Me doy cuenta de la energía que yo, el alma, emano al mundo físico desde allí.

 

Yo, el ser consciente, influyo a la materia a través de mi pensar, sentir y ver.

 

Y en el silencio, me concentro en el elemento tierra y en los diferentes minerales y criaturas que viven en ella, en el agua, el fuego, el aire, el éter.

 

Yo el alma, puedo influir en la materia de la tierra de una manera nueva, pura y ordenada.

 

Esta energía pura que emana de mí es un nuevo mensaje a los elementos. Puedo sentir la respuesta llena de dicha que emana de ellos.

 

La tierra está constituida por moléculas sensibles, están respondiendo.

 

Por mucho tiempo he enviado mensajes equivocados, negativos, ideas, sentimientos y ahora que me doy cuenta del poder curativo que tienen mis pensamientos, mis emociones, las vibraciones que creo, tomo este momento especial para visualizar el elemento que quiero servir ahora, y desde lo más profundo de mi ser dirijo hacia él una energía pura y fluida de poder espiritual a fin de permitir que esté rebosando de amor, de luz, de fuerza, de dignidad y silencio…pero sobre todo, de valor…

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