¿QUÉ TENEMOS QUE CAMBIAR?

 

Cuando era joven, quería cambiar el mundo. Descubrí que era difícil cambiar el mundo, por lo que intenté cambiar a mi país. Cuando me di cuenta que no podía cambiar a mi país, empecé a concentrarme en mi pueblo. No pude cambiar a mi pueblo y ya de adulto, intenté cambiar a mi familia.

 

Ahora, de viejo, me doy cuenta que lo único que puedo cambiar es a mí mismo y de pronto me di cuenta que, si hace mucho tiempo me hubiera cambiado a mí mismo, podría haber tenido un impacto en mi familia. Mi familia y yo podríamos haber tenido un impacto en nuestro pueblo. Su impacto podría haber cambiado a nuestro país y así podría haber cambiado el mundo.

 

Autor anónimo

Compártelo