LA SIESTA EN EL MUNDO ACTUAL

 

 

 

Una excelente iniciativa es la que ha tomado la Pontificia Universidad Católica de Chile como parte de un proyecto piloto en el que buscan que los alumnos manejen mejor el estrés y la ansiedad. Con este fin han instalado un espacio móvil para que los alumnos tomen la siesta. La psicóloga María Paz Jana, coordinadora del Programa para el Manejo de la Ansiedad y Buen dormir, dependiente de la División de Salud Estudiantil, manifiesta que: “Los alumnos habían solicitado tener espacios donde poder dormir adecuadamente entre clase y clase. Dormir media hora ayuda a combatir adecuadamente el cansancio, la fatiga y a revitalizar las funciones cognitivas, la atención, la memoria, la concentración”.

 

La tradición de la siesta data de miles de años atrás. Del latín sexta (hora), la palabra designa “la sexta hora solar correspondiente a las 12 del mediodía con respecto al sol, o sea, alrededor de las 14 horas, momento en el cual se hacía una pausa en las labores cotidianas para descansar y reponer fuerzas”. A pesar de que en la actualidad algunas personas consideran la siesta como un lujo, en la antigüedad se consideraba una necesidad porque las personas empezaban sus actividades muy temprano con el amanecer, y era una necesidad para renovar fuerzas. La tradición se inició en los países donde el sol es fuerte a mediodía y es muy difícil seguir laborando al aire libre. La temperatura, combinada con la comida más importante del día, hacía necesario un descanso para esperar que el sol “bajase” y se pudiera continuar con la segunda parte de la jornada del día.

 

En algunas partes del mundo, prácticamente se detienen todas las actividades al mediodía o comenzando la tarde. La gente se dirige a sus hogares después de la primera jornada laboral para tomar la siesta como se le conoce en España, o el riposo como la llaman en Italia, ya sea para una siesta de 20 minutos o para un descanso de hasta una hora. La siesta varía de país en país. En varios lugares del mundo como Grecia, México, Costa Rica, Ecuador y Nigeria, las siestas son parte de la rutina diaria. Esta práctica de hecho es una ley islámica y está escrita en Corán. Con el transcurso de los años, varias culturas han adoptado la siesta como costumbre nacional, por ejemplo:

 

China tiene como derecho constitucional que los colaboradores hagan una siesta después del almuerzo. Tienen lugares especiales para la siesta en los centros laborales, y donde no los hay, simplemente descansan apoyando sus cabezas encima de su escritorio.

 

España. La siesta es una práctica nacional. Los negocios cierran para el descanso del mediodía y el receso dura dos horas: se almuerza con la familia o con amigos y luego se hace una siesta de 30 minutos a una hora. Por supuesto, las horas laborales se recuperan después y el horario se extiende para cumplir este propósito.

 

Italia. El “riposo” es de una hora y media, entre las 12 del mediodía y las 4 de la tarde. La hora varía de acuerdo al tipo de servicio que brindan los empleados de cada establecimiento. Los negocios, los museos, iglesias, etc., cierran para que sus colaboradores vayan a casa a almorzar y tengan tiempo para descansar.

 

 

Japón. Es un país tradicionalmente practicante de la siesta, que por lo general se realiza entre la 1.30 pm a 2 pm inmediatamente después del almuerzo. La palabra para describirla es “inemuri”, cuya traducción vendría a ser “durmiendo en acción”. A los niños se les enseña como un hábito diario que se practica hasta la vejez. Hay un sentido de respeto cuando alguien está haciendo la siesta, ya sea en un lugar público, centro laboral o en su hogar. Es considerada una actividad casi sagrada y nadie se atreve a interrumpirla.

 

Alemania. El 22% de la población hace siesta (mittagsruhe) por lo menos tres veces por semana. Las horas entre la 1 y las 3 de la tarde de lunes a sábado, están reservadas para el descanso. En este horario está prohibido hacer ruidos que puedan interrumpir el descanso de las personas.

 

Estados Unidos. La siesta todavía no es parte de la cultura ni de la tradición norteamericana, aunque, gradualmente, las empresas y corporaciones están optando por ofrecer espacios y tiempo para que sus empleados puedan realizar la siesta. Algunas zonas, como por ejemplo, Silicon Valley en California, el semillero de los emprendedores tecnológicos, han asumido la siesta como una práctica cotidiana. Empresas vinculadas a este rubro como Google, Apple, Microsoft, son pioneras en esta práctica. En ciudades importantes como Nueva York, Washington, Houston, etc., ya se pueden encontrar lugares públicos para la siesta junto a cafés y restaurantes.

 

Esperamos que esta tendencia se extienda en el mundo, y así veremos como algo natural, en un futuro no muy lejano, que la gente vaya por la calle portando su mat para la siesta.

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